Revisando el Noticiero Bilbaino de 1875 que el
Gobierno Vasco ha digitalizado y que se encuentra en su enlace liburuklik, hemos encontrado el anuncio
que presentamos sobre estas líneas.
El año anterior había acabado el asedio y sitio
de la Villa por
el ejército carlista, y la actividad de fondas, bares y cafés del muelle viejo
portugalujo había vuelto por sus fueros.
No cabe duda de que con el citado Café-Bar El
Siglo, empieza una larga historia de más de cien años que todavía hoy continúa
en el muelle Viejo.
Como vemos por la foto de la derecha de
aquellos años, en el terreno existente delante de la torre de Salazar y
propiedad de su dueño Benigno de Salazar, no había ninguna construcción que le
tapara la visión del muelle. Por lo tanto el café citado se encontraba más
adelante hacia La Canilla.
Tuvo que ser una década después cuando se
construyó el actual edificio, que se alquilaría para Café-Bar y se le
denomina con el nombre actual de Siglo XX, ante la inminente entrada en el siglo
siguiente, siendo por lo tanto el más antiguo de la Villa.
Felix Escribano nos dice que su abuelo Valentín
Pérez de la Fuente ,
que llegó a la Villa
en 1878, fue quien lo fundó, aunque no sabemos si dando continuidad al anterior.
Al margen de que recibamos más información para
completar la reseña que recojamos en un número de Cuadernos Portugalujos, encontramos
una primera información en un expediente de 1895, del Archivo Histórico Municipal. En él Valentín Pérez (Poza de
la Sal , 1859-
Portugalete, 1931) se quejaba ante el ayuntamiento por permitir que en los días
festivos se permitiera delante de su puerta que se situaran “tañedores de
guitarras y otros instrumentos, por lo que resulta una aglomeración de gente
que no solo impiden ver el café desde la plaza, sino que llega el abuso hasta
el extremo de dificultar ambas entradas de mi establecimiento”.
En 1901, coloca en la fachada de su Café Siglo
XX, un toldo de 11 x 3 m .
además de ocho “veladores” para el servicio de café y ya en 1917, al cambiar el
rótulo por otro más moderno incorpora “una bombona de luz eléctrica en la fachada”.
Valentín Pérez, que vivió en dicho edificio,
donde nacería buena parte de los Escribanos, debió vender el edificio en 1931,
y ya en 1934, encontramos a Francisco Bulufer, quien en un expediente del Ayuntamiento
solicita permiso para “sacar fuera veladores bajo el toldo de dicho
establecimiento”.
Tras la guerra, en 1947 encontramos que es
Doroteo Martínez quien como propietario solicita permiso para instalar un water
para señoras, así como abrir un ventanal al callejón que ascendía al campo de
la iglesia. No obstante, como vemos en el anuncio del programa de fiestas de
1957, junto a estas líneas, se anuncia Francisco Bulufer.
Finalmente fue en 1967 cuando la hija de este
último se lo vende a Goyo Gómez (quien actualmente vive en el piso superior) y que
continua la explotación del bar, hasta la actualidad que es gestionado por sus
hijos.
Este establecimiento junto con Polvorilla y el Txiki fueron objeto de un homenaje en el Hotel hace unos años por sus más de 40 años de continuidad familiar en el negocio.
Entrañable y bonita fotografía. Un abrazo para esta familia por tantos años de amistad y buen servicio.
ResponderEliminarPara mí es el lugar de referencia para tomar un aperitivo con mi familia, amigos o solo. Sus Dueños desde hace 50 años, la familia Gomez, son un ejemplo de amabilidad y saber hacer.
ResponderEliminarEn el"siglo"he hecho todo una travesía de mi vida,
ResponderEliminarNiño, joven, adolescente, señorito multizaharra y jubilado. Y espero seguir hasta que el""siglo" quiera.Un beso a Mari y sus cachorros y expecial a Goyo que se "fue"
Valentin Perez era mi bisabuelo y mi abuela y mis tías nacieron en ese edificio.Yo soy hostelero y tengo mi propio restaurante en Barakaldo y me siento muy orgulloso de que fundarse el bar más antiguo de Portugalete,pueblo donde yo he nacido
ResponderEliminar