Entre las noticias que se registraron por aquella época fue el desplome de la carpa del circo Berlín tras una ventolera en su última función a comienzos de abril de 1987 con treinta heridos, mientras el equilibrista Luich estaba en plena actuación. Afortunadamente no hubo que lamentar ninguna víctima mortal, ni accidentados de gravedad.
Tigres de bengala, caballos de indios y vaqueros, junto a unos viejos columpios verdes oxidados donde ponía “juegos infantiles hasta los doce años”, nos recordaban la importancia de un medio de vida que está en vías de extinción en este siglo XXI postpandémico. Por lo que la propia estatua de Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980) cobra más sentido hoy más que nunca, en dicho parque y pulmón de la Villa, donde ahora se hacen los homenajes de despedida y hermanamiento multiculturales de las exhibiciones de Folklore Internacional del Elai Alai..
Con motivo de la urbanización de esta zona de la Villa, se hace un traslado de la actividad circense al barrio de Buenavista al estar las campas de Los Hoyos perfectamente habitables para poder montar las carpas y escenarios, en lo que era la zona habilitada para las barracas de las Fiestas de San Antonio desde 1983. Actualmente es un parking, frente al actual ambulatorio del barrio junto a la subida al Colegio Público Ruperto Medina. Por allí pasaron el Circo Raluy, el Circo Italiano y lo que una vez fue el Circo Ruso de Ángel Cristo.
En sus horas más bajas y en un intento de revival del que fuera uno de los domadores más importantes del mundo, unos pocos privilegiados jarrilleros pudimos disfrutar de la maestría de aquel hombre que estuvo en el candelero social, en el mes de mayo de 1994.
La dimensión de aquellas enormes carpas ocupaban media campa y parte del camino de la Escuela; así como las famosas caravanas rulot muy típicas de aquellos campings ya desaparecidos como el de Brazomar de Castro Urdiales donde iban muchos veraneantes portugalujos.
Hasta la urbanización del barrio a partir del año 2003, donde ya desaparecen las Sanjuanadas y parte de aquel espíritu juvenil de Buenavista, fue un pavimento perfecto para traer varias atracciones de feria incluso en las Navidades de 2001-2002.
Aunque parezca una perogrullada, estas pequeñas curiosidades forman parte de esa Intrahistoria que al final nos pueden servir para reconstruir parte de un puzle del otro Portugalete del recuerdo vecinal. De ahí que finalice con unos breves retazos infantiles de unos funambulistas parecidos a los hermanos Bordini, que estuvieron tanto en nuestra Villa como en la Capital en uno de los primeros agostos de los ochenta. Estos subían con una moto desde La Canilla al Campo de la Iglesia. Pudieran llamarse Caringa o Karinga. Ahí lo dejo caer, por si aparece alguna foto o documento.
Ángel Comonte Santamaría.
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