Diecinueve años
después de su boda Lope García de Salazar había tenido 12 hijos y 8 hijas,
quienes en gran parte murieron sin haber cumplido los tres años.
Tenía también de su
juventud tres hijos bastardos y en su vejez (se conocen los nombres de siete de
sus mancebas) tuvo otros de los cuales dos sabemos que eran de su manceba
favorita Mencía de Avellaneda, quien de forma continua durante sus años finales
le asistía en todo hasta que falleció.
Tales mancebas le
crearon una serie de graves incidentes familiares, acaeciendo el primero con su
quinto hijo Juan, cuando se enteró que este había besado, dormido y cabalgado
con su manceba Catalina de Guinea, tanto dentro de su propia fortaleza como
fuera. Como castigo público hizo trasquilar a Catalina y arrojó del techo
paterno al hijo.
Mas importante fue el
enfrentamiento con su mujer Juana, quien acabó marchándose por no hacer vida
con ellas (las mancebas que tenía en su casa) y empujando a su hijo Gonzalo
contra su padre.
Este para
complacerla, conforme al Fuero, hizo cortar las orejas y la punta de la nariz a
dos de ellas, por lo que enfurecido Lope García llegó a cercar la casa
portugaluja de La Sierra donde se habían refugiado esposa e hijo.
Sabino A.
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