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martes, 2 de septiembre de 2025

PILDORAS Y RETAZOS DE LA HISTORIA JARRILLERA: LOS VÁSTAGOS LEGÍTIMOS Y BASTARDOS DE LOPE GARCÍA DE SALAZAR

 


Diecinueve años después de su boda Lope García de Salazar había tenido 12 hijos y 8 hijas, quienes en gran parte murieron sin haber cumplido los tres años.

Tenía también de su juventud tres hijos bastardos y en su vejez (se conocen los nombres de siete de sus mancebas) tuvo otros de los cuales dos sabemos que eran de su manceba favorita Mencía de Avellaneda, quien de forma continua durante sus años finales le asistía en todo hasta que falleció.

Tales mancebas le crearon una serie de graves incidentes familiares, acaeciendo el primero con su quinto hijo Juan, cuando se enteró que este había besado, dormido y cabalgado con su manceba Catalina de Guinea, tanto dentro de su propia fortaleza como fuera. Como castigo público hizo trasquilar a Catalina y arrojó del techo paterno al hijo.

Mas importante fue el enfrentamiento con su mujer Juana, quien acabó marchándose por no hacer vida con ellas (las mancebas que tenía en su casa) y empujando a su hijo Gonzalo contra su padre.

Este para complacerla, conforme al Fuero, hizo cortar las orejas y la punta de la nariz a dos de ellas, por lo que enfurecido Lope García llegó a cercar la casa portugaluja de La Sierra donde se habían refugiado esposa e hijo.

Sabino A.

viernes, 29 de agosto de 2025

PILDORAS Y RETAZOS DE LA HISTORIA JARRILLERA: LA BODA DE LOPE GARCIA SALAZAR

  


Lope García de Salazar se casó con Juana de Butrón en 1425 cuando tenían 25 y 18 años respectivamente, suceso que revistió gran importancia política reuniendo a gente señalada, considerado el linaje Butrón el mas principal del Señorío como lo era Salazar en Somorrostro y entre los mejores de la Encartación.

La novia fue desde Portugalete en lomos de una mula acompañada de su escolta, hasta San Martín en medio de la expectación popular.

Una vez terminada la ceremonia nupcial en la casa solariega, los padres del recién casado se acercaron a su nuera y la colocaron en la mano un ramo y cierta cantidad de tierra según los atributos de arras reconocidos por el fuero general vizcaino. Y ante todos los presentes declararon solemnemente cómo la enarraban y entroncaban en su solar al mismo tiempo que la introducían en la vieja torre.

Al presente los bienes otorgados fueron la casa de La Sierra en Portugalete, para vivienda, y las rentas de la ferrería de El Arenao y aceñas de La Puente y Fresnedo para sustento.

En cambio la novia aportó una dote más variada y sobre todo copiosa en muebles, especialmente una gran cantidad de vestidos y atavíos para su arreo que se trasportaron en acémilas a la casa de Portugalete. A tales bienes personales acompañaban otros objetos para su uso y decoro como eran muchas arcas llenas de lienzos para las camas y hogar, sobre todo una serie de ricas joyas de oro y numerosas piezas de plata y mas concretamente entre ellas había muchas tazas de plata.

Finalizada la ceremonia los nuevos cónyuges pasaron a convivir por espacio de casi 15 años a la mencionada casa de La Sierra hasta que muerto Otxoa en 1439 se trasladaron a la sede central de San Martin.

Sabino A.

martes, 26 de agosto de 2025

PILDORAS Y RETAZOS DE LA HISTORIA JARRILLERA: CASTIGO ANTE LOS ROBOS

  


En las Ordenanzas de 1518, se imponían penas a los autores de robos y hurtos. El rigor con que se castigaban los delitos contra la propiedad nos da la medida del respeto que sentían por la misma y hasta nos hacen suponer que las trasgresiones fueran poco frecuentes.
     Para los primerizos la pena establecía:
     Ser sacado con una soga al pescuezo y las manos atadas y encima de un asno, y el pregonero detrás diciendo y pregonando el tal hurto y diciendo a publica voz que tal es la justicia.
     No es de suponer que después de tal castigo se atreviese nadie a reincidir, pero si alguno lo hacía, volvía de nuevo a recorrer las calles, jinete en el burro de la vergüenza y después de la excursión recibía en medio de la plaza cien azotes que eran contados a coro por el vecindario que los presenciaba.
     Y si a pesar de tanta severidad osaba alguno reincidir, entonces además del paseo a la jineta y de los azotes, le cortaban las orejas para perpetuar el escarmiento. 

MARIANO C.G.

martes, 19 de agosto de 2025

PILDORAS Y RETAZOS DE LA HISTORIA JARRILLERA: TRES OFICIOS DE MUJERES EN EL SIGLO XV

 

Empezamos con esta entrada, una serie que hemos denominado, PILDORAS (por su brevedad) y RETAZOS (fragmentos) DE LA HISTORIA JARRILLERA, empezando de la mano de Mariano C.G. cuya “Monografía Histórica” fue la base o el pilar de todas las investigaciones posteriores de nuestro pasado: 

Las primeras Ordenanzas de Portugalete, llamadas las Ordenanzas Antiguas, de 1459, constituyen sin duda uno de los Ordenamientos Jurídicos-administrativos más remoto de Bizkaia.
     En ellas se regulaban algunos aspectos del trabajo, pero con un espíritu bien poco fino por cierto. En realidad no tiene otra justificación que la época en que se hicieron.
     Según ellas no es al obrero al que hay que proteger, sino al patrono, fijando no el salario mínimo sino el máximo. Viejo concepto del derecho social.
      Sobre las mujeres, que ganaban menos, encontramos tres oficios:
      Las horneras, que cobraban por cocer el pan, 8 maravedís y si algún panadero pagaba mas era castigado con 50 maravedís.
      Si el sangrador, Maese Martin, tenía fijado en sus honorarios 20 maravedís por cada sangría, lo mismo cobraba la partera, denominada la oficial de las mujeres, cuya prestación de su servicio era obligatorio cuando fuese requerida por alguna vecina, pero no a requerimiento de forasteras, pues no debía salir de la Villa porque “podía venir peligro a las mujeres de ella”.   
      También existía una oficial para atar las tocas, es decir una peinadora que no había de cobrar más de un maravedí por cada intervención y “no más tocino ni dinero ni otra cosa ninguna so pena de 50 maravedís”.

MARIANO C.G.

martes, 8 de julio de 2025

BILBAO VS. PORTUGALETE

 

EL CORREO en su edición del 15 de junio dedicó dos páginas con el titulo VIAJE AL PRIMER BILBAO, a la fundación de la villa bilbaína con una bonita ilustración a partir de un dibujo de Javier Zarracina, Fernando Baptista y Carlos Zahumensky.

Quizás por la secular rivalidad que siempre ha existido con la villa jarrillera, no nos hemos resistido a comparar su información con la de Portugalete y su similitudes.

Empezamos recogiendo las principales imágenes que ilustran el articulo y las comparamos con las que disponemos de nuestra Villa dibujadas por Fernando Hierro, Mikel Torka y Goio Bañales.

Se dice que, como villa, Bilbao no solo fue fundada en 1300 por Don Diego “el intruso”, sino que «fue requetefundada», como escribió Manuel Basas, recibiendo una segunda carta puebla en 1310 de manos de María Díaz de Haro, su sobrina y legal Señora de Bizkaia, y una serie de privilegios reales concedidos por los reyes de Castilla que otorgaban a sus pobladores notables libertades, franquicias y ventajas fiscales que facilitaron su rápido crecimiento urbano y económico.

Lo cual nos recuerda también nuestra historia, así como cuando dice que entonces fundar una villa a menudo no era sinónimo de crear una población en un lugar deshabitado, sino de ordenar un lugar poblado ya existente. Así fue el caso de Bilbao y Portugalete que, como suele recordarse cada vez que se conmemora su nacimiento 'oficial', «ya eran puerto antes que villas».

Otras similitudes que podemos apuntar es la existencia desde antiguo de ferrerías en sus afueras, el astillero en los arenales de la ría junto a su casco antiguo, y la muralla de la que quedan muy pocos restos.

Nos dice que en Bilbao existía una pequeña iglesia dedicada a Santiago y a medida que la población fue creciendo, la fisonomía del templo sufrió modificaciones y reconstrucciones, algo similar de lo que podía existir en Portugalete salvo que la advocación del templo actual a Santa María se lo puso la fundadora.

Si la entrada principal de la villa bilbaína era el Portal de Zamudio, en nuestra Villa la principal era la del Cristo, y las principales edificaciones de ambas eran las torres de las familias nobles. De planta rectangular, estaban construidas en sillería y podían utilizarse con carácter defensivo.

Si el corazón de las villas eran la plaza donde se comerciaba y se celebraban los festejos y un gran mercado que atraía a las gentes de los alrededores, cuyo espacio en Bilbao lo ocupa actualmente el Mercado de La Ribera, en Portugalete estaba en la calle del Medio hasta que se trasladó a la plaza del Solar.

Finalmente se nos recuerda que los linajes protagonizaban frecuentes disputas entre ellos, que a veces se convertían en batallas dentro de sus muros, y que las mujeres solteras llevaban la cabeza rapada con un rodete alrededor de ella. En ambas los mercaderes eran una de las clases sociales más influyentes.

 

jueves, 12 de junio de 2025

LA CELEBRACION DEL QUINTO CENTENARIO DE LA FUNDACIÓN DE LA VILLA EN 1932

 

Tras la conmemoración del Portugalete 700, nos llama la atención esta noticia que nos envía Karla Llanos de El NOTICIERO BILBAINO del 5 de julio de 1932 anunciando:

Entre las fiestas organizadas para este verano por la Comisión municipal de Música y Festejos, figura una cabalgata artística, con la que se conmemorará el quinto centenario de la fundación de la Villa de Portugalete por doña María Diaz de Haro. Con este motivo, la casa consistorial lucirá una vistosa iluminación y el alcalde dará lectura ante el pueblo reunido, de la carta puebla concedida a la villa por su ilustre fundadora.

Recurriendo al programa de fiestas de aquel año, nos encontramos con la explicación, tras el título de 21 de agosto de 1432.

El ayuntamiento recordaba que la efeméride del 600 aniversario se les había “ido de las manos sin un recuerdo para tan fausta fecha, ni una ofrenda para la tan benemérita fundadora. Hasta el año 2022 no hay, pues, centenario que celebrar y es sensible, porque los pueblos deben, de cuando en cuando, rememorar su historia”.

Así que para reparar el olvido recurrieron a la fecha de 1432, 110 años después, que corresponde a una de las confirmaciones de la carta que hizo el Rey, y que es la única que se conserva en nuestro Archivo.

Es la fecha del único privilegio original, con sello y todo, que ha llegado a nuestras manos. Por lo tanto, la celebración del quinientos aniversario no ha de resultar oficiosa y así, aprovechamos tan feliz coyuntura para refrescar un poco nuestra historia y hacer que las actuales generaciones, que no han de llegar a la fecha autentica del centenario que tendrá lugar en 2022, puedan tributarle su ofrenda a doña María Díaz de Haro, llamada la Buena, viuda del infante D. Juan y Señora de Vizcaya.

La cabalgata histórica saldría de la casa Consistorial, estando representada por la Villa y los Concejos, el Preboste, Justicias y Alguaciles, todos ataviados con trajes de la época, que recorrerían las calles de Salcedo y Coscojales (el historiador de Portugalete) marchando a la de doña María Díaz de Haro, en honor de la fundadora y regresando por la Plaza de la República a la Casa Consistorial, desde uno de cuyos balcones el Sr. Alcalde dará lectura de la Carta Fundacional.

No conocemos fotos de dicha cabalgata pero conservamos una fotografía de la fachada del ayuntamiento iluminada por la noche que pertenece a los fondos de Jesús Navarro, cuyo negocio familiar se encargó del proyecto de iluminación.

 

lunes, 3 de marzo de 2025

TRAS LA CELEBRACION DEL 500 ANIVERSARIO DE LA SALIDA DE ELCANO PARA LAS MOLUCAS, NUESTRO RECONOCIMENTO A MANUEL ROMERO TALLAFIGO

 

La pasada semana tuvimos entre nosotros con motivo del 500 aniversario de la salida de la segunda expedición de Elcano desde nuestra Villa, a Manuel Romero Tallafigo, una de las personalidades más relevantes y de mayor prestigio en la Archivística, catedrático y doctor en Historia por la Universidad de Sevilla, donde ha sido responsable del Archivo General de Indias al que ha dedicado numerosos estudios y autor del libro Testamento de Juan Sebastián Elcano (1526).

Este último libro le llevó a conocer en profundidad la personalidad de Elcano, y aunque no había estudiado lo relativo a nuestra Villa, que con su famosa barra guarda gran paralelismo con la de su Sanlúcar de Barrameda natal, le permitía darnos a conocer de una manera enormemente amena y cercana algunos detalles de la presencia del gipuzkoano en Portugalete con motivo de la expedición a las Molucas.

Empezó recordándonos la riqueza que guarda dicho Archivo de Indias, con 43.000 legajos, ósea 86 millones de páginas escritas a mano, con 8.000 mapas y dibujos, y que está abierto a que le investiguemos la información que atesora tras la palabra PORTUGALETE.

A este respecto surgió la sugerencia de que el Ayuntamiento al igual que ha tenido establecido un premio de investigación histórica, que últimamente quedó desierto, estudie la posibilidad de adaptarlo a una beca para que un investigador lo haga. Don Manuel Romero, ya hace tiempo jubilado, “Manolo” para los que le tratamos estos dos días, se ofreció gustoso a echarle una mano al elegido.

Al margen de la diversidad de temas que nos dejó abiertos, quisiéramos destacar la presencia a la hora de firmar Elcano su testamento, del portugalujo Martin de Uriarte, guardián de la nao capitana Victoria desde su salida de Portugalete, hijo de Martin de Huriarte de Portugalete. Dos días antes en una almoneda aparece también como “guardián” adquiriendo un curioso libro de Marco Paulo por un ducado y medio.

Quedó sobre la mesa la interpretación que nosotros hacíamos de que la citada firma, que aparece dos veces, pueda referirse a Martín de Ugarte, un linaje mucho más conocido en aquel entonces en la Villa, dado que el apellido Uriarte no figura entre el vecindario, así como que alguno de los presentes en el acto, o algunos miembros de la expedición debieran de ser también portugalujos.

Sobre la estancia de las naos de la armada en Portugalete, apuntó muchos datos de interés sobre los que volveremos, tras intentar completarlos.

El 11 de enero de 1525 llegan a Portugalete desde los astilleros las naos Vitoria, Sancti Spiritus, Anunciada, y San «Grabiel», el 25 de enero pasan la barra y el 25 de febrero parten para La Coruña donde les esperaban las carabelas Santa María del Parral, San Lesmes y el patache Santiago. (En este último hemos situado siempre al piloto portugalujo Ortuño de Alango).

Con la estancia de 45 días de Elcano en la Villa, donde se firmó la entrega de las cuatro naos a Elcano, nos quedan gran cantidad de información y nombres, para estudiar: Suministros de lonas, cáñamo, estopa, clavazón, cavias, candelas,…. trabajos de carpintería, calafatería, caldereros, serradores de madera, calafates, arrenqueros de bateladas de madera, espadadores que espadan el cáñamo para hacer la jarcia… personajes que citan, Marina la estopera, la mujer de Johan Martínez de Urribarri que dio de comer a los espadadores, … sin olvidarnos de los lemanes que le ayudaron a salir de la barra, con sus nombres, embarcaciones, número de hombres… y todo ello traducido a dinero.

jueves, 20 de febrero de 2025

500 ANIVERSARIO DE LA SALIDA DE PORTUGALETE DE LA SEGUNDA EXPEDICION DE ELCANO A LAS MOLUCAS

 

Han pasado ya 10 años desde que nuestro amigo Goio Bañales, publicó su In Insula Maris y a quien tuvimos en uno de nuestros Encuentros del Hotel para que nos hablara del “Mundo naval de Portugalete” y sus acaecimientos mas importantes.

Nos recordó como primera etapa de iniciación los años de 1041 a 1471, para pasar a continuación de 1471 a 1572, a los tiempos de esplendor de nuestros navegantes, a los que siguió el siglo de los militares de 1572 a 1713, con la pléyade de capitanes, la marina ilustrada de 1713 a 1814, para acabar con la decadencia a partir de 1800.

Pues bien, en el periodo de esplendor, según nos dijo entonces, tras la primera expedición de Magallanes en la que Elcano consiguió dar la vuelta al mundo, el emperador decidió organizar otra segunda al mando del comendador de San Juan de Malta, fray García Jofre de Loaysa, con el deseo de que trajesen más especería. Sería Elcano el encargado de reunir en Guetaria dinero y gente para las siete naves, de las que armó en Portugalete las cuatro mayores, entre las que estaban la capitana “Vitoria” y la “Santi Spiritu” y algunos proponen que otro de los navíos habilitados en Portugalete era la carabela San Lesmes.

La expedición salió en febrero de 1525, hace 500 años de nuestra Villa hasta A Coruña donde se le juntaron el resto de las naves y donde fueron abastecidas todas.

Testigos tan calificados como Andrés de Urdaneta o el clérigo Juan de Areizaga, confirman lo anterior: “Su magestad mandó hazer la armada en la villa de Portogalete y en la ciudad de La Coruña para las islas de Maluco, donde fueron nombrados por capitanes, por general el capitán Loaysa e Juan Sebastián del Cano, que así bien era capitán”.

La flota la componían la nao “Vitoria” o “Santa María de la Victoria”, que era la capitana de la armada, de 300 toneles; “Santi Spiritu”, nao de Elcano que se perdió al pasar el estrecho de Magallanes, de 200 toneles; “La Anunciada”, de 170 toneles; “San Gabriel”, de 130 toneles; “Santa María del Parral”, de 80 toneles, “San Lesmes”, de 80 toneles, el patache “Santiago”, pilotado por Ortuño de Alango, de 50 toneles, y la carabela “San Antonio”.

La financiación de esta armada corrió por cuenta, en su mayor parte, de los fúcares alemanes y los banqueros burgaleses, y en menor medida por los mismos capitanes que la gobernaron, es decir, como en la anterior de Magallanes.

El viaje fue un desastre. La nao de Elcano se perdió en medio de un temporal en el Cabo Vírgenes el punto más al sur de la costa de Argentina y entrada del estrecho de Magallanes. La “Anunciada” y la “San Gabriel” renunciaron a seguir adelante y volvieron a España. El resto de navíos consiguió a duras penas atravesar el estrecho, para encontrase inmediatamente con una tempestad que deshizo la escuadra. Solamente la capitana “Vitoria” consiguió llegar a Tidore, muriendo en el viaje Loaysa, Elcano y la mayor parte de tripulantes.

Como vimos en la entrada anterior, en 1527 tras una accidentada navegación, bajo la responsabilidad del portugalujo Ortuño de Alango, es conveniente que lo recordemos, llegaron a una isla que bautizaron como Islas de los Reyes, por haberlas hallado el día de Reyes, siendo al día siguiente cuando Alango murió, un 25 de enero de 1528 siendo su cuerpo echado al mar.

Finalmente sobrevivieron 24 personas, que regresaron a España prisioneros de los portugueses en el año 1536. La “San Lesmes” se perdió sin que nunca volviese a saberse de ella ni de su tripulación. Algunos marinos de la “Santa María del Parral” se amotinaron y la embarrancaron cerca de Cebú. El patache “Santiago” consiguió llegar a la costa de Nueva España, a la gobernación de Hernán Cortés.

Los próximos días en la Villa se celebrará esta efemérides con un desfile naval por la ría con ofrenda foral y sendas conferencias de Manuel Romero Tallafigo y Sabino Laucirica, que nos completaran mas información que la que disponíamos hace una década, pues según nos confirman, de las cuatro naos que irían en esta segunda expedición a las Molucas, la nao Victoria se terminó en Bilbao y la Anunciada, la Santi Spiritu y la San Gabriel en los astilleros de Portugalete y sería el día 25 de Febrero cuando surcaran la barra de Portugalete al encuentro de la muerte.

Cerca del museo RIALIA, junto a un ancla tipo Hall, que ha sido donada por la Armada, se colocará una placa conmemorativa. Desconocemos su texto pero los organizadores lo que quieren recordar es que hace 500 años la Villa era el puerto más importante de que disponía la corona castellana, donde más embarcaciones podía encontrar y donde se construían las de mayor tonelaje. Como recordaba un experto, en aquellos años de descubrimiento de nuevas tierras, Portugalete era el Cabo Cañaveral moderno donde encontramos el origen de gran parte de las expediciones.

También nos debe servir como recuerdo de tantos portugalujos que como Ortuño de Alango, participaron en dichas aventuras y han quedado totalmente olvidados. Esperemos que los nuevos investigadores nos saquen a la luz sus nombre que dormirán en viejos legajos de los archivos de Indias entre los componente de aquellas embarcaciones que partieron desde aquí. 

 


 


lunes, 29 de enero de 2024

RICOS Y POBRES EN PORTUGALETE EN EL SIGLO XVII

  


Presentamos hoy este articulo que nos ofreció Goio Bañales, el 17 de abril de 2008 en su desaparecido blog, dado su interés para conocer la sociedad portugaluja del año 1630. Recogemos en un anexo la relación del vecindario de aquellos años, para los curiosos o estudiosos en esa época.


En el Archivo Histórico Municipal de Portugalete se halla un documento de valor excepcional desde el punto de vista histórico. Refleja como muy pocos el estatus social de todas y cada una de las familias que habitaban en la villa en el primer cuarto del siglo XVII.

Se trata de un donativo, por valor de 11.000 reales, que Portugalete quiso hacer a la corona. Una cantidad que se recaudó contribuyendo cada familia de forma proporcional a su riqueza. Todos participaron, pobres y privilegiados.

 El conjunto de la población de la villa -se data en 1630- ascendía a 178 vecinos, entendidos estos como cabezas de grupos familiares. Se contaban, incluso, las viudas, que no se libraron de poner la parte que les correspondía. La cantidad media se establecería en cerca de los 62 reales/contribuyente; sin embargo, el desfase en el reparto de la riqueza era tan enorme que en el documento encontramos terratenientes capaces de aportar 400 reales (el preboste Pedro de Salazar, el general Martín de Vallecilla y Domingo Martinez de Guisasa) y pobres a los que se les ha rebajado su aportación a 12 reales como fue el caso de María “la Balluso”.

 Es decir, una desproporción de más del 33:1.

En aquel tiempo la categoría social de una persona, su estatus, su capacidad de acceder a puestos de representación pública, etc. estaba en relación a su riqueza (poco más o menos como hoy día). Por tanto, no deben perderse de vista documentos como este, pues nos informan como ningún otro del contexto social en el que aquellos vivían y de la posición que ocupaban en la pirámide social. Puede haber, claro está, alguna persona que por algún motivo tuviese menor contribución que la que su verdadero poder adquisitivo exigiría, pero esto resulta difícil de discernir. Por ejemplo, cabe pensar que se tuviese un cierto miramiento con las viudas, o que gente que tuviese el grueso de sus propiedades en los concejos y gozase de doble vecindad no cotizase en función de su nivel sino en la parte que le correspondiese por sus propiedades en la villa. En fin, cierta casuística que, con todo, no desvirtuaría mucho -supongo- el resultado final del análisis.

Una sociedad con ricos muy ricos y algún pobre de solemnidad, en el que las grandes fortunas se fueron agrupando en ciertas familias y luego, mediante los vínculos y mayorazgos, en individuos concretos, pero con una característica que ya apunté en el libro de los "Mayorazgos de Portugalete", en la que me reafirmo, y es que no se trataba de una sociedad cerrada sino que, por el contrario, durante los siglos XVI y comienzos del XVII estuvo muy abierta al cambio y permitió que se creasen nuevas fortunas y el enlace de unas familias con otras. Otra cosa bien distinta es la lectura que ofrece en este aspecto la sociedad del resto del XVII y de siglos posteriores.

Otra de las lecturas que se me ocurre para cerrar este artículo es que la gran cantidad de viudas que aparecen reflejadas no es casual. Un pueblo abierto al mar como Portugalete, donde la mayor parte de los hombres desempeñaba sus labores en la marina de guerra o en la mercante, con el alto precio de vidas humanas que esto supuso en aquellos años de guerras constantes, no podían ofrecer otro resultado. Y lo más dramático es que estaban próximos a llegar años aún peores en ese sentido.


++++++++++++++

  

ANEXO


En dicho documento las cantidades recogidas se desglosaban así:

Con 400 reales:
Pedro de Salazar, el alférez y preboste mayor,  
Martín de Vallecilla, general y
Domingo Martínez de Guisasa.


Con 300 reales:
Francisco de Vallecilla, hermano del general,
Pedro del Manzanal, capitán.


Con 264 reales:
Martín Pérez de Coscojales,
Cristóbal de Torreblanca,
Domingo de Vallecilla (en algunos documentos se apunta con este nombre a Domingo Martín de Vallecilla, hijo del general, aunque posteriormente a esta fecha -año 1630- es más frecuente hallarlo simplemente como "Martín"), Aparicio de Hormaeche,
Pedro de Bilbao Leguizamón,
Juan del Casal Martiartu y
Santiago del Río.

Con 200 reales:
 Antonio de Larrea y su madre (entendidos como una sola unidad familiar),
y Antonio de Bilbao.


Con 160 reales:
Pedro de Gordón,
Marcos de Llano, capitán
Juan de Peredo, capitán
Pedro de Avellaneda Salazar,
Lope de Montaño Salazar,
Pedro de Montaño,
Pedro de la Pedriza,
Juan de Pucheta
,
Ochoa de Otañes y
Cristóbal de Torreblanca, el menor.


Con 132 reales:
Juan de Sobrado, que era alcalde aquel año,
Pedro del Casal Salazar y
Fernando de Tavorga.


Con 100 reales:
Pedro de San Martín,
Gregorio de Coscojales,
Juan de Echeburu, almirante
Pedro de Rasines,
Martín de Mendívil,
Gregorio de Aranguren,
Martín Pérez de Zabala, capitan
Pedro de la Torre,
Juan Ochoa de las Muñecas,
Domingo Sánchez de la Cueva,
Teresa Sánchez de Capetillo, viuda,
Juan de Goicoechea y
Santiago del Meillo


Hasta aquí podría considerarse el grupo de los más privilegiados, en el que podíamos incluir, tal vez, a algunos que pagaban unas cantidades que se salían de las comunes, como Miguel de Vera Salazar, con 80 reales, Toribio Calderón, 60 reales, Joan de Badillo, 70 reales, Francisco de Boo, 80 reales, y Juan de Castaños, que pagó 90 reales.


Con 48 reales, ya por debajo de lo que un reparto indiscriminado hubiese exigido, contribuyeron:
Antonio de San Martín, licenciado
Andrés de la Quintana,
Isabel de Revilla
, viuda,
Lope de Sertucha Villela,
María Sáenz de Musques, viuda,
Mateo de Cuevas,
María Sáez del Azebal e hijos,
Mariana de Engola y
Joan de Cauto.

 

El mayor grupo -en el que llama la atención el elevado número de mujeres que encabezan un conjunto familiar, normalmente viudas- fue el siguiente:

Con 36 reales:
Sebastián de Chavarri,
Teresa Pérez de la Sierra,
 
María Lucas de Ruibañes,
Andrés de Baracaldo,
Sebastián de la Llosa, el menor,
Sancho de Echavarri,
Juan de Zaldivar,
María de Barzenilla,
Juan de Otañes
,
María Sáenz de Vallecilla, viuda,
María de Ybarra y sus yernos,
María Santos de Galíndez, viuda,
Miguel de Ugarte,
Domingo de Amezaga,
Pedro de Elguero,
Domingo de Avellaneda,
María de Sojo, viuda,
María Hernández de Martiartu
, viuda,
Isabel de Martiartu, viuda,
Juan de Laudio,
Santiago de Urtetegui,
Ana González,
María Urtíz de Zavalla,
Joana de Garita,
Antonia de Villabaso, viuda,
Juan de Flor, su yerno (de la anterior),
María de Revilla,
Juan de Zavala,
Simón de Garay,
María de Pedrosa,
Aparicio de Pucheta,
Martín del Casal,
Martín de Butrón,
Joan de Llano,
Antonia de Elguero
, viuda,
Sebastián de la Llosa,
Pedro de la Ternueva,
Domingo de Gamecho,

María Sáenz de Zuazo, viuda,
 
Antonio de Larragoiti,
María de Origuen, viuda,
Francisco de Montaño
,
Asensio de Uribe,
Martín de Demosti,

Pedro de Arteaga,

Catalina de Barasueta,

Marcos de Boo,

María Pérez de Landaverde, viuda,

Vicente de Tellaeche,

Ramos de Pucheta,

Mariana de Rasines,

Santiago de Demosti,

Sancha Ortíz de Santurce, viuda,

Pedro de Guerra,

Ana de Gordon, viuda,

Lucía de Revilla, viuda,

 Francisca de Pucheta,

Bartolomé de Avellaneda,

Juan de Llano,

Magdalena de Elguero,

Juan de Llano,

Pedro de Villar,

Juan de Uruxula,

Ochoa Pérez de Basori,

Francisco de Zavalla,

Marcos de Echavarri,

Simón de Capetillo,

Juan Moreno,

Tomás de Elguero,

Fernando de Chavarria y su suegra,

Matías de Goiri,

Francisco de Vallecilla,

Juan de Ubiarnes,

Marta de la Baluga, viuda,

Diego de Laya, preceptor,

Martín Pérez de Arana e Iñigo de Sesto (se citan ambos juntos),

Ana de Ugarte, viuda,

Mariana de Loizaga, viuda,

Sebastián de Lecanda,

María Sáenz de Nalda,

María de Larraondo, viuda,

Juan de Musaurieta,

Juan de Zuazo,

Antonia de Rasines, viuda,

Juan Ramos del Pedregal (como) yerno de Pedro de Villar,

Ramos de Sarabia, viuda,

Gregorio de Nozedal, yerno de "la Morena",

Martín de Lereta, capitán,

Inés de Gordon, viuda,

Pedro de Aresmendi,

María de Sorribas,

Águeda de Romeroso, viuda,

Pedro de Cotillo,

Domingo de Bastereche,

Nicolás Rodríguez,

Pedro de Cotillo (difunto, se cobra de sus bienes),

María Sáenz de Nozedal, viuda, y

Juan García de Palacios.

Con 24 reales

Rodrigo de Flor,

Bartolomé de Aresmendi,

Martín de Goyarzu,

Juan de Las Casas,

Pedro de Gana,

Marcos de Sarantes,

María Alonsa de Ybarra,

Inés de Larrea Salazar,

María Sáenz de Musques, hijas de Francisco de Vallecilla,

Juan de Urcullu y su suegra,

Catalina de Fontuso e hijos,

Felipe de Ochandía.

Con 16 reales:
María de Montellano,
María Juanes de Echavarri, viuda,
Julián de Mazos,
María de Urrutia dicha "Paredes",
Sebastián de Nozedal,
Juan de la Vega
.
 

Con 12 reales:
María "la Balluso".

miércoles, 7 de septiembre de 2022

SOBRE LA ESTRADA DE LA PAJONA



El 12 de mayo de 2020 José Luis Garaizabal publicó en este blog un interesante artículo sobre la desaparecida Estrada de la Pajona, estrecho camino que arrancaba entre el convento de las Siervas de María y el n.º 12 de la calle Gregorio Uzquiano, atravesaba la actual Carlos VII (entonces ocupada por huertas) y llegaba hasta la parte alta de General Castaños. No repetiremos los datos aportados por Garaizabal, a cuyo artículo remitimos (PINCHAR), y tan sólo añadiremos dos datos que no aparecían en dicho artículo.

En la relación de bienes pertenecientes al mayorazgo de los Montaño-Salazar, de 1569 (aunque en copia de 1662) consta «La viña llamada La Pajona que linda por la cabecera con la estrada que llaman de Çumillo» (Gregorio Bañales: Mayorazgos de la Villa de Portugalete, p. 96).

En un reconocimiento jurisdiccional del 29 de mayo de 1764, las autoridades portugalujas afirmaron que varios términos pequeños estaban incluidos en barrios más amplios. Por ejemplo, La Pajona estaba dentro del barrio de Abaro (Cipriano Ramos Larriba: Monografías de los Pueblos de Bizkaia. Portugalete, p. 31).

La pregunta principal que se hacía Garaizabal, es cuándo desapareció esta estrada: si con la construcción del convento de las Siervas de María, cuya primera piedra se puso el 22 de octubre de 1913, terminando las obras en 1915, o con motivo de la construcción del n.º 12 de la calle Gregorio Uzquiano, comenzado en 1947.

Lo cierto es que nada se dice del asunto en la única monografía que existe sobre el convento de las Siervas de María, titulada Las armas de las Siervas, obra de Javier M. Suescun. Como tampoco se dice nada en la noticia que sobre el comienzo de las obras del monasterio publicó el Noticiero Bilbaíno el 23 de octubre de 1913.

Intrigado por la cuestión, el 18 de agosto de 2022 me puse en contacto con las monjas del convento, por si conservaban el recuerdo del camino. Como era de esperar, ni las más ancianas recordaban un caminito que debió pasar desapercibido para la mayoría de la población, hasta el punto de permitir su ocupación con el patio conventual. Una de las monjas, la salmantina Sor Josefa, a petición mía tuvo la amabilidad de consultar el llamado Libro de Crónicas, donde las monjas escriben su día a día, pero nada consta en dicho Libro sobre la estrada, ni siquiera en sus fechas más tempranas.

Con idéntica amabilidad, Sor Josefa me permitió acceder al patio interior que se abre entre el convento, la fachada trasera del n.º 12 de Gregorio Uzquiano, y las fachadas traseras de los edificios que dan a la calle Gipuzkoa.

Gracias a ello pude realizar la fotografía que presento a los lectores. Como se aprecia en la imagen, el espacio que ocupó la estrada está ocupado por un jardín, algunas dependencias auxiliares del convento, y a la derecha un murete de piedra que cerca un pequeño patio anexo a la fachada trasera del citado n.º 12 del Ojillo.

Expongo a continuación dos hipótesis:

- Es muy posible que la preexistencia de la estrada coadyuvara a que se crease este relativamente amplio patio.

- Aunque la Estrada de La Pajona desapareció, en su lugar se abrió un estrecho camino que hoy día transcurre pegado a la fachada del convento, como se puede ver en la foto. Desde luego no estamos en posición de poder afirmar que es la Estrada de la Pajona, pero como “heredero” de dicha estrada, este caminito es lo más parecido que nos queda. Además, como vemos en la imagen, el caminito desemboca en un portón que se sitúa en la misma dirección que debió seguir la estrada original, en su transcurso hasta la parte alta de General Castaños.

En conclusión, tendremos que esperar a que aparezca algún nuevo documento, quizá en el Archivo Municipal, para despejar nuestras dudas sobre la desaparición de la Estrada de la Pajona. 

Aitor González Gato.

 


 

 

viernes, 29 de julio de 2022

PORTUGALETE Y EL MAR

  


Con motivo del 700 aniversario de la fundación de la Villa, Xabier Alberdi Lonbide, Director del Euskal Itsas Museoa de Donostia, nos ha dejado dos aportaciones sobre nuestra historia relacionada con el mar, como son un artículo en el Programa de Fiestas y una conferencia que tuvo lugar en RIALIA.

Reproducimos el primero: 

Tal como su propio nombre indica, la razón de ser de Portugalete es el mar. Constituía un puerto natural, una ensenada protegida, situada aguas arriba de la desembocadura del Nervión, inmediata a su problemática barra de arena. En suma, un elemento im­prescindible para las maniobras necesarias para sortear esa formación sedimentaria que constituyó siempre una dificultad para la navegación, pero, al mismo tiempo, una oportunidad para los pobladores de ese puerto, expertos conocedores del medio en el que se ganaban la vida.

Ya en época romana debió llamar la atención este especial emplazamiento. Sin embargo, las primeras noticias históricas acerca del interés que despertaba el en­torno de la desembocadura del Nervión se retrotrae al siglo XI. En concreto, el año 1054 Munio, obispo de Armentia o de Valpuesta, según distintos historiadores, dio en permuta al abad de Oña el monasterio de "Sancti Georgis" (Santurtzi) situada "en una isla del mar, en Somorrostro".

El puerto de Portugalete destacaba, sin duda, en estas relaciones entre la costa y el interior. Tal como su carta puebla indica, en Portugalete confluían los caminos procedentes desde Castilla a través de Orduña, Artziniega y Valmaseda, principales rutas por las que discurría el tráfico comercial entre la costa vizcaína y el interior peninsular. Otros caminos conectaban a Portugalete con las principales plazas comerciales y villas del entorno como Bilbao, Plentzia, Bermeo y Castro. Las actividades marítimas y comerciales que progresivamente se desarrollaban en Portugalete, acabaron por consolidarse definitivamente a partir de la concesión en 1322 de la carta puebla por doña María Díaz de Haro. En ese sentido, otorgaba a sus pobladores libertad de tránsito por todos los mencionados caminos, así como otra serie de exenciones y derechos que afianzaron la posición de preeminencia comercial que la nueva villa ostentaría hasta bien entrado el siglo XVI. En suma, hay que señalar que la concesión de la carta puebla fue la culminación de un proceso de crecimiento que venía de siglos atrás.

Investidos de exenciones y libertades y dotados de una institución municipal elec­tiva, con exclusiva capacidad jurisdiccional sobre todas las cuestiones civiles y criminales que tuvieran lugar en sus términos, los vecinos de Portugalete constituyeron, en adelante, un agente de primer orden en el gran desarrollo que conocieron las actividades marítimas del País Vasco, entre las que cabe destacar la construcción naval y el comercio y transporte naval entre la fachada atlántica europea y el Mediterráneo occidental.

A partir del descubrimiento de América, la flota portugaluja sería una de las grandes protagonistas de actividades como la Carrera de Indias desde Sevilla o las grandes pesquerías de ballenas y bacalao en Terranova. Los vecinos de Portugalete, avezados desde su juventud en las dificultades que entraña la navegación merced a la barra del Nervión, participarían de lleno en expediciones comerciales y de exploración que se desarrollarían a durante los siglos XVI, XVII y XVIII a lo largo y ancho de todos los océanos del planeta, reafirmando una vez más la tradición marinera de la Villa y dando a conocer su nombre allende los mares.

 

En cuanto a la conferencia titulada Portugalete en los océanos: protagonismo de la villa marinera allende los mares, se puede reproducir en el siguiente enlace: 



 

sábado, 18 de junio de 2022

RECOGIDO DE LA PRENSA: MARÍA “LA BUENA”, REFUNDADORA DE BILBAO

 


JULIO ARRIETA en EL CORREO del 23 de mayo 2022 nos cuenta como esta señora de Bizkaia decidió crear de nuevo la villa en 1310 ignorando la carta puebla otorgada en 1300 por su tío y rival, Diego López de Haro:

 En el callejero de Bilbao Diego López de Haro, Señor de Bizkaia y fundador de la villa, y su sobrina María Díaz de Haro, Señora de Bizkaia y también fundadora de la villa, están unidos. La avenida y la calle que llevan sus nombres confluyen en un punto de encuentro que, bien mirado, no deja de tener cierto simbolismo. En ese lugar se podría recordar de algún modo su acuerdo final, aquel que devolvió a doña María, conocida como 'la Buena', el control del Señorío, usurpado por don Diego, que en contrapartida pasó a ser recordado por la historia como 'el Intruso'.

Aquel pacto puso fin a un enfrentamiento dinástico muy complejo y explica el curioso hecho de que Bilbao fuera fundada como villa en dos ocasiones, la primera por don Diego, en 1300, la segunda por doña María, en 1310 y dando a entender que la anterior carecía de validez –se puede imaginar que para desconcierto e incertidumbre de los bilbaínos de aquel tiempo–.

María Díaz de Haro nació hacia 1270.Era hija de Lope Díaz III de Haro y Juana Alfonso de Molina, nieta del rey Alfonso IX de León. Se casó –es decir, la casaron– en 1287 con el infante don Juan de Castilla, viudo y mayor que ella –había nacido en 1262–. El matrimonio tuvo tres hijos: Lope, María y Juan, conocido como el Tuerto.

María accedió al Señorío en 1289 tras las muertes de su padre, Lope Díaz III, asesinado en Alfaro, y de su hermano, Diego, que fue Señor de Bizkaia apenas un año y murió sin hijos.

Como resume el historiador Manuel Montero, «conforme a la costumbre, le tocaba la sucesión a María Díaz de Haro. Pero, dentro de los conflictos nobiliarios tan frecuentes en la Edad Media, asumió el cargo don Diego López de Haro, el tío de doña María. Esta reclamó el Señorío». El enfrentamiento estaba servido.

María jugaba con desventaja: su marido, la mano ejecutora de su poder, estaba en prisión por atentar contra la vida de su hermano, Sancho IV, en la misma reyerta en la que había muerto su suegro. Don Juan permaneció encerrado en los castillos de Burgos y Curiel hasta 1291.

Aprovechando la debilidad política de su sobrina, Diego envió emisarios a Bizkaia para atraerse el favor de los poderosos del Señorío, del que se hizo cargo brevemente el infante Enrique de Castilla. Según Labayru, «en 1295, el 25 de abril, muere don Sancho IV el Bravo, rey de Castilla, y aprovechándose don Diego López de Haro de los disturbios de la corte en la minoridad de Fernando IV, entró en Bizcaya y la tomó sin resistencia sin que se le pudiera oponer la legítima señora, María Díaz de Haro».

 

El pleito de Bizkaia

María y Diego cerraron en 1300 un acuerdo que cedía el Señorío de Bizkaia al segundo y sus descendientes. Pero las tornas cambiaron. El poder cada vez mayor del infante don Juan, que tras su rehabilitación había llegado a ser proclamado brevemente rey de León, de Sevilla y de Galicia, durante la minoría de edad de Fernando IV, animó a doña María y su influyente esposo a reclamar de nuevo la posesión del Señorío, dando lugar a lo que se llamó el pleito de Bizkaia.

El enfrentamiento entre tío y sobrina se resolvió en una Junta General celebrada en 1307 en Aretxabalaga, Larrabetzu. Allí se acordó reconocer a doña María Díaz de Haro como Señora de Bizkaia cuando muriese su tío. Don Diego falleció en Algeciras en 1310 «de dolencia muy grande», según la 'Crónica de Fernando IV'. «Lleváronlo sus vasallos á enterrar á Castilla á el monesterio de Sant Francisco de Burgos, é luego los de Vizcaya tomaron por Señora á Doña María Díaz».

Esta repitió la fundación de Bilbao, como si la primera, la otorgada por su tío en 1300, no hubiese sucedido. El texto de la segunda carta puebla comienza así: «En el nonbre de Dios et de la Bienabenturada Virgen Santamaría Su Madre. Sepan quantos este previlejo vieren, cómo yo Doña María, fija del conde Don Lope, a quien Dios perdone, et mogier del ynfante don Juan, Señora de Vizcaia, en uno con don Juan, mío fijo, et con plazer de todos los vizcaínos, fago en Viluao de partes de Vegoña población et villa qual dizen el Puerto de Viluao». No hay referencia al texto anterior, cuyos privilegios, sin embargo, reproduce esta carta punto por punto.

Aunque añadió tres nuevos que resultaron cruciales para Bilbao: libertad de los bilbaínos para comerciar en toda Bizkaia; la obligación de pasar por la villa a todos los viajeros que fueran por el camino de Orduña a Bermeo; y la prohibición de comerciar desde Areta, en Ugao Miraballes, hasta Bilbao, estableciendo así el monopolio comercial de la villa.

Además de 'refundar' Bilbao, doña María fundó las villas de Portugalete (1322), Lekeitio (1325) y Ondarroa (1327). La sucedió brevemente su hijo, Juan de Haro el Tuerto, pero tuvo que asumir el Señorío de nuevo, ya por última vez, cuando éste fue asesinado por orden de Alfonso XI. En 1334 propuso a las Juntas Generales que reconocieran como nueva Señora a su nieta, María Díaz de Haro II, y después se retiró. Murió el miércoles 3 de noviembre de 1342 en un lugar llamado Berasaitxaga, según Labayru, antiguo nombre de Larrabetzu.