martes, 7 de febrero de 2012

LA GUERRA CIVIL EN LAS ARENAS



Referente al tema de la entrada anterior, ayer por la noche recibimos diversa información de Aurelio Gutiérrez Martín, que hemos reenviado a Tasio (los periódicos del 17 y 18 de junio, con el escudo de los flechas negras, los recogemos sobre estas líneas) y así mismo me ha hecho recordar de la existencia en mi biblioteca de un libro publicado en 1971, titulado VIZCAYA, Monografías de la Guerra de España nº 6, publicación del Servicio Histórico Militar con el Coronel de Artillería J. Manuel Martínez Bande de ponente.
Sin tiempo para analizarlo todo en profundidad pues lo adecuado es recogerlo hoy, transcribo textualmente las líneas siguientes de este último libro que pueden aclarar algunas cosas sobre las hipótesis de Tasio Munarriz:

Pág. 315: Cronología de los principales hechos referidos al ejército nacional:
Día 14 de junio, ocupación de Plencia, día 15, Algorta, día 16 Las Arenas, y el día 19, Bilbao.
El día 22, la VI Brigada llega por una de sus direcciones de marcha hasta San Salvador del Valle y por otra hasta Portugalete, dejando así atrás Sestao y el día 23, Santurce y Ortuella.

Página 186: Jornada del día 16.
La VI entra en Sondica y Lujua, ascendiendo al monte Umbe y estableciendo contacto en Lauquiniz con “Flechas” que en este día alcanzaron la desembocadura de la ría en Las Arenas(*).

(*) Aquí se había volado el puente colgante o “trasbordador”, entre Las Arenas y Portugalete, quedando en pie los dos pilares que lo sustentaban. Por cierto que cuando se efectuó la voladura aún quedaban fuerzas de Beldarían en la margen derecha de la ría, que tuvieron que cruzarla, según STEER, a través de “dos puentes de pontones de las sucias barcazas fondeadas inactivas”.
Sobre los últimos momentos de la lucha en Las Arenas, el propio STEER señala :
“Estalló una guerra civil en Las Arenas donde estaban las casas de los pudientes. Empezó a entrar en acción algo así llamado la Quinta Columna. Algo más de un centenar de jóvenes que habían evadido el servicio militar sacaron las boinas rojas que habían guardado durante once meses, y fusil en mano, subieron a los pisos más altos de sus elegantes mansiones desde donde dirigían sus disparos a la calle. Al mismo tiempo los italianos ocupaban Algorta. Sorprendidos por esta brusca acometida las milicias se retiraron a Las Arenas y fue exactamente después de haberse retirado de esta zona cuando se enteraron de la conspiración que había originado tal confusión.
Malatesta, que había observado todo esto desde el principio, envió dos compañías de lanchas motoras desde la otra orilla. Desembarcaron rápidamente y se abrieron camino hacia Las Arenas. Volaron cuatro casas donde habían quedado armas abandonadas y una fabrica armas cortas, disparando contra cualquiera que veían con boina roja. Este era el tipo de lucha que les agradaba. Durante cuatro horas Las Arenas se convirtió en uno de los rincones más violentos del mundo. El jefe que los mandaba era hermano del sacerdote de Las Arenas y éste, aunque discreto en sus manifestaciones públicas, era monárquico en el fondo. Así que antes de retirarse a Portugalete, su hermano hizo ciertos daños a la iglesia del sacerdote”. ¿Ciertos?... Algo más: la iglesia fue totalmente incendiada.

Página 193: Tras la caída de Bilbao.
Desde Desierto el coronel Fiumara, entabla negociación con el comandante de las tropas separatistas que tenía frente a sus posiciones en Baracaldo (…) y fija las condiciones de la rendición. Los Batallones del Ejército de Euskadi, a las ordenes del Mayor, pasaran a depender del Mando de la Brigada, encargándose de la defensa de de los Altos Hornos de Baracaldo, amenazados de destrucción por dos batallones de mineros asturianos; la Brigada “Flechas Negras” proveerá a su protección con la artillería y a tal objeto el comandante asigna a dicho Mayor patrullas con pistolas de señales para la eventual demanda de fuego. La Brigada tendrá también una tropa voluntaria para el rápido paso en barcas en caso de necesidad.
A la mañana siguiente los Flechas Rojas pasarían la ría y los cuatro Batallones entregarán las armas a aquellas o a otras tropas nacionales que pudieran venir. Y todo se realiza en perfecto orden: los cuatro Batallones ex enemigos (caso quizás único en la historia de la guerra), armados de todas sus armas y completamente encuadrados, asumieron así papeles combativos a las órdenes del vencedor, pasando a las filas de los prisioneros de guerra solo después de cumplida su misión.

1 comentario:

  1. De ser cierto lo relatado en el libro, coincide plenamente con lo que se ve en los videos italianos.

    Aurelio gutierrez

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