martes, 8 de enero de 2019

ATENTADOS ATRIBUIDOS A ETA AL FINAL DE LA DICTADURA: EL BAR MOLI




Tasio Munarriz, empieza con esta entrada la crónica de los atentados que se produjeron en la Villa en los años finales de la dictadura, empezando por la explosión en el popular Bar Moli, y al que seguirán otros apartados referidos a los sufridos por establecimientos comerciales, guardia civil, municipales, etc.

Fue en diciembre de 1974 cuando se produjo el citado atentado contra el bar Moli, del nº 1 de la calle Santa María donde residía la Peña Taurina (la foto es de unos años después).

Era el día 6 a las 9 de la noche, cuando recibieron una llamada telefónica diciendo “Dentro de unos momentos estallará una bomba”. El propietario cerró el local y avisó a la Policía Municipal, que no la encontró. Volvieron a intentarlo al día siguiente, la vieron detrás de una taza del aseo y llamaron a la Guardia Civil. Cuando intentaron sacarla con unas cuerdas, explotó a las tres de la tarde sin producirse ninguna víctima. La explosión destrozó el reservado, la cocina, los cristales del establecimiento y de algunas casas próximas afectando también a los locales de Auxilio Social, de la FET-JONS, situados encima del bar y a los cristales de varias dependencias municipales del Ayuntamiento situado enfrente.

El propietario del local Gonzalo Ballesteros Triguero achacó el atentado a ETA y calculó los gastos de reparación, más el dinero del negocio no ganado en ese tiempo, en 1.500.000 pesetas. El seguro no se hizo cargo de nada porque un atentado no entraba en las cláusulas del contrato. Pidió ayuda al Ayuntamiento para reparar los daños y éste recurrió al Gobernador con el mismo fin.

Por su parte, Leonor Elguezabal Inchaurrondo, propietaria de la lonja (“Bar Carmona”) y el piso (reservado y cocina) en Manuel Calvo 1, exactamente debajo del “Moli”, manifestó que también habían sido afectados por la explosión una viga, varias solivas  y el techo.

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