El
archivo de Andrés Zorraquin sigue poniendo autor a muchas fotografías
que distintos coleccionistas nos han transmitido y que nosotros hemos usado en diversas
publicaciones. Es el caso de ésta, que nos muestra con más calidad la primera
parte de General Castaños, en la segunda mitad de la década de los cuarenta o
comienzos de los cincuenta del siglo pasado, realizada desde la “casa de
Chapa”.
La fotografía
nos muestra un día de labor, seguramente en época invernal, pues todos van con
abrigos y gabardinas.
A mí, a
primera vista, lo que más me llamó la atención en la foto, fue el tranvía
parado en medio de la calle mientras los pasajeros suben y bajan de él, y el
doble trazado del tranvía, debido a que este punto era uno de los once del
trayecto en el que se realizaba el cruce de unidades, al ser el trayecto de vía
única. Un semáforo, colocado a la altura de las escaleras del bar El Metro, sobre
un poste pintado a franjas blancas y negras, controlaba el paso de los tranvías.
Otro se ve en la acera izquierda antes del cruce con la “carretera nueva” que
oficialmente desde 1938 se llama Avenida de Carlos VII.
Aquellos
ruidosos tranvías amarillos circularon durante 63 años y pico, realizando su
último viaje el 6 de Octubre de 1959, siendo sustituidos por autobuses.
También
llama la atención la ausencia de tráfico con solo dos camiones, un solitario
coche y la camioneta de José Velar, el lechero de la calle del Medio, cargada
hasta la puerta con sus cacharras de leche. Junto a ella, el muro de contención
que se levantó a lo largo de la casa del Banco Vizcaya (1944) en sustitución del
antiguo pretil entre los árboles, apareciendo en primer plano, a la derecha, su
escudo esquinero con la B y la V entrelazadas y el largo mástil sin bandera.
Destacan, igualmente, las mujeres que esperan con sus cestas colocadas sobre el
pretil y otras, con sus canarieras, alrededor del tranvía, de las que
hablaremos en próximas entradas.
En
dichas entradas nos vamos a centrar en tres detalles: el apartadero del
tranvía, conocido como “el cambio”, las cestas con la comida popularmente
llamadas “canarieras” y el comercio de la calle.
JOSE
LUIS GARAIZABAL
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