jueves, 1 de agosto de 2013

JULIO GARCIA-BORREGUERO PADRÓ Y EL PUENTE COLGANTE



Julio García-Borreguero Gordón, casado con María Padró, del que hemos tratado en entradas anteriores y cuyos fondos fotográficos venimos usando, tuvo cinco hijos, Julio, y Antón, ingenieros, Rafael (el atleta,  marino y práctico), José María (Cheché), y Conchi, recientemente fallecida.
En la foto superior aparecen los cinco matrimonios en torno a su madre María Padró, con Julio a la izquierda, con su uniforme de ingeniero, junto a su mujer Keti Arrasate. Su hijo Javier G.-Borreguero Arrasate, Fajiko, nos envía algunas fotos para ir completando la saga familiar, entre las que se encuentra una de su padre en 1927, bajo estas líneas, cuando militaba en el Club Deportivo Portugalete F.C.
Queriendo dejar clara su actuación como ingeniero en la reconstrucción del Puente Colgante tras la guerra civil, le hemos pedido que nos lo aclare.
Al respecto nos dice lo siguiente:
Se presentaron al menos dos proyectos. Uno de un grupo de ingenieros de caminos de Madrid comandado por Aracil y el otro por mi padre y F. Lozano, ambos ingenieros en Zorroza en aquel momento.
El concurso lo ganó el equipo de Aracil. Entre otras razones para la adjudicación, se indicó que técnicamente el proyecto de Aracil era más moderno, ya que el de mi padre y Lozano se basaba en respetar el antiguo. Como anécdota diré que uno de los elementos modernos que incluía el equipo de Aracil eran las bragas, si, las bragas, que son los cables que unen la catenaria con el tablero. En el antiguo eran oblicuos y en el nuevo pasaban a ser verticales (son los que siguen ahí).
Aracil ofreció al equipo perdedor colaborar en la reconstrucción, encomendándoles tareas de segunda importancia. Así, nuestro padre se encargó de dirigir los trabajos de dragado de la ría retirando el tablero que impedía la navegación y otros elementos que cayeron al agua.
Aracil y mi padre se conocían de tiempos atrás, solteros ambos, y a él le habían enviado a poner en marcha la fabrica de Linares muy dañada por la guerra.
Esta es la realidad de su papel en el Puente que con la mejor voluntad nuestros mayores idealizaron, quizá exagerando un poco ese papel y que nosotros recibimos y hemos considerado cierta.
Más tarde y durante años fue el "Ingeniero de Puente" pero más bien honorífico, sin grandes hechos que relatar salvo la grave avería que sufrió en el caluroso verano de 1959-60 por causa de las dilataciones de los cables de anclaje que lo sujetan en ambas orillas pero que quizá es mejor no sacarla a relucir ya que hoy en día, la forma en que se solucionó no dejaría en muy buen lugar a los que la llevaron a cabo. Bien es cierto que en aquella época y en aquellas circunstancias estuvo hasta cierto punto justificada. Hay que recordar que el puente colgante era el único punto de unión entre las dos orillas siendo la otra alternativa el puente de Deusto. Este hecho (la avería) no se dio a conocer públicamente y nadie se enteró de ello ya que los trabajos se realizaban por las noches para no entorpecer el servicio que no se vio afectado en ningún momento aunque pudo existir un cierto peligro de accidente.






1 comentario:

  1. Dos puntualizaciones complementarias:
    A García-Borreguero se le encargó la dirección de extraer los restos del travesaño del Puente en el centro de la ría, facilitando así la navegación, ante las dificultades que había tenido el vapor Conde Zubiría, de la empresa AHV, para entrar cargado de víveres para la población en aquellos años de guerra.
    El proyecto que no se utilizó para la reconstrucción del Puente, obra de García-Borreguero y Lozano, fue considerado por F. Arnodin autor material del original, como una reproducción “fidelísima” del suyo.

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