domingo, 17 de junio de 2018

FELIPE LAFITA BABIO (1902-1987) UN REFERENTE EN LA INGENIERIA AERONAUTICA ESPAÑOLA






De este personaje se encuentra en internet muchas noticias dado que es un verdadero referente en la historia de la aeronáutica española. Sin embargo su relación familiar hay que buscarla en el Archivo Histórico Municipal donde Roberto Hernández Gallejones, Amaia Álava y José  Manuel López Diez nos completan la información.

Sus antecedentes familiares en la Villa comienzan cuando en 1849 se estableció aquí un marino gallego Jacobo Babío Amor que al casarse con Dominica Osteocoechea tuvo varios hijos, como Aquilino (que también sería marino), José Tomás, María, o Felipa que se casó con Isidoro Lafita Andraca, un joven de Plencia que había venido con 12 años y que también eligió la profesión de marino.

Ambas familias vivían en la misma casa del Muelle Viejo, el nº 16, y allí el matrimonio de Isidoro y  Felipa, tuvieron sus cuatro hijos, Isidora (1893), Gloria (1896), Manuel (1890) y finalmente Felipe (1902).

Tras nacer este último muere su madre y su padre se traslada a Santurce, donde sería socio y director gerente de la Compañía Santurzana de Navegación que constituida en 1904 adquirió el vapor Desierto. Mientras a Manuel le envía a estudiar medicina (en 1952 el ayuntamiento le felicita al ser galardonado con la Orden Civil de Sanidad) a Felipe le envía a estudiar ingeniero naval al Ferrol.

Dotado de grandes capacidades intelectuales Felipe estudió allí primero la carrera de Ingeniero Naval, obteniendo con 23 años el doctorado, y después siendo ya comandante de la Armada, su segunda carrera en la Escuela Superior Aerotécnica de Madrid, lo que le supuso ante la brillantez que mostró la concesión en 1934 de la Cruz de segunda clase del Mérito Naval. Su tercera carrera sería la de Ingeniero Industrial en Barcelona.

Fue catedrático en las Escuelas de Ingenieros Navales y Aeronáuticos, campo donde su asombrosa actividad dio lugar a muchas aportaciones de carácter muy diverso, que fueron de gran importancia para el desarrollo de la Ingeniería Aeronáutica Española. De hecho su nombre figura en los anales de la aviación militar española donde ocupa un puesto de honor

Tras la guerra civil, en 1942, cuando se fundó el Instituto Nacional de Técnica Aeronáutica fue él su primer Director General, (era entonces coronel de ingenieros aeronáuticos), cargo que ocupó durante 20 años y cuyos diversos objetivos eran analizar, desarrollar y homologar las características de funcionamiento de aviones, motores, equipo y armamento y los materiales empleados en su construcción, dependiendo directamente del Ministro del Aire. El convertiría este Instituto en una cátedra internacional por donde desfilaron las figuras más prestigiosas de la Ciencia y Tecnología Aeronáutica de Europa y América, jugando un papel esencial en la consolidación del nivel científico de la actividad aeronáutica en España.

Su sede empezó en el aeródromo de Torrejón de Ardoz, donde dirigió además las obras de construcción de la base aérea militar. Fue también Director y Profesor de la Escuela Superior Aerotécnica, que se convertiría más adelante en la Academia Militar de Ingenieros Aeronáuticos de la que sería profesor.

Publicó gran número de obras relacionadas con el mundo aeronáutico destacando entre ellas: Introducción al Estudio de Vibraciones Mecánicas, Vibraciones Mecánicas en Ingeniería, Problemas de Torsión, Técnica del Hidroavión, Teoría de la Elasticidad y Fundamentos de la Resistencia de Materiales, o Aerodinámica Aplicada. Dentro de esta especialidad escribió trabajos sobre física y matemáticas.

También brilló como hombre de acción, llevando la presidencia de diversas empresas nacionales. Por sus años de estudio, docencia e investigación fue elegido en 1961 miembro de número de Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de Madrid, y de la Real Academia de Ciencias y Artes, de Barcelona, y Gran Cruz del Mérito Aeronáutico. Su prestigio internacional le llevó a ser miembro de honor del Instituto Aeronáutico Lilienthal de Berlín y comendador de la Corona de Italia.

Consejero de la Fundación Juan March dimitió al llegar a los 80 años ocupando su puesto su hijo Alfredo Lafita Pardo, abogado del Estado que posteriormente sería designado director-gerente y luego vicepresidente ejecutivo de la Banca March.



Jon Koldo Fernández García de Iturrospe nos completa la información de Isidoro Lafita Andraca (Plencia 1867- Santurce 1945), el padre de nuestro personaje Felipe Lafita Babio, ya que tras el nacimiento de este y la muerte de su mujer se traslada a Santurtzi, donde se casa en 1904 con Leonor Arzuaga Mendizábal.
Como ya dijimos ese año es uno de los socios de la nueva compañía Compañía Santurzana de Navegación adquiriendo el Vapor Desierto, continuando con su actividad como empresario naval, entre la que encontramos en 1907 la adjudicación de un concurso para poner a flote el buque General Valdés, que en 1909 rescinde el contrato iniciando un largo pleito contencioso-administrativo contra los Ministerios de Marina y Guerra.
Si 1907 forma parte en el jurado de las regatas internacionales que se celebraban en la ría, en 1911 se le autoriza a construir un casino balneario en el inicio del rompeolas exterior bajo proyecto de
Cecilio Goitia y en 1940 es nombrado vocal del recién creado Consejo General del Montepío Marítimo.
Su firma aparece en diversos artículos de la revista Marina Civil, órgano de la Federación Española de Oficiales de la Marino Civil.
Jon nos adjunta también la foto de su panteón familiar en el cementerio municipal.




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