martes, 27 de noviembre de 2018

RECORDANDO EL CAMINO DEL EUSKARA EN PORTUGALETE (1): LA IKASTOLA EN DOMICILIOS PARTICULARES




El próximo lunes día 3 de diciembre, se celebra el DIA DEL EUSKARA y esta semana estamos inmersos en el EUSKARALDIA, lo cual nos hace recordar que hace 40 años la Villa vivía una campaña en favor del euskera en las escuelas públicas, que culminaría en el curso 1979-80 con la integración de la ikastola Errikoa en el nuevo centro público Kanpanzar.

El camino lo habían emprendido hace 55 años, en 1963, un grupo de padres portugalujos al iniciar la aventura de escolarizar a sus hijos en euskera. Según lo contamos con motivo de los 50 años del Elai Alai, estos fueron Alejandro Etxebarria, (del que debemos resaltar su entusiasta trabajo en difíciles condiciones por enseñar nuestro idioma y del que todavía guardamos sus “Apuntes para clase el vascuence”), José Luis Urigüen, Sabin Ipiña, Josetxu Beitia y Pablo Escudero.

Con sus pequeños emprendieron la experiencia utilizando la vivienda del último de ellos donde tendrían lugar las primeras clases a cargo de una joven andereño, Itziar Beistegi, sin título de maestra, que se desplazaba diariamente desde Bilbao. Tras una intensa labor de captación de padres, se consiguió aumentar el grupo con Ángel Díaz de Ulzurrun, Andoni Larrauri, Juan María Uribarri, Laurentzi Isusi y Félix Aranbarri, sumando ya una decena de alumnos con los que el curso siguiente se trasladaron a la casa de Josetxu Beitia, donde mejoraron sus condiciones dado que disponía de una estancia con salida directa a un patio para esparcimiento de los niños. Aquí la andereño sería otra joven, Itziar Mimentza, euskaldun aunque también sin titulación ni experiencia.

El curso 1964-1965 se consiguió que el párroco cediese una de las aulas de la Casa Parroquial donde impartía catequesis, para albergar a la docena de niños que componían la ikastola. La Junta de Padres, la mayoría de los cuales tenían tareas en el Elai Alai, eran conscientes de su inminente derribo por lo que los siguientes pasos se centrarían en conseguir un local, aunque de momento para completar en siguiente curso se trasladaron a un piso vacío de Félix Aranbarri.

Otro problema a solventar era conseguir que los niños obtuviesen el libro de Escolaridad obligatorio a partir de los seis años, para lo que se recurrió a una maestra titulada de la escuela Maestro Zubeldia, Mari Carmen Ipiña, que consiguió que la Dirección de ese colegio firmase las Cartillas.

En octubre de 1967 cuando el Elai Alai dispone de una nueva sede en la calle Santa María, empezaría una nueva etapa de esta historia de la enseñanza escolar del euskara.

A estos últimos años de esta primera etapa corresponde la foto inferior con los niños y niñas en el Campo de la Iglesia que era su lugar de recreo.




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