martes, 9 de julio de 2019

LA TRAGEDIA DEL BOTE JULIA, EL 2 DE JUNIO DE 1926




Justo habíamos acabado de cantar a la Virgen de la Guía y a la gente de mar, cuando me hicieron llegar estas dos papeletas de una “tómbola a beneficio de los náufragos del bote JULIA”, que Karmen Gordejuela había encontrado casualmente dentro de un libro, posiblemente de su aitite.

Como no sabíamos nada de este suceso, ni si la embarcación era de Portugalete, recurrí en primera instancia a Txomin Hermosilla, pero no sabía nada sobre él. Entonces he consultado a Mr. Google y ¡Eureka! El naufragio sucedió al amanecer del día 2 de Junio de 1926.

Vamos a resumir la información de varios ejemplares de distintos periódicos (Heraldo de Madrid, ABC, La Vanguardia, El Liberal, Euzkadi y La Gaceta) para narrar aquel luctuoso naufragio que nos arrebató la vida de cuatro portugalujos. Según las crónicas, como de costumbre, de madrugada a eso de las tres, se hicieron a la mar varios botes pesqueros matriculados en Portugalete, para dedicarse a las faenas de la pesca denominada del “palangre”, comenzando a largar aparejos entre Castro y Punta Galea. Al rayar el día se desató un fuerte viento del Noroeste provocando una fuerte galerna.

Las tripulaciones trataron de salvarse abandonando los aparejos y dirigiéndose a puerto seguro. Con las primeras noticias, los familiares y portugalujos en general se dirigieron al muelle, esperando el regreso de todas las embarcaciones.

Cinco botes, cuatro movidos por motor y otro a remo, consiguieron llegar a puerto tras grandes fatigas contra el temporal. Más tarde se supo que otra motora había conseguido arribar sin novedad al puerto de Plentzia tras haber corrido grave peligro de zozobrar repetidas veces.

Posteriormente, se supo que el oleaje había arrojado a la playa de Plentzia un bote, más pequeño que los anteriores y de cuyos tripulantes no se tenía noticia alguna. Esta mala noticia causó penosísima impresión y las familias de los desaparecidos se situaron en la punta del muelle esperando inútilmente la llegada de sus deudos.

El bote arrojado a la playa de Plantzia era el JULIA que iba tripulado por Luciano Francia (patrón de 32 años, casado y padre de cinco hijos), Anastasio Santo Tomás (casado de 25 años), Miguel Inunciaga (16 años) y Joaquín Muñoz de 15.

El primero de ellos era obrero de la Vizcaya y compaginaba ambos trabajos para atender mejor las necesidades familiares. Anastasio, se había casado hacía tres meses y sustituía al patrón de la embarcación que se encontraba enfermo. Esa enfermedad le salvó la vida.

El bote que arribó a Plentzia fue el JOVEN MARÍA, tripulado por Manuel Miranda (patrón), Tomás Uribarri y los hermanos Pedro y José Muñoz.

Los que entraron en Portugalete sobre las ocho u ocho y media de la mañana fueron el JUAN JOSÉ, tripulado por Juan José Peña (patrón), su hijo Juan José, José Sardina y Nicolás Uriondo. El JOVEN RAFAEL con Marcos Sánchez como patrón, Luis Sanz y Dionisio del Campo; el JOVEN MIGUEL por Aurelio Gutiérrez, Juan Llanos, Antonio Patricio y Miguel González; otro bote sin nombre, cuyo patrón era Antonio Garrido y el JOVEN CHALES, movido a remo, tripulado por Higinio Pita (patrón), Amador Pita, Ignacio Talledo y Gerardo González.

Llegaban noticias esperanzadoras de que una lancha había recogido a los del JULIA, pero la mayoría de los pescadores que habían llegado a puerto creían que sus compañeros, por desgracia, habrían fallecido ahogados.

El alcalde de Plentzia comunicó al Gobernador que “sobre las 9 y media fue hallado el bote JULIA de Portugalete, folio 640, suponiendo hayan fallecido sus tripulantes en cuyo auxilio ha sido imposible salir por el mal estado de la mar”.

El día 4, sobre las cinco y media de la tarde apareció en aguas de Barrika un cadáver y se suponía que fuera de uno de los tripulantes. Luego se confirmó que era el del menor Inunciaga. El día 10 seguía sin aparecer el resto.

Portugalete se volcó con los familiares y la Cofradía de Mareantes se puso al frente de la organización de actos con los que colaborar con ellos, a la que se unió la Sociedad de Ciegos e Inválidos y La Sociedad Coral. El empresario Ángel Berriatua puso a disposición sus teatros, tomando a su cargo la celebración de un festival y tómbola cuyos boletos de 10 céntimos han aparecido 93 años después en el libro mencionado. Ondarroa, por iniciativa de varios diarios, abrió suscripciones en numerosos establecimientos y programando una función benéfica en el Salón Cine de la localidad. Suponemos que el resto de puertos mostraría su solidaridad.

El día 18 se organizó en el Teatro Principal de la Villa un “match” de boxeo y en La Florida se programó un partido de “foot-ball” para el día 20. En la corrida de toros de Bilbao se realizó una cuestación trasladando a los huérfanos a la plaza.

Casi coincidiendo con los actos de homenaje a Conde-Pelayo en el quinto aniversario de su muerte, el día San Fermín, se celebró el Festival en el Cine Ideal con proyección de una película cómica, un concierto de piano de Braulio Zabarte, un monólogo a cargo de Riera, varias canciones de Guridi interpretadas por el Orfeón, el drama cinematográfico “La tempestad”, un paso de comedia, etc. La velada según las crónicas resultó agradabilísima, dejando muy grato recuerdo.

El sorteo de los 57 magníficos premios de la tómbola se celebró el 11 de Julio, en el mismo cine por medio de ruletas, anunciando que los premios se podrían retirar en la peluquería de Felipe Santo Tomás en la calle Salcedo. ¿Sería familiar del joven de 25 años?. Lo consultaremos a la vuelta del verano, así como a los palangreros.

JOSE LUIS GARAIZABAL


2 comentarios:

  1. Aurelio Gutierrez Martin
    la Lancha de nombre" JOVEN MIGUEL", era propiedad de mi abuelo León Aureliano Gutiérrez,( Aurelio Gutiérrez en el texto), que no confundir con su hijo Aurelio Gutierrez. El nombre se debe a su hijo menor Miguel. En el texto del artículo aparece que en la lancha mi abuelo iba acompañado de Antonio Patricio, y aquí podría haber otro error, puesto que sus otros dos hijos se llamaban el uno Patricio,( mi aita) y el otro Antonio. A mi parecer iría acompañado por el mayor Antonio

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  2. Consultado el Padrón Municipal de 1920, confirmamos los datos aportados por Aurelio Gutiérrez. El patrón del "Joven Miguel" era León Aureliano (1881) que iba acompañado de sus dos hijos Antonio (1907) y Patricio (1909).
    También tenemos que corregir el apellido de los tripulantes del "Juan José". Como patrón iba Juan Peñarredonda (1873) y su hijo Juan José (1901).
    Estos últimos datos nos los ha confirmado el hoy en día amarrador retirado, Juanjo Peñarredonda cuyo apellido a veces se abreviaba a Peña.

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