miércoles, 18 de marzo de 2020

RECORDANDO OTRAS EPIDEMIAS EN PORTUGALETE: (2) MEDIDAS QUE SE TOMARON



Siguiendo con las noticias de la epidemia de 1855, sabemos que la corporación, temerosa de que enfermara el médico y quedara desasistida la Villa, decidió sacar una nueva plaza de cirujano contratando a Melchor Palacios que atendía al concejo de San Pedro de Abanto.
Pero además de esta y el haber montado un segundo hospital en la zona de Campo Grande cerca del Santurce de entonces, que se ve en la foto, nos preguntamos qué otras medidas se tomaron para lo cual recurrimos a Roberto Hernández Gallejones:

Entre las medidas que arbitraron para paliar los efectos del cólera de ese año de 1855 estaba el encender fogatas por las calles, realizar distintas fumigaciones de cloruro de calcio, arsénico y azufre en las calles, bodegas y edificios. 
Vigilaban que las frutas vendidas en nuestros mercados fuesen frescas, que no se encontrasen ni demasiado verdes, ni muy maduras, etc.
Era muy relevante el trabajo del veterinario, velando por la higiene del matadero público y de la salubridad de las diferentes carnes consumidas. El asunto de las aguas fecales, de los pozos negros, la administración de los lavaderos públicos y de las fuentes eran objeto constante de su preocupación.
También era recomendable el blanqueo de las viviendas, la ventilación de los hogares y de los edificios públicos, haciendo especial hincapié en la salubridad de los centros de enseñanza, evitando el hacinamiento y el contagio de las enfermedades.
Se evitaba la acumulación de basuras en los hogares o en los viales públicos, supervisando también los animales domésticos y reglamentando la policía sanitaria mortuoria, con el blanqueado de las habitaciones donde se habían producido las defunciones, así como la vigilancia de las ropas portadas por las personas que se habían visto atacadas por las mismas.
También realizaban inspecciones obligatorias a los barcos que entraban por la Ría, que representaban una importante fuente de ingresos.


Como a nuestros amigos les sobra tiempo en su encierro obligatorio, empezamos a recibir colaboraciones para que no faltemos a nuestra cita diaria, (cosa que agradecemos) y así José Luis Garaizabal nos envía la circular siguiente que el Ayuntamiento publicó en otra epidemia que la Villa sufrió en 1893, en la que el alcalde recuerda la preocupación del ayuntamiento para evitar la propagación de la epidemia y las precauciones tomadas, así como la apertura de una suscripción para ayudar a los fondos municipales y socorrer a las clases menesterosas.




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