jueves, 12 de agosto de 2021

EL PORTUGALUJO DIEGO DE NOCEDAL, CAPITÁN DE MAR Y GUERRA.

 


El año 1671 el rey Carlos II concedió al capitán Diego de Nocedal el cargo de gobernador del castillo de Acapulco. Con este portugalujo nos encontramos -una vez más- ante un caso que se repite demasiado en nuestro intento de recuperar del olvido a personajes interesantes de Somorrostro. Se trata de una persona que fue conocida y relevante en su tiempo, que aparece en la documentación de varios archivos y del que, sin embargo, a causa de que pasó la mayor parte de su vida adulta lejos de su tierra natal, no tenemos más que ciertos indicios sobre su ascendencia. De manera que tendremos que conformarnos, con lo que expuso en la relación de sus méritos como capitán de mar y guerra, que presentó el año sobredicho.

 Hasta el 31 junio de aquel año de 1671, había servido durante veinte años, nueve meses y cinco días. Esta precisión venía a cuento porque, a continuación, añadía que en todo aquel tiempo jamás había gozado de una sola licencia en la Armada y en los ejércitos del Mar Océano.

Como en el caso del capitán Musuarieta, nos hallamos ante un militar que tuvo la mala fortuna de vivir en unos tiempos en los que las armas españolas no pasaban por sus momentos más gloriosos, lo que le impidió tener un historial más vistoso, pero ello no es óbice para reconocer los meritos que alcanzó en su profesión.

Sirvió en la armada ascendiendo en el escalafón militar en casi todos los puestos posibles hasta llegar a alcanzar el grado de almirante: fue guardián, contramaestre, maestre de jarcia, capitán de mar, gobernador de una compañía de mar y guerra, contramaestre del galeón capitana real, capitán de galeón, capitán de infantería y gobernador de gente de mar, capitán de mar y guerra y, finalmente, almirante de la escuadra de la que era general el caballero de Alcántara Juan Roco de Castilla.

Participó en todos los viajes que en aquel tiempo hizo la armada, alguno tan triste como el que se realizó, actuando como maestre de jarcia del galeón "Santiago" y gobernando a su gente de mar, a Canarias y Tenerife para recuperar la artillería de la flota a la que se había dado fuego en abril de 1657, en el ataque llevado a cabo por la armada inglesa mandada por Robert Blake, y, posteriormente, desembarcando el material recuperado en el puerto Cádiz. Posteriormente fue contramaestre de la capitana real de la Armada del Océano, navío que él mismo se encargó de arbolar, aparejar y carenar.

Pasó nuevamente a Cádiz donde se le nombró capitán de mar y gobernador de la compañía de mar y guerra de la fragata "Nuestra Señora de la Almudena", de la Armada Real, con la que acudió en el año 1660, junto con otros bajeles, a dar escolta a los galeones de la Plata de la flota del general Pablo Fernández de Contreras, viaje en el que se perdieron seis navíos. Participó en la armada del duque de Alburquenque gobernando la fragata "San Ignacio" en labores de reconocimiento en los cabos de San Vicente y Santa María.

En la ocasión en que la armada que dirigió Alburquerque perdió cuatro bajeles de la escuadra de Gipuzkoa, dos de la escuadra de don Facundo (no sé a quién se refiere, tal vez a Facundo Andrés Cabeza de Vaca) y uno de la armada real de Flandes, Diego de Nocedal participó en labores de apoyo como capitán de la fragata "la Almudena", consiguiendo librar algunos navíos del mismo destino que sufrieron los anteriores. Fue nombrado capitán del galeón "San José" que, como en casos anteriores, arboló, aparejó y carenó.

El capitán general Raimundo de Alencastre, duque de Abero, le embarcó junto a él en la capitana de su armada. En este puesto apresó una nave genovesa que salía de Lisboa cargada de azúcar, tabaco y marfil y pasó a gobernarla. Se hallaba al mando de dicha nave cuando tomaron contacto con varios bajeles holandeses y, dirigiéndose al mayor de ellos, le requisó un tesoro consistente en siete barras y ochos barretones de plata y 12.000 pesos en doce talegos; acto seguido, poniéndole un cabo y 24 hombres, lo incorporó a la armada.

Con la fragata "Santa Ana" pasó a las costas de Portugal, donde ayudó a sacar las carabelas de debajo del puente de La Balera.

El año 1666, en la expedición a las islas Berlingas -o Berlengas, junto a la costa de Portugal- fue de los primeros que ayudó a rendir el fuerte, ocasión en la que su fragata recibió dos balas de cañón debajo de la línea de flotación, consiguiendo recuperarla gracias a sus desvelos. Con ella fue al abra de Lisboa donde hizo dos presas. Entró debajo del castillo de Chagras manteniendo una refriega de la que salió con algunos desperfectos.

Estando en el puerto de Vigo con su fragata, junto a la almiranta, del almirante general Fernando Carrillo, y al galeón "Jesús, María", llegó la armada de Francia con el duque de Benforte, con la intención de apresarlos o quemarlos, pero él, conocedor del puerto, advirtió al almirante la posición desde la que se podían asegurar, evitando así caer en poder del enemigo.

Posteriormente se encargó de llevar 500 soldados a Ostende, en los estados de Flandes, y a la vuelta se le encargó que trajese a la condesa de Monterrey. En atención a sus servicios, y habiendo quedado vacante el importante puesto de gobernador del castillo de Acapulco, que hasta entonces había estado bajo las órdenes de Diego de Ledesma, se le dio el cargo provisional de él, en junio de 1573. Posteriormente se le hizo entrega del título definitivo en el mismo mes del año siguiente.

Como decía al principio los datos que tenemos acerca de Diego de Nocedal no ayudan a resolver su ascendencia. Sabemos que contrajo matrimonio en Portugalete el año 1644 con María Ortiz de Ugarte, que fue heredero del presbítero Pedro de Cotillo, y que el año 1670 quería vender las propiedades que este le había dejado en Santurtzi. En aquel año se presentaba como vecino de Portugalete y de Cádiz, lugar que, como se ha podido comprobar en la lectura que precede a estas líneas, era uno de los que con más frecuencia debía visitar para desarrollar su labor.

También sabemos que una generación anterior a la de Diego de Nocedal hubo algunos de su mismo apellido, vecinos de la villa de Portugalete, que murieron sirviendo en la armada, como el capitán Juan de Nocedal y su hermano Gregorio de Nocedal. Tal vez sus ascendientes. 

Goio Bañales
Junio 2008

 Encabezamos la entrada con el precioso grabado de la bahía mexicana de Acapulco y bajo estas líneas el fuerte de Belingas, en una imagen tomada de Wikimedia, y coloreado un poco por el autor para darle más vida.


 

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