Recogemos a los dos portugalujos que figuran entre ellos:
Iñaki Reguera
Doctor de la UPV/EHU
El experto en la Inquisición
amante de Portugalete
Su curriculum decía de él que era profesor titular de Historia Moderna en el Departamento de historia Medieval, Moderna y América en la Facultad de Letras de la UPV. Aunque Iñaki Reguera, uno de los mayores expertos en la Inquisición, era un divulgador nato. Los marginados, el bandolerismo, la violencia contra la mujer… Sus estudios eran amplios, pero, a sus 70 años, siempre terminaba donde empezó: en Portugalete. Nunca faltaba a una cita con la historia de su pueblo, siempre presto a ayudar en jornadas, premios y en la difusión del patrimonio de la villa.
Jesús Yagüe
Director de cine
El director que se
desilusionó del cine
Jesús Yagüe (Portugalete 1937), dirigió su primer largometraje en 1965, “Megatón Ye-ye, con cantantes como Micky y Mochi. De1969 es “Los escondites”, filme maldito que no llegó a estrenarse y que el director siempre consideró su obra más personal. Tropezó con la censura con “Más fina que las gallinas” y “Casa de citas” y se desilusionó del cine en 1980 con “Préstame a tu mujer”, un encargo al servicio de Alfredo Landa. Yagüe, fallecido en Madrid a los 83 años el pasado marzo, se volcó al final de su carrera en series como “Media naranja” y “El día que me quieras”.
Ante la pérdida de un amigo de tantos años, se agolpan en la mente los recuerdos de tantos instantes de vida compartida, de planes, de confidencias. Tras su partida se advierte con estupor ese vacío que ya no lo llenan nada ni nadie. Echaremos tanto de menos sus palabras, su risa, la compañía.
ResponderEliminarConocí a Iñaki hace ya varias décadas, en mis años de la Universidad de Deusto, hacia 1978. Luego nos volvimos a encontrar tras aprobar mi oposición en el Ayuntamiento en 1987. Siempre estuve seguro de que cuando Iñaki estaba presente en un asunto, en un trabajo, allí las cosas serían fáciles, su gran humanidad, la sabiduría y rigor de que estaba dotado y el humor ácido, corrosivo, pero a la vez compasivo, inteligente y agudo superarían cualquier obstáculo por grande que fuese. A estas tan notables virtudes se añadía una excelente capacidad de organización, más un altísimo talante empático y altruista. El se entregaba a todo y a todos con entusiasmo, y fruto de esa forma de ser no sólo fueron los magnos frutos cosechados en su actividad académica en la Universidad del País Vasco en Vitoria-Gasteiz, sino que se prestaba sin pedir nada a cambio a cuantos trabajos y labores tuviesen que ver con su magisterio histórico desplegando a la vez siempre un acendrado amor y afición por todo lo nuestro, por la Historia de nuestro querido Portugalete.
Así, fue miembro fundador del Consejo Editorial de la Colección el Mareómetro dentro de la Fundación El Abra en 1995. Participó como ponente y conferenciante, y como organizador de las Jornadas Históricas de Portugalete a lo largo de varios años y fue comisario de infinitud de eventos de tipo histórico, como por ejemplo en la reinauguración de la Casa-Torre de Salazar reconvertida en restaurante y museo de exposiciones temporales, más la permanente. Ya desde la Creación del Premio Histórico de la Villa de Portugalete en 1988, formó parte del Jurado de los Premios y fue uno de sus fervientes impulsores hasta su fallecimiento. Todavía recuerdo la última de mis tareas de Jurado del mismo compartidas con él y con la profesora de Historia de América de la Universidad de Deusto, Begoña Cava Mesa, amiga nuestra, quien nos invitó a ser miembros de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, a la cual ella pertenecía. Aún puedo traer a la memoria la humildad, la dignidad y la nota de humor de Iñaki al declinar su ofrecimiento. Así era Iñaki, con elevada cátedra de magisterio, organizado, riguroso, humano, simpático, pleno de humor inteligente, en el más puro sentido de la palabra, sabio como un filósofo griego.
Allí donde estés, en el cielo, en la naturaleza, tu imagen, carácter y memoria seguirán en nuestras mentes y en el corazón.
Roberto Hernández Gallejones.