A lo largo de este blog han sido muchas las ocasiones en que hemos hablado de las relaciones históricas de Portugalete y Cuba a través de los portugalujos que allí se asentaron.
Uno de ellos Sotero Escarza, estableció una industria azucarera en la zona de Cienfuegos, con el nombre de ingenio Portugalete, con un pequeño pueblo del mismo nombre y que con la revolución castrista se le cambió el nombre por el de Elpidio Gómez.
De la relación de descendientes indirectos de este indiano con Txomin Hermosilla, se estableció una colaboración suministrando ayuda para un comedor y fundamentalmente medicinas, ayuda que todavía se mantiene a pesar de los 23 años trascurridos
Al margen de los colaboradores que Txomin encontró aquí, el AYUNTAMIENTO DE PORTUGALETE se unió a esta colaboración pagando los costos de los envíos por Correos de los paquetes de medicinas que se envían. (El centro de recogida de estas es el convento de las Siervas del Ojillo).
Ahora hemos tenido acceso a una correspondencia entre los beneficiados cubanos y el Ayuntamiento, en la que aquellos agradecen la colaboración que reciben y dan todo tipo de justificaciones sobre el destino de esa ayuda.
Según las existencias de medicinas, estas se envían a la parroquia Ntra. Sra. del Rosario del antiguo Portugalete de Palmira (Cienfuegos), a las Siervas de María de Camagüey y a la parroquia de Altagracia de Jagüey grande (Matanzas).
En la parroquia de Palmira se encarga del servicio de distribución de dichas medicinas, el Pbro. Jesús Enmanuel Gómez Apesteguía y colabora el Dr. Luis Miguel de Armas médico del Hospital provincial de Cienfuegos, ambos trabajando como voluntarios. Almacenadas las medicinas en la sacristía del templo parroquial solo tienen acceso a ellas el párroco y el médico.
De los medicamentos recibidos se destinan algunos para pacientes con enfermedades crónicas, y también a pacientes con patologías psiquiátricas. Los de uso hospitalario y material de enfermería, se entregan de forma oficial al hospital provincial de la ciudad de Cienfuegos.
Las personas que se atienden tienen un nivel de pobreza alto y presentan un difícil acceso a las necesidades primordiales como alimentos y medicinas debido a las condiciones económicas actualmente deplorables que sufre el país en general. Una de las fotografías nos muestran las estanterías medio vacías de una farmacia. Los más afectados son los ancianos y los niños.
En todos los casos hay vínculos comunes con la Iglesia Católica, Cáritas, Monjas de las Siervas de María y todos los coordinadores pertenecen a las Pastorales de la Salud. Los donativos han sido distribuidos de manera organizada y desde una concepción de equidad social, priorizando a las personas en mayores situaciones de vulnerabilidad.
Las autoridades sanitarias tienen conocimiento de la labor que se realiza, en ocasiones se han donado algunos implementos de enfermería o medicinas de uso hospitalario al policlínico del municipio y no se realiza ningún tipo de campaña preventiva ya que está prohibido a la Iglesia u otra institución no gubernamental.
Del informe redactado por las trabajadoras sociales, Licenciadas Lilia Esther Tarafa Machado, Pastoral de Salud y Lilia María Lorenzo Tarafa, Gestora de proyectos, y la correspondencia con las monjas, con fotografías, nombres de los médicos y numerosos detalles de interés entresacamos dos párrafos que por su contenido humano nos han resultado de interés.
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