martes, 4 de febrero de 2025

ANTE EL CENTENARIO DEL COLEGIO MAESTRO ZUBELDIA: EL PRIMER DIRECTOR

 

Hemos visto en la entrada anterior que la primera maestra que llegó a las escuelas procedente del caserón del Cristo, que amenazaba ruina, fue Amalia González Astobiza con dos auxiliares, una de ellas María Dolores Vivanco.

Como director de estas nuevas escuelas fue nombrado Mateo Hernández Pérez, que acababa de serlo de la escuela nº 1 del Campo de la Iglesia. Su nombramiento por las autoridades de la dictadura fue polémico, pues le impidió ejercer de director a Froilán Alonso Melón, que unos años después con la llegada de la república, recuperaría el cargo contando además con el fallo a su favor del recurso ante el Tribunal Supremo.

Al producirse la sublevación militar Mateo Hernández fue destituido como maestro nacional por la Junta de Defensa por su “matiz derechista monárquico y sus antecedentes de persona marcadamente reaccionaria”. Pero en otra sesión algunos junteros consiguieron cambiar esta pena por la de jubilación forzosa debido a que su hijo Julio, era significado republicano, izquierdista y combatiente en el frente de batalla. En 1938 con la entrada de los franquistas le restituyeron en su puesto, en el que estuvo casi 12 años más, hasta su jubilación definitiva y en 1972 le dieron su nombre a una calle de la Villa.

Entre las fotos que conservamos de otras maestras tenemos a Concepción Caballero, que al crearse en 1932 la “Asociación de Amigos del Niño y de la Escuela” fue la representante del Centro en la misma y a Paz Mª Pérez Soto, que debió estar desde el principio y seguía tras la guerra civil al ser confirmada en su cargo y habilitada para seguir dando clases. Sería pues una de las maestras que más años permaneció en esta escuela.

En el periódico EL LIBERAL, del día del árbol de 1929, con escasa calidad, encontramos la foto de las maestras y maestros que asistieron en la que estaría seguramente todo el claustro de la escuela.




lunes, 3 de febrero de 2025

HIPÓTESIS SOBRE LA FUENTE DE ANA


 José Luis Garaizabal será quien en mas profundidad ha estudiado la historia de nuestra famosa fuente de la Canilla y sus conclusiones se pueden consultar en este blog. Ya en 2014 citó entre otras variantes, la denominación de “fuente de Ana” que aparecía en un documento del AHMP (C093-020) de 1833.

Ahora vuelve sobre el tema y nos envía este trabajo: 

Si en 2014 nada encontré sobre el nombre de “fuente de Ana”, es ahora, en enero de 2025, cuando Aurelio Gutiérrez Martín de Vidales ha publicado en su blog LA VIDA PASA un documento del Archivo Foral de Bizkaia (CONSULADO 0931/024) en el que se da cuenta de la petición de Francisco de Ibinaga o Ibiñaga (firmaba Ibinaga) al Consulado de Bilbao:

Muy Ylustre Consulado de la Villa de Bilbao:

Don Fco. de Ibiñaga, vecino propietario de la villa de Portugalete en espacio de diez y siete años, maestre de barcos en esta Ría, con la sumisión y respeto debidos a Vss Representa que en la proximidad a su nueva casa havitación y parte de Cestao, ha descubierto a fuerza de industria y travajo unos manantiales de agua potable y en todas estaciones del año peremnes y de la mejor calidad para aguadas de las embarcaciones.

Estas fondean en la inmediación de la casa del que recurre viéndose precisados a hacer su surtido y provisión de agua de la fuente que existe en lo interior de aquella villa resultando del concurso muchos atrasos, disputas, perjuicios y demoras, portando mucha distancia que hay desde las referidas embarcaciones a la fuente de Portugalete y mucha escasez de agua en tiempo de verano.

El exponente desea reunir estas aguas y a sus expensas verificar el competente depósito de las mismas, proporcionando conocidas utilidades y ventajas de los navegantes en sus aguadas, como también de los operarios de Vss en sus muelles atendida la proximidad con que el exponente piensa y proyecta erigir la fuente y pósito de agua en el mencionado sitio de hacia la parte de Cestao y remate de sus muelles.

 Siempre han procurado Vss las mayores ventajas de los navegantes y como de realizarse el deseo del recurrente las obtengan aquellos, se ve en precisión de acudir a la protección de Vss.

Suplicando se sirvan facilitarle graciosamente unas quarenta a cinquenta piedras labradas de las que tienen sueltas separadas y retiradas junto al Solar de la indicada villa, para que con ellas a menos coste pueda lograr la colocación del pósito de agua y fuente, útil y provechosa a los navegantes y operarios de muelles que carecen de artículo tan importante en todo aquel contorno. Hallándose a costear de su propio bolsillo la referida fuente y pósito de aguas, franqueando a Vss las citadas piedras.

Así lo expensa de la piedad y rectitud de Vss por cuyas grandezas y prosperidades ruega al todo poderoso en esta Noble Villa de Bilbao su más rendido súbdito y reconocido servidor.

A diez y ocho de Septiembre de mil setecientos noventa y ocho.

ANÁLISIS Y CONCLUSIONES 

Aurelio, me hacía la siguiente pregunta: ¿Será la fuente de la Canilla?

Inmediatamente, me puse manos a la obra y por los primeros datos de su instancia, todo hacía pensar que pudiera tratarse de La Canilla.

Emocionado, le trasladé mis sospechas de que podíamos estar ante la aclaración del porqué de “fuente de Ana”, encargándome que fuera yo quien publicase estos análisis y conclusiones (Eskerrik asko): 

1º.- La fuente estaría al final de los muelles, hacia la parte de Sestao, por lo que habría que descartar la Salverilla, también conocida como “fuente de los jilgueros” que se encontraba en la misma muga con Sestao, en el lugar donde luego se abrió el túnel de la compañía minera de ferrocarril a Galdames y cuyos escombros sirvieron para rellenar el nuevo muelle en el que se instalaron los cargaderos y hoy es el paseo de la Benedicta.

Si no era la Salverilla, sólo podía tratarse de la Canilla, que como ya expusimos, se encontraba en la ladera, junto al camino que unía la trasera de la caseta de la JOP donde se generaba la luz para el puerto y el último cargadero de mineral. Hoy estaría sobre el actual andén de llegada del tren Bilbao-Santurtzi.

2º.- Los manantiales de agua potable los había encontrado Ibinaga a fuerza de industria y trabajo, siendo perennes en todas las estaciones del año. Nada sabemos sobre si la fuente ya existía y si hubiera quedado enterrada por algún desprendimiento de la abrupta ladera.

3º.- Su situación era ideal para suministrar agua a las embarcaciones que fondeaban en las inmediaciones de la casa del solicitante que en aquel momento se debían surtir de la fuente del Medio sita en la parte superior de la calle Coscojales, sufriendo los inconvenientes debidos a atrasos, disputas, perjuicios, demoras, portando mucha distancia que hay desde las referidas embarcaciones a la fuente de Portugalete y mucha escasez de agua en tiempo de verano. Igualmente, suministraría agua a los operarios de muelles que carecen de artículo tan importante en todo aquel contorno.

Un examen de la Relación de Casas que hay en la Villa de Portugalete, sus dueños, administradores e inquilinos… en 1795 (AHMP C6-1), permite saber que Ibinaga vivía en el Cantón de la Carnizería (hoy Salcedo), ocupando una habitación y bodega sin pagar renta, y que ejercía de administrador de las casas que Santiago Laraudo tenía en la Villa, y en concreto, de una sita en la calle Santa María. En la misma casa de Carnicería, aparece la viuda Teresa Aguirre que, sí pagaba una renta de 10 ducados y en otra casa, vivía Francisca de Aguirre. ¿serían familiares de Ana?

4º.- Deseaba erigir la fuente, además de construir un depósito utilizando unas cuarenta a cincuenta piedras labradas de las que tienen sueltas separadas y retiradas junto al Solar. De donde se deduce que en 1798 no existía fuente, como tal.

Según los siguientes datos, facilitados amablemente por Aurelio para que sea yo quien los publique, Francisco de Ibiñaga, en el año 1794, era vecino de Portugalete, y propietario del cachemarín “Nuestra Señora de Begoña” de 15 toneladas y en 1803 del navío “Santa Ana” de 20 toneladas, capitaneado por Ángel Belichi. Ya hemos dicho que en 1795 figuraba como administrador de los inmuebles de Santiago Laraudo en la villa de Portugalete. Era natural de Ea y falleció en Portugalete el 17 de marzo de 1804. 

En la partida de defunción de Francisco se recoge que: Murió la tarde anterior, de 45 años poco más o menos, se hallaba legítimamente casado en el convento de monjas de esta villa con Ana Aguirre, sin haber tenido sucesión, testó ante don Clemente de Urioste, pensionado anualmente sus bienes con tres arrobas de aceite y tres misas de a ocho reales para la capilla de san Antonio. (AHEB-BEHA). 

CONCLUSIÓN

Desconocemos el resultado de la solicitud de Ibinaga, pero la fuente siguió abasteciendo a los portugalujos los años posteriores y aunque no conocemos su estructura, sí sabemos que en 1864 varios vecinos del Muelle Viejo expusieron: “Que con motivo de la carencia de agua que se experimenta en esta villa en tiempo de verano y a consecuencia de hallarse deteriorado o en muy mal estado la fuente titulada Cañilla (escrito con ñ), trataron de arreglarla por suscripción varios vecinos como habitantes en el muelle viejo, tanto dicha fuente para el servicio del agua, como un lavadero junto a ella para lavar algunas ropas y también el camino que se dirige a la indicada fuente, atendiendo a la buena calidad del manantial”. Nada dijeron del depósito.

Dado que la esposa de Francisco Ibiñaga se llamaba ANA Aguirre y que, a la muerte de aquel en 1804, ésta pudo seguir poseyendo el negocio de la fuente para suministro a los barcos.

No hemos localizado su segundo apellido, y solo disponemos del registro de fallecimiento de una Ana María de Aguirre en Portugalete el 20-4-1818, pero, no es descabellado pensar que el apelativo de “fuente de ANA” que aparecía escrito por primera vez en 1833 (AHMP C093-020) provenga de la viuda de Francisco de Ibinaga. Hasta que aparezcan nuevos datos, yo me inclino por esta hipótesis. 

OTRAS DOS CITAS NUEVAS DE LA CANILLA 

En el citado blog LA VIDA PASA, Aurelio Gutiérrez publicó dos noticias relacionadas con la fuente, que añadimos a las referencias ya publicadas en su día.

12-3-1857 El Irurac bat dio cuenta de la siguiente noticia: “El viernes por la tarde al ir una niña a recoger agua a la fuente de la Canilla, sita al pie del mar en el muelle de Portugalete, descubrió el cadáver de un hombre que flotaba a merced de las olas”.

28-8-1873 Desaparición del soldado Antonio García al pretender darse un baño en la playa de Canilla jurisdicción de Portugalete.


domingo, 2 de febrero de 2025

UNA VERSIÓN SOBRE “LA CANILLA”



Del escrito de Javier García-Borreguero sobre el ferrocarril, aportando numerosas fechas históricas sobre el tema, separamos también por su interés lo referido a la fuente de La Canilla, que en el libro MEMORIA DE CIEN AÑOS que el Santo Hospital del Glorioso San Juan Bautista, repartió gratuitamente entre nuestros suscriptores, se decía que la fuente era sólo un tubo, un caño o canilla, de ahí su nombre.

    Portugalete en 1880 disponía de tres fuentes de carácter público: la de El Cristo, la de la Barrera, y la de Ana, y que estaban ubicadas precisamente en El Cristo, en la calle de La Barrera (hoy Casilda Iturrizar), y la de Ana en el final del muelle Viejo. Esta última es la que cita Marcos Escorihuela en 1871, diciendo que da el mejor agua a la Villa. Era la que estaba en la parte más baja del pueblo, y por tanto su agua manaba más filtrada y pura. Ubicarla desde un principio en un emplazamiento alejado de la población, no tiene sentido para la Villa que contaba entonces con apenas tres mil habitantes. Tampoco el profesor Escorihuela refiere para nada que su caudal fuera menor que en las otras, aún estando más baja y por tanto más alimentada. También hay Actas municipales de 1876 que se refieren a esta fuente como la fuente de ANA.
    José Manuel López Díez en su diccionario de calles de Portugalete, acude al concepto de “canilla” como de espita o canuto de la cuba, y relaciona su nombre concluyendo, que “el agua de la fuente pudo salir por un conducto similar”.
   Pero José Manuel no ha reparado en analizar la acepción de canilla como “regulador de paso”, lo que es mucho más apropiado para un lugar que ostenta un cambio de agujas.
    Por otra parte, lo que probablemente incidió en que el caudal de la fuente disminuyese, fue tanto el desarrollo de la carretera que venía de Sestao como las obras del trazado del tranvía (1881), lo que conllevaba nuevas conducciones y desvíos de los torrentes pluviales y de los flujos y corrientes subterráneas que alimentaban entonces aquel manantial. También debió incidir en la disminución del caudal el comienzo de las obras del túnel a Peñota (ya en 1921), puesto que el propio túnel en el tramo inicial, interceptaba la captación de las aguas. Además el muro de contención que se construyó encima del andén (que dispone de alivio de aguas y aún así produce grandes humedades en el andén a Santurzi), alteraría también con toda seguridad, las correntías que alimentaban a la fuente ANA.
    Consecuentemente, el flujo de aguas ya muy mermado, se fue desviando al final decreciente del referido muro de contención (a lo largo de la “peña herbosa” como la refería Mariano Ciriquiaín, o por la “campa de los apuros” y “terrenos de Bolarín” que diríamos nosotros), donde los constructores de la obra tuvieron a bien instalar un caño que recogiese las aguas.
    Esta versión está transmitida por quien dirigió las obras del túnel: Estanis Arrilucea, quien arribó a Portugalete para llevar las obras del túnel, y se quedó en nuestro pueblo al casarse con una portugaluja: Rosa Zunzunegui y Loredo, hermana del querido Juan Antonio.
    Y ya tenemos la fuente de ANA trasladada de lugar. Precisamente a muy escasos metros de una entonces recién construida caseta guarda-agujas, levantada expresamente para dominar los cambios de vía que darían paso a los trenes con dirección al túnel, y a los que viniendo de Santurce entraban hasta la estación Terminal de La Plaza.
    Esta caseta, se encontraba situada al final del andén dirección Bilbao y precisamente delante de la referida fuente. Estaba elevada a unos metros del suelo y sobre unas columnas para facilitar una mayor visibilidad de su trabajo. Dicha función se conoce ferroviariamente como el cambio de aguja o “canilla”, debido al sistema de hilos (cables) que alimentan (accionan) la aguja, es decir como en los mecanismos de las máquinas de coser, donde por supuesto también se domina la “canilla”.
    A la entrada del túnel se habían construido andenes y un paso subterráneo, pero era únicamente un “apeadero” que no disponía de personal, ni taquillas, ni factor, ni por supuesto de Jefe de Estación. Solamente se transformó en “estación”, a raíz del descarrilamiento (RENFE tiene tan bien archivado este desgraciado accidente, que no se consigue ningún documento sobre su fecha, pero pudo ser en 1952/53?), que fue quien determinó que los trenes de viajeros no llegasen ya más a la estación de La Plaza, habilitándose entonces este apeadero como estación de viajeros.
   Fue precisamente la propia RENFE quien bautizó al apeadero como la ESTACION DE LA CANILLA, para diferenciarla de la de La Plaza (que aún continuó algunos años admitiendo destinos de paquetería), puesto que se mantenían abiertas las dos estaciones, y Peñota era aún otro simple apeadero. Añadir también, que los planos originales aportados por la RENFE son los planos de la estación de La Plaza, y están denominados e inscritos como los de la “Estación de Portugalete”, que es por supuesto lo que se lee en ellos. 
    Por todas estas cosas, nos sorprende y mucho a los nacidos en Portugalete, que la Exposición se titule “120 años de la llegada del ferrocarril a La Canilla”.

De cualquier modo una cosa está muy clara: 
La estación de La Canilla es la que está en La Canilla.
La estación de Portugalete es el edificio que está junto a La Plaza.
Y la estación de Peñota está en Peñota .
Y el paseo, sí es el que llega hasta la Canilla, y por eso se le puso el nombre de “Paseo de la Canilla”.

Publicado el 10 de octubre de 2008

sábado, 1 de febrero de 2025

LAS NEVADAS DE HACE SIETE DECADAS

 


Tras unos días en los que hemos sufrido grandes oleajes en la costa como no se recordaban en hace muchos años, recogemos hoy esta serie de fotografías del archivo de la familia Hermosilla del Campo, que nos recuerdan que las grandes nevadas tampoco se dan en la costa desde hace muchas décadas. Corresponden a estos días de los años 1954 y 1956 donde lógicamente aparecen los componentes de esta familia portugaluja.
     En la superior, vemos un grupo de personas relacionadas con las pescaderías que existían en la planta baja del Mercado, como son las hermanas, Fidela y Josefa, Fidela del Campo (de pie), Pilar y otros miembros de la familia Negro, los churreros, Olga Lángara, …
    En la siguiente nos llama la atención el tamaño del muñeco de nieve en la calle del Muelle Viejo, con la pared de la estación detrás, con el matrimonio Hermosilla del Campo, sus hijos y otros vecinos de la calle.
En la tercera con Fidela y Juanito Aldecoa, a la izquierda arriba, Ana Mari Hermosilla, recientemente fallecida, frente a la estación de La Canilla y a la derecha con unas amigas.


Publicado el 7 de febrero 2014