viernes, 2 de agosto de 2013

EL RACIONAMIENTO EN LA POSGUERRA: LAS CARTILLAS



Terminada la guerra en Vizcaya, desapareció el racionamiento de comestibles. La plaza del mercado estaba destruida por las bombas facciosas, varias tiendas de ultramarinos no se abrieron porque sus propietarios habían evacuado y la red de producción y transporte de comestibles estaba desorganizada. Quizás una de las fotografías más inmediatas a la ocupación de Portugalete por las tropas franquistas sea la protagonizada por una fila de vecinos haciendo cola para recoger alimentos en un local o en un camión de la Cruz Roja en General Castaños.
El problema más importante en esa época fue el de la alimentación. Durante los dos primeros años el comercio era libre, aunque los precios estaban tasados oficialmente y eran parecidos a los del racionamiento de la guerra.
El 14 de mayo de 1939, se volvió otra vez al sistema del racionamiento que duró hasta el 1 de junio de 1952. El gobierno decretó la intervención de determinados productos alimenticios y su distribución por la Comisión General de Abastecimientos y Transportes (CGAT).
Al principio la cartilla era familiar y cada persona tenía derecho a una ración de alimentos.
Como el censo del racionamiento superaba en un millón de personas al censo de población en toda España debido al fraude de tener varias cartillas y a la inclusión de difuntos, en 1943 la cartilla empezó a ser individual. Así y todo, el número de consumidores del racionamiento superaba en 100.000 personas al del censo de población.
En 1940 en Portugalete había 10.613 habitantes, pero para la regulación del abastecimiento sólo constaban 9.846 porque el resto habían evacuado, estaban encarcelados o servían como soldados del ejército “nacional”. Hasta 1983 el único período de tiempo en que descendió la población de Portugalete durante el siglo XX fue entre 1935 y 1940. El descenso fue de 202 habitantes debido fundamentalmente a las bajas por asesinatos, fusilamientos y muertes en el campo de batalla. En 1945 los censos de cartillas y de población tendieron a igualarse: Cartillas de 1ª categoría: 569; de 2ª 1.990; de 3ª 10.093; infantiles 461 para una población de 11.474 habitantes, aunque seguía habiendo más cartillas que vecinos.

Tasio Munarriz

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