Después del espléndido trabajo
realizado por José Luis Garaizabal
sobre la heráldica portugaluja, que se puede consultar en la BDP, aborda
finalmente de una manera exhaustiva la evolución que ha sufrido el escudo de la
Villa a través de los siglos.
Comienza con las referencias más
antiguas que se remontan a 1571, cuando se nos dice que las armas del pueblo se
encontraban grabadas en los lomos de los dos cañones de bronce de la batería
del Solar y del cual nos ofrece su particular recreación, y a 1584 cuando se
acomete unas reparaciones en el edificio del ayuntamiento.
Posteriormente recoge un acuerdo
de 1650, donde se cita el estandarte municipal de “damasco carmesí guarnido, en medio con las armas reales y al pie de
ellas, las que esta Villa tiene, que es una nave” y en 1687 al P. Gabriel
de Henao, más explícito que detalla las armas que estaban grabadas sobre las
dos gruesas piezas de bronce en el Solar: En ellas se ven grabadas las armas de
la Villa, que son una nave aparejada y artillada, tendidas las velas, navegando
contrastada de furiosas olas.
La primera imagen del escudo la
vemos reflejada en el libro de Decretos que empieza en 1755, que es estudiada
por el autor, así como todos los sellos, membretes y estandartes municipales
empezando por el de 1848, sin dejar atrás los escudos con las velas plegadas en
la antigua “casa de los arcos” de 1762 y 1803, actualmente edificio de SURPOSA.
Recoge información sobre los
escudos del antiguo ayuntamiento (1714 a 1880), o los proyectos de Atanasio
Anduiza de reforma de las nuevas escuelas (1878) o las que realizó debido a los
destrozos de la guerra carlista (1879), tras las que posiblemente el escudo se
trasladó al Hotel y posteriormente al Hospital-Asilo, los proyectos del nuevo
ayuntamiento o frontón en las Canteras de Casto Zabala y otros muchos más como
los de las fachadas del cine Ideal, Mercado de Abastos, placas del callejero,
etc. etc.
Recoge también el estudio que realizó
sobre el mismo en 1947 el investigador heráldico, José Mª Bremón Sánchez, y el
informe de Mariano Ciriquiain, dadas las diferencias que mantenía con el mismo,
para acabar con el “Estudio e Informe para la fijación definitiva del escudo
auténtico de la Villa”, aprobado en el pleno del 22 de abril de 1914.
En fín, que como el trabajo
abarca 64 páginas, es obligado para los interesados en el tema recurrir al trabajo
completo que hemos subido a la Biblioteca Digital Portugaluja (Pinchar).
Y antes de que se nos adelante
alguno, felicitar a Jose Luis por su riguroso trabajo, que se convierte desde
este momento en un auténtico referente sobre el tema.
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