viernes, 3 de marzo de 2023

LAS PORTUGALUJAS EN LA ACTIVIDAD MARITIMA (2): CARGUERAS Y SARDINERAS

 


Portugalete como puerto de mar contó siempre en la carga y descarga de los barcos con mano de obra femenina. Quizás la más antigua en los primeros siglos estaría relacionada con la exportación de mineral que llegaba al muelle a través de carreteros desde los montes de Triano o por la ría en gabarras desde Galindo, recibiendo estas cargueras el nombre de venaqueras, aunque fueran muy minoritarias y de las que no tenemos noticias.

Sabemos que en Bilbao se llegaron a organizar como gremio, con sus categorías, y usando cestos en la cabeza descargaban o trasportaban la carga que llegaba en los barcos como podía ser el bacalao, hasta los puntos que se necesitaban como gabarras o almacenes comerciales.

En los muelles de Bilbao se recuerda a estas cargadoras agrupadas en cuadrillas con una capataza como fuera la famosa Trini la Sañuda, que dirigía este tipo de trabajos con gran habilidad y pericia y participó varias veces en política como representante de Víctor Chávarri. Y con cierta sorna se decía de ella que era conservadora… de sus caudales, ya que gracias a su trabajo había conseguido enriquecerse. En época de elecciones se presentaba por uno de los distritos que mayores atenciones y peligros ofrecía para el partido conservador, y en el que los prohombres bilbaínos invertían elevadas sumas de dinero que la Trini se encargaba de administrar en la búsqueda del ansiado voto. Su participación en importantes mítines fue muy comentada, si bien, dejó la política activa y se volvió a su trabajo en los muelles.

En Portugalete se conservan pocos datos de estas cargueras que cargaban y descargaban los barcos o medían y pesaban las mercancías de los mismos. 

Así encontramos noticias en 1762 sobre cinco mujeres casadas contratadas por otra mujer, Manuela de Basarrate, para medir la cantidad de sal transportada por un barco portugués. En el censo de 1824 encontramos a 6 mujeres que se denominan ellas mismas como cargueras.

En la Villa ya en el siglo XX fue más habitual las mujeres descargando el pescado, (las fotografías superiores de hace un siglo son clásicas). Muchas de ellas esposas de los pescadores que luego harían la función de “revendedoras” y “regateras” en otras muchas localidades de la costa.

Ya en los últimos siglos fueron numerosas las mujeres casadas con pescadores, viudas o hijas solteras de pescadores, dedicadas a la venta de pescado y reparación de redes. En la Cofradía de Mareantes podían llegar a formar parte aunque se quedasen viudas, siempre y cuando no se casasen nuevamente con un hombre que no se dedicase a ese oficio.

Bajo estas líneas un detalle de una foto de Eulalia Abaitua de cuatro mujeres en una embarcación de hombres en el Muelle Viejo en los primeros años del siglo XX.




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