jueves, 7 de abril de 2011

EL ENTIERRO DE LA SEÑORA MEYER, DETENCION DE LOS AUTORES Y LA TRAGEDIA FAMILIAR



Continuamos hoy con la reseña de Daniel Docampo sobre la tragedia familiar en que se vio sumida la familia del ingeniero Mr. Meyer, director de la fábrica La Mudela y con esta otra gran fotografía en la que tras el furgón fúnebre presidiendo la comitiva iban, entre otros, el alcalde Miguel Carranza, Martínez Rivas y los hijos de la fallecida señalados en la revista con una cruz.
Nuestro colaborador completaba así la noticia:

Los principales acusados del asesinato de la señora Meyer fueron Jesús Macías y Alejandro Villalba. Macías, de veintidós años el día del atentado y natural de la Rúa de Valdeorras (Orense), llegó a decir que fue Meyer quien disparó a su mujer al tratar de defenderse y que su intención no pasaba de asustarle; fue condenado, sorprendentemente, a tan solo 14 años de prisión en 1921 al imputarle la autoría del asesinato (hay que recordar que se solía aplicar cadena perpetua a estos casos ‒que es lo que pidió el fiscal en el juicio‒ como se puede rastrear en los famosos atentados catalanes sindicalistas de la época). A Villalba se le declaró inocente.
Aunque el Sindicato Metalúrgico de Sestao se desvinculó del atentado negando cualquier participación en el mismo, dirigió graves acusaciones contra Meyer, recriminándole su intolerancia con los obreros. En ese clima de crispación corrió el rumor de que “el pueblo de Portugalete se proponía asaltar la cárcel para poner en libertad a Macías” (Heraldo de Madrid, 30-07-1919).

El 1 de Marzo de 1920 la familia Meyer iba a recibir otro duro mazazo que dejaría a los cuatro hijos del matrimonio huérfanos: la muerte de Juan Meyer al disparársele accidentalmente la pistola.
El Heraldo de Madrid, del día siguiente, decía en su noticia:
Hallábase el señor Meyer en su domicilio jugando con sus cuatro hijos y cayó al suelo de uno de sus bolsillos una pequeña pistola que llevaba a partir de la agresión de que fue objeto. Al chocar la pistola con las baldosas se disparó el proyectil produciendo gravísima herida al Sr. Meyer quien a pesar de los auxilios falleció por haberle cortado el proyectil la vena aorta.
El entierro en Portugalete fue igual de multitudinario que el de su esposa y a él asistieron “centenares de personas. Presidieron el duelo el presidente de la Diputación, el gerente de la fábrica de San Francisco Sr. Martínez de la Riva, y el alcalde de Portugalete. El entierro del Ser. Meyers ha constituido una verdadera manifestación de duelo” (El Sol, 03-03-1920)

1 comentario:

  1. Pobre familia. Felicitaros al mareometro por recuperar estas historias olvidadas. Gracias

    ResponderEliminar