La noticia la recuperamos del periódico “La Gaceta del
Norte” de aquel año: El 13 de junio de
1977 explotó un artefacto en la especie de plazoleta donde confluye la calle
Juan de Garay con la avenida de Navarra y de la Argentina, en Baracaldo, a las
1,17 horas. Un coche aparcado quedó destrozado en su parte delantera. Su
propietario era un inspector de Policía que vivía en una de las casas que
estaban frente al lugar del atentado. A la vez fue alcanzado un joven, que
murió en el acto. A su lado se encontró una granada sin explotar, por lo que se
supone que fuese el autor de la colocación del artefacto, que por motivo
desconocido hizo explosión cuando lo manipulaba. Su nombre era Jesús María
Basáñez Jáuregui, nacido el 22 de diciembre de 1955, en Portugalete, soltero,
estudiante, con domicilio en la calle Salcedo 4.
La familia quería celebrar el funeral y el entierro el
día 15, pero el gobernador civil lo prohibió porque en ese día se celebraban
las elecciones generales a Cortes y no quería que el entierro se convirtiese en
un acto político. Por eso, la familia se vio obligada a adelantarlo al día 14.
El funeral se celebró con cuerpo presente en la Parroquia de Santa María y
seguidamente se hizo la conducción del cadáver a hombros hasta la plaza del
Cristo, donde se introdujo la caja mortuoria en un coche fúnebre. Al acto, al
final político, asistió gran cantidad de gente, vecinos y afiliados de diversos
partidos, porque tanto Josu como su familia eran muy apreciados en la Villa.
En la fotografía superior un momento de su recorrido
hacia Pando, después del cual se repartieron pegatinas con forma de estelas
funerarias con la letra en euskera y castellano del “Canto a la libertad” del
aragonés José Antonio Labordeta, que se cantaba en aquella época en las misas
de la Parroquia de Santa María.
Tasio
Munarriz
https://platinumpeachpress.com/el-trigo-y-el-sindrome-del-intestino-que-gotea/
ResponderEliminarAhora aplica estas imágenes a tu intestino. Los azulejos de la ducha son ahora las capas externas de las células intestinales, también conocidas como células epiteliales, que absorben los nutrientes. Las células epiteliales permiten que sólo pasen los elementos deseables (como los nutrientes debidamente descompuestos de los alimentos).