martes, 11 de septiembre de 2018

“LOS HUESOS DE LOPE” A SU PANTEÓN FAMILIAR EN LA BASILICA


  


En el mes de mayo, se anunció ampliamente en la prensa la posibilidad de contemplar en el Museo de las Encartaciones, los huesos de Lope García Salazar, sobre cuyo tema Javier García-Borreguero Ondiz nos ha situado en dos entradas anteriores de este blog.

Haciéndonos eco de la opinión de muchos portugalujos exponemos hoy la nuestra sobre el tema, que ya la expusimos en su momento ante la dirección del citado Museo y la Presidenta de la Junta Generales, tanto Javier representando a la Asociación de Amigos de la Basílica, el que dirige este blog presidente de la Fundación El Abra, apoyados con la presencia del alcalde Mikel Torres.

Hay que dejar constancia que es la Villa donde a la figura de Lope García Salazar se le ha apreciado más como personaje local, restaurando su torre, encargando un gran oleo para la sala consistorial (hoy en la torre convertida en museo), o encargando una estatua en los jardines de la misma en la que se le representa con un libro en la mano recordando que su mayor mérito fue ser el Primer historiador de Bizkaia.

Como portugalujo ilustre que lo consideramos, al margen de lo que puedan pensar sus descendientes, a nosotros nos ha chirriado un poco el hecho de que sus restos en lugar de descansar según sus deseos en un lugar sagrado, se expongan en una vitrina.

No entramos en las normas que rigen en nuestro país al respecto, pero estamos de acuerdo con el código ético para museos aprobado por el Internacional Council of Museums (ICOM), a pesar de que tenemos muchos ejemplos de la apropiación y exhibición de restos humanos, desde los “obtenidos” como trofeo de guerra, pasando por los notables y abundantes ejemplos de restos de “santos”, las reliquias, tan importantes en algunos siglos del medievo occidental.

El ICOM al margen de respetar su disponibilidad para el estudio e investigación, en cuanto a su exhibición reclama una unanimidad de aceptación no sólo por la comunidad científica, sino teniendo en cuenta el sentir particular de los miembros de la comunidad o de grupos étnicos o religiosos de los que proceden.

Recomiendan que se les conceda un tratamiento especial completamente diferente a como se trata el patrimonio material, evitando que la inhumación de restos humanos sean expuestos en una vitrina pública.

Aunque la UNESCO no ha incluido de manera específica la cuestión de los restos humanos en sus textos los debates a nivel supranacional siguen abiertos y quizás la normativa alemana podría ser una buena referencia para España y otros países, pues recoge un análisis histórico de sus colecciones, un estudio legal del marco jurídico nacional e internacional, y un amplio debate ético basado en el principio de la “dignidad humana” sobre el que pivotó su Constitución salida de las cenizas de la II Guerra Mundial.

Como decimos entre nosotros no existe una normativa específica sobre conservación, manejo y exhibición de restos humanos y todavía la presión social no ha llegado al nivel del conflicto social aunque ya empiezan a surgir controversias suscitadas por las modernidades de exhibir restos humanos en museos locales, a fin de atraer recursos y visitantes.

Como conclusión y aunque solo sea de manera testimonial reivindicamos que se respete la voluntad de nuestro personaje, que mandó construir una capilla como digno lugar de reposo de sus restos y dado que el tiempo y la desidia la han hecho desaparecer sus restos reposen el lugar elegido por sus hijos y nietos, que financiaron la construcción de su panteón también en un lugar sagrado como es la Basílica de Santa María de Portugalete, donde proponemos descansen en régimen de depósito autorizado por la DFB, y con el permiso ya autorizado del Obispado de Bilbao.


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