Como mañana se va a inaugurar un gran mural en la calle Mª Díaz de Haro mostrándonos el
desaparecido palacio de Chávarri, como se ve al final de este artículo, vamos a recordar a sus moradores, de los
cuales nos habla Roberto Hernández Gallejones en su trabajo de la Biblioteca Digital
Portugaluja, EL PALACIO DE LOS CHAVARRI EN PORTUGALETE: LA VIVIENDA Y SUS MORADORES.
El conocido en la Villa como “señor del
palacio Chávarri”, Manuel Chávarri y Velarde (1870-1937) era hijo de Braulio de
Chávarri y Alisal (n. 1823), primo de Víctor de Chávarri y Salazar (el de la estatua), casado con
Victoriana Velarde de la Mier sobrina de Sotera de la Mier, que se trasladó a
Argentina a realizar importantes negocios y donde falleció mientras su mujer
actuaba aquí con poderes.
Manuel, uno de los siete hijos de Braulio
y Victoriana, casado con Eloisa Aburto tuvo tres hijos Eduardo, Federico y
Enrique y dos hijas Carmen y Blanca, fue uno de los ricos propietarios que tuvo
la Villa al comienzo del siglo XX, encargando en 1903 su palacio al arquitecto
vasco-francés Jean Baptiste Darroquy que lo proyectó en estilo árabe con una
composición ágil y variada.
Al margen de sus participaciones
industriales o propiedades mineras, fue un activo comerciante que en la Villa
poseía diversos edificios con inquilinos y en el cementerio de Pando adquirió
varios lotes de terrenos para enterrar a sus padres y familiares, encargando al
escultor Quintín de la Torre un artístico panteón con un ángel custodio sobre
un colosal montículo de rocas y mármol del que sobresalen de un infierno
dantesco rostros, y cuerpos retorcidos, abatidos, ángeles caídos y rostros
cadavéricos.
“El Señor de Chávarri” era a la vez muy portugalujo,
sencillo y generoso como demostró en ocasiones como la construcción del
Depósito de Aguas de Campanzar o del edificio del Hospital Asilo de San Juan
Bautista al que cedió el terreno conocido como “la viña de Campanzar” para que
así dispusiera de huerta, escribiendo “queremos de
veras a nuestro pueblo, y debemos ayudar a la realización de esas obras aunque
nos cueste algún sacrificio y no pocos obstáculos, ni por las miserables
pesetas, ni por pequeñeces de amor propio, puesto que las consecuencias las
paga el pueblo”.
Su hijo Eduardo Chavarri
Aburto se casó con Concepción Zunzunegui Loredo, hermana del escritor y académico
Juan Antonio, formaron una familia profundamente católica, llegando él a ocupar
el cargo de Hermano Mayor de
la Real congregación de arquitectos de
Ntra. Sra. de Belén en su huida a Egipto, por lo que no es de extrañar que sus
dos hijos y una hija se dedicaran a la vida religiosa.
El hijo mayor, Eduardo
Chávarri Zunzunegui, en 1953 con 18 años, le pidió a su chófer que le llevara a Burgos
dejando atrás su palacio y al llegar a la puerta de la cartuja de Miraflores,
se despidió de él regalándole el coche pues pensaba quedarse dentro de aquellos
muros donde no iba a necesitarlo. Los monjes de la
Orden monástica de la Cartuja, dedicados a la vida contemplativa son los que
profesan más austeridad en el mundo y los que a lo largo de los siglos han
permanecido sin caer en lujos.
Siete años después de su
ingreso fue ordenado presbítero. Destacó por sus dotes de inteligencia que le
llevaron a ejercer desde 1967 el cargo de vicario y ser elegido en 1972 Prior
de dicha Cartuja, donde también había ingresado su hermano Federico cinco años
antes. El Ayuntamiento de
Burgos le reconoció con la medalla del MC aniversario de su fundación y del
poema del Mio Cid.
Tras ocupar el cargo de
Visitador en España vivió sus últimos años en la cartuja catalana de Montalegre
falleciendo en 2009.
El mayor crimen urbanístico en Portugalete.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con Rami
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