Lo reanudamos, pidiendo disculpas
por este motivo, recordando la premisa del mismo:
Durante los primeros años después
de la guerra, el Régimen franquista no disponía de medios económicos para
mantenerse y dedicó todo su esfuerzo en conseguir dinero de la población además
de los impuestos. Entre los medios que se utilizaron en la villa estaban:
-El
ayuntamiento recogía ropa y otros objetos (colchones, sillas, etc) para el
hospital militar de sangre instalado en el Hospital-Asilo con capacidad para
150 camas.
-Subsidio pro
combatientes. En todas las poblaciones se constituyó una comisión local para
distribuir entre las familias de los combatientes el dinero conseguido para
este fin por medio de donativos, multas y el 10 % de estos productos y
servicios: tabacos, consumiciones en bares, restaurantes y hoteles, perfumes,
artículos de lujo, espectáculos públicos, servicios de lujo en peluquerías de
señoras, juegos, servicios de coches-cama, licencias de aparatos de radio, etc.
En la villa se constituyó esta comisión en junio de 1938 compuesta por:
Jefe: Félix Parras Hernández, nombrado por el
gobernador.
Secretario: Angel Sádaba, maestro
nacional más joven en funciones en la villa.
Vocales. Padres de combatientes en el
ejército: Pedro Pérez Cordón y Gregorio Sáenz Morales.
Vocales. Padres de combatientes
en la Milicia: Juan José Pastor Calderón y Rufino Zumiete Casas.
En Portugalete percibían, en 1938, este subsidio 88 familiares de combatientes. Las cantidades iban de 1 a 8 pesetas diarias.
-Aguinaldo para el combatiente en
dinero y en especie. Las listas de los donantes incluían a niños y maestros de
las escuelas.
- Campaña del
“Plato único”. Cada familia un día a la semana debía comer sólo un plato en
cada comida. El dinero ahorrado lo podía aportar voluntariamente en una colecta
organizada al efecto. Pero los establecimientos de comidas estaban obligados a
suprimir en un día semanal, señalado por el gremio para evitar competencias, la
carta para ofrecer distintos menús con un plato y postre únicos tanto en el
almuerzo como en la cena. Debían aportar el 50% del importe de cada comida y el
40% de la pensión completa de los hospedados. Si no cumplían esta orden los
propietarios o los comensales, serían multados por el gobernador.
-“Día semanal
sin postre”. Era voluntario para las familias y obligatorio para los establecimientos
de comidas, siguiendo lo señalado en el párrafo anterior.
Continuará....
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