domingo, 13 de agosto de 2017

FESTEJOS TAURINOS EN EL SIGLO XIX  




Las noticias sobre corridas de toros en esta centuria empiezan con las que tuvieron lugar en septiembre de 1806, con motivo de los festejos para celebrar por el nombramiento de D. Justo Salcedo y Arauco. Uno de ellos era una corrida de toros, lidiándose en plaza cerrada, mañana y tarde, toritos navarros, y novillos del Payés, por diestros lidiadores, sin que se picasen ni matasen en ella.

Otras a destacar podrían ser la de 1823, para celebrar la caída del Gobierno Liberal del Trienio Constitucional (1820-1823), en honor de Fernando VII, en 1852 siguiendo un oficio del Gobernador Civil y en el programa de festejos de 1862, como era habitual dedicado a los bañistas que habían acudido a la Villa durante aquel verano, figuraba una corrida de toros.

En la última década del siglo, en 1891, vemos que los novillos se
corrían durante las fiestas de agosto, cerrando la plaza. En 1892, diez años después de que en Bilbao se inaugurara la Plaza de Toros de Vista Alegre”, el 13 de agosto de 1882, Bautista Manteca solicitó al ayuntamiento autorización para la construcción de una con el mismo nombre en un terreno de su propiedad conocido por “Vista Alegre”, que con un diámetro de 37,60 m. tendría un aforo superior a 5.000 espectadores.

En otros documentos encontramos que el 8 de agosto de 1895, D. Gabino de Urrutia, ganadero de Reses Bravas de Orozco ofreció precio por el novillo que había de lidiarse en los dos días de fiesta, cobrando la “merecible cifra de 90 pts. por los dos días”, que según él era el precio corriente, indicando que el novillo llegaría dos jornadas antes, con el fin de que se alimentase y descansase del viaje, y así pudiese dar más juego.

Como los novillos no pudieron lidiarse, el esperado ganadero, con fecha de 16 de agosto del mismo año, se disculpaba ante el Alcalde, explicando: “A llegada a ésta, del muchacho que mandé ahí, con objeto de que recogiese el novillo de Santurce, y lo pusiese a disposición de Vd. me he enterado de todo lo ocurrido, teniendo que lamentar lo sucedido y el concepto nada favorable que les había merecido, origen solamente de la poca o ninguna formalidad del Ayuntamiento de Santurce; o de la persona a quien encomendé el pedido. Aunque comprendo que esto no me disculpa con Vd. como había tenido ocasión de ver el pedido que por escrito nos hizo del novillo, la persona encargada para ello por el Ayuntamiento de Santurce, el que sin consideración alguna, ni tener en cuenta el conflicto en que yo me veía con respecto a ese Ayuntamiento, se negó a hacer entrega del él, como era razonable”.

Pese a esta espantada, el Ayuntamiento no lo toma en cuenta, y se le vuelven a contratar los novillos del año siguiente tomando todas las garantías para que no sucediese el mismo error. Sin embargo el resultado debió de ser malo, ya que el ganadero se excusa por carta de 11 de agosto, alegando que los toros del país carecían de la suficiente bravura.

Este resumen de los festejos taurinos durante el siglo XIX lo hemos sacado del trabajo de Ricardo Ruiz Menchaca y Roberto Hernandez Gallejones, que se puede consultar en la Biblioteca digital Portugaluja, La fiesta de los toros en Portugalete.

También se puede completar con otras entradas de este blog, como la que se refiere a la inauguración de la plaza de toros.






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