domingo, 7 de enero de 2018

LAS LECHERAS DEL CALENDARIO MUNICIPAL


 

Tras la publicación del calendario municipal del 2018, en el que incluimos una foto de tres lecheras que ya presentamos en el libro de la Colección El Mareómetro, Portugalete en la fotografía. La sociedad portugaluja del siglo XX, del archivo de Eduardo Benito, de la que desconocíamos nombres y fecha, hemos recibido un correo de Martin Uriarte que ya nos glosó la figura de su abuela Martina que aparecía vareando la lana de los colchones, para decirnos que “no sólo aparece mi abuela Martina, porque ¡oh, casualidad!, también está mi otra abuela, Emilia, es la del centro de la imagen de las tres lecheras en el mes de mayo y, por cierto, las tres son parientes por el lado paterno: mi tía-abuela Clarita, mi abuela Emilia y la hija de la prima Felipa”.

Al igual que le pedimos en el caso de Martina "la colchonera", ahora lo hicimos ante este descubrimiento de las lecheras y nos ha mandado lo siguiente:



La fotografía de mayo en el calendario municipal de 2018, nos presenta la imagen de tres señoras dedicadas al reparto domiciliario de leche. En esos años en que no había centrales lecheras que ofrecieran la recogida de producto en origen, esa era una de las opciones de trato que disponía el ganadero: la venta en el propio caserío ó la venta por entrega en domicilio, que germinaba en el personaje de “el lechero” ó “la lechera”, que muchos recordamos. 
En el caso de quien esto relata, Bautista Negrete e hijos: Juantxu, Paco, Juan Ignacio… fueron nuestros “lecheros”.  
Esa forma de comercio se estiró, a duras penas, casi hasta los años setenta. Ya para entonces, los gobiernos empujaban, por un lado, en el avance de la calidad de las reses, con razas más beneficiosas, y por otro, en las condiciones de pastoreo y de forraje para estabulación y en los requisitos de salubridad en el ordeño y almacenaje de la leche, siempre con la intención de aumentar el peso de carne obtenido en canal ó una producción lechera con mayor garantía de salud.
Pero no habíamos llegado ahí y, en la década de los “años veinte”, se nos ofrecían escenas como la que recoge la presencia de las lecheras en la parte baja de Portugalete, en la calle Salcedo. 
Las “lecheras” que vemos son: Clara Uriarte Aldana (izda) y Josefa Bidea Aldana (dcha), ambas de Ballonti, junto con Emilia Cerro Leura (centro), de Urioste y situamos circunstancialmente la imagen en las fechas indicadas, porque la abuela Emilia ya había cesado en esa labor de reparto, para cuando los abuelos casaron -1929-.
Y hablaremos de ella, nuestra abuela paterna, Emili “la lechera” (Gallarta-1906), tal como era conocida en aquel Portugalete. Si preguntáramos ahora, pocos la recordarán y si lo hacen, es que ya son centenarios. 
Su padre, el abuelo “Carranza”, trabajaba en las minas y, con la edad, pasó a vigilar un lavadero de mineral. La abuela Emilia era la mayor, después estaban Agustín, Gregoria, Julia y Santa. En casa, tenían vacas y la abuela, vendía en Portugalete la leche que daban. 
Muy probablemente, el burro de la foto sea el de casa, que la abuela cargaba y pasaba por Ballonti recogiendo a las compañeras, y sus cacharras en los capachos, de camino a Portugalete. 
No habíamos oído hablar de esa faceta vital de la abuela Emilia previa al matrimonio. Después, cuidar de cuatro hijos, y algunos huertos y pastos, necesita tiempo y da mucha tarea y en la casa del mirador, en la plaza de Urioste, donde la puerta siempre estuvo abierta y hubo caldito caliente ó café con leche para el visitante, los Uriarte, Emilia y Pablo, en la cuadra, tenían leche casera propia, de una vaca, y también algunos otros animales, conejos, aves y hasta una oveja, que procedía siempre del rebaño de un primo del abuelo Pablo, José Quintana Uriarte, de Olazagutía, que cada año traía su gran rebaño ovino a parir en las campas de La Cuesta en Zierbana. 
Aquí, José vendía muy bien los corderos que traía y el abuelo le compraba una oveja cada año. Esa oveja es la que recordamos, y era destinada a consumo familiar.
Este José, era el padre de dos grandes luchadores, Pedro y Juan Quintana Bengoetxea, conocidos como Bengoetxea I y Bengoetxea II. Pedro fue 22 veces campeón de España de lucha libre. Además, en 7 ocasiones fue campeón de Europa y 3 más, campeón mundial, títulos reconocidos por la International Wrestling Association.
Situada a la izquierda en la foto, Clarita (1907), fue cuñada de la abuela Emilia tras su casamiento con Pablo Uriarte que era el hermano mayor. Ella, segunda en orden, fue quien cuidó de los ocho hermanos -Pablo, Luis, Martin, Manolo, Asun, Tomás, Carmen y Valen-, a raíz del pronto fallecimiento de los padres. 
Clara y Atenógenes, su marido, tenían huerto y frutales, subiendo a la derecha, en la antigua Estrada de Zomillo, donde ahora está situada la plaza del Doctor Escorihuela. 
De Josefa, los recuerdos me flaquean. Era prima carnal del abuelo Pablo. Ambas madres eran hermanas y Josefa era hermana de Inacito, un personaje conocido entre los chiquiteros portugalujos por su afición a la guasa y porque solía encabezar la bajada de San Roque, animado por el son de txistus y tamboriles.
Pensad que Emilia “la lechera” y Martina “la colchonera”, integrantes de una generación que bregó duro y fuerte por la familia, a la fecha de esa foto aún no se conocían, fueron consuegras y, unos noventa años después, comparten presencia en un calendario.



Y ante el nuevo año 2018
a todos los del Mareómetro,
un portugalujo de El Ojillo,
os envía un gran abrazo.

Martintxu

No hay comentarios:

Publicar un comentario