Continuamos con el incidente que en noviembre de 1885
protagonizó Víctor Chávarri y que ayer nos descubrió Jose Luis Garaizabal:
Al día siguiente acordaron “que en vista de la gravedad
que revisten las declaraciones del Guarda Sanitario, D. Casto Obejas (sic) y
del Médico encargado de la Inspección Sanitaria del barrio de Aceta, D. Nicasio
de Retuerto y de lo expuesto en la comparecencia del dicho Sr. Retuerto y de su
comprofesor, D. Gregorio Sainz Trápaga, se acordó pasar el tanto de culpa a los
Tribunales de Justicia, comisionando al regidor Síndico para el nombramiento de
Procurador y Abogado, en el momento que sea requerido este Ayuntamiento”.
El 28 de Noviembre se trató en el pleno los gastos
producidos por el derribo de una chabola en Aceta y la fumigación durante dos
días que efectuaron dos miñones en el citado barrio.
Un mes después, el 15 de Diciembre, en el pleno se dio
lectura del despacho que el Sr. Juez de Instrucción ha remitido al municipal de
esta Villa, por si este Ayuntamiento quiere mostrarse parte en la sumaria que
ante el primero se instruye, por consecuencia de la denuncia presentada ante el
Juzgado sobre desacato a la autoridad local por negarse al reconocimiento
facultativo y fumigación de sus ropas, en la época que el cólera morbo estaba
causando bastantes víctimas entre los obreros de la fábrica de “La Vizcaya”, de
la cual el Sr. Chávarri es Director Gerente, puesto a discusión este asunto,
habiendo usado la palabra todos los Señores Concejales concurrentes, se acordó
por unanimidad renunciar al derecho que la Ley concede a este Municipio para
mostrarse parte en esta causa, dejando a los tribunales de justicia en libertad
lo que para la misma proceda.
Firmaron, F. Carranza, Escalante, Dionisio de Castaños,
Timoteo de Otaduy y Ortiz.
No sé como acabaría la cosa, pero me imagino que el poder de
D. Víctor podría con la osadía del Ayuntamiento. Si doy con las actas, seguro
que da para otra jugosa entrada.
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