domingo, 1 de junio de 2014

LOS AYUNTAMIENTOS DE LA DICTADURA Y SUS MEDALLAS


 Ya publiqué en este blog (31 de octubre de 2013) la historia de las medallas de oro que la corporación municipal concedió a Franco y a la Diputación en 1964. Ahora puedo aclarar un poco más por qué no se les entregó.
Enterado el gobernador por “El Correo Español” de esta concesión, informó al director general de Administración Local. Este prohibió la entrega de las medallas hasta recibir su permiso y el de Franco. En junio y en agosto llegaron los permisos correspondientes, pero el Ayuntamiento retrasó la entrega por razones desconocidas.
En 1965 fue nombrado alcalde José Manuel Esparza que retomó el tema en 1974. Personalmente se encargó de encontrar las fechas oportunas para cumplir lo prometido y mandó imprimir un discurso apologético para leerlo y entregárselo a Franco junto con la medalla. Encontró la sastrería más barata para confeccionar 17 trajes estambre de media etiqueta: “El Francés” de Sestao. Al final los confeccionó “Novedades Doneil” por 139.740 pesetas.
Como recordará el usuario de este blog, las medallas no llegaron nunca a su destino y están en el ayuntamiento. ¿Y los trajes? ¿Dónde están los trajes pagados por el municipio? Pedro Michelena, que sucedió a Esparza fallecido en 1975, le dijo a nuestro amigo Iñaki Llamas que los concejales que iban a ir en la comisión se pagaron los trajes de su propio bolsillo, afirmación contradictoria con lo reflejado en el libro municipal de gastos.
En el tema “medallas de oro” a José Manuel Esparza, Alcalde de la Noble Villa de Portugalete, Diputado provincial y Procurador en Cortes, no había quien le ganase. Según decía en un pleno, “hay que saber pedir lo que necesitamos y hay que saber, sobre todo, tener el arte y la cortesía del agradecimiento”. Le impuso el 14 de enero de 1972 la a Leopoldo Boado Eceiza, titular de la Náutica. En junio de 1973 quiso ofrecerle otra al ministro de la Gobernación, pero éste no la aceptó porque había prometido no recibir ninguna distinción mientras durase su cargo. El alcalde la concedió en 1974 a Fernando María de Ybarra, marqués de Arriluce de  Ybarra, subsecretario del Ministerio de Planificación del Desarrollo, nombrándole hijo adoptivo de la Villa y titulando con su nombre la calle que ahora se llama Libertador Bolivar. Costó 100.000 pesetas. Ybarra había sido presidente de la Diputación y director general de Administración Local.
También al alcalde le tocaron condecoraciones: en 1972 la medalla de plata al mérito deportivo otorgada por la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes, en 1973 la Cruz Azul de la Seguridad Social, y tras su fallecimiento, a título póstumo, medalla de Oro de la Villa “habida cuenta de los méritos contraídos durante el periodo de tiempo que permaneció al frente de este Ayuntamiento” (Pleno de 12.2.1975, por unanimidad).
Tasio Munarriz


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