En ese año con
el socialista Txiki Benegas, consejero de Interior del Consejo General Vasco,
recién creado, trató de que el Gobierno de Adolfo Suárez y ETA MILITAR se
sentaran a negociar. Pero el intento fracasó.
También en ese
año la Coordinadora de sacerdotes vascos recibió un mensaje de ETA
proponiéndole hacer de intermediario entre el Gobierno (siendo ministro de la
Gobernación Martín Villa) y esa organización. Se nombró una comisión de dos
sacerdotes (uno era José Goñi) que redactó un proyecto de pacto o acuerdo entre
las dos partes. La comisión pasó a Iparralde para presentarlo a ETA. Un enlace
les puso en contacto con Juan José Etxabe, que aceptó el proyecto con unas
pequeñas correcciones. José Goñi me dijo que lo entregaron también a Portell para
que lo presentase al Gobierno. No se más de esta historia y nadie conserva ese
documento.
Dado su
conocimiento del mundo etarra, el periodista escribió dos libros: “Los hombres
de ETA” (Dopesa, Barcelona, 1974) y “Euskadi, la amnistía arrancada” (Dopesa,
Barcelona, 1977).
El 28 de junio
de 1978, a
las 9,00 de la mañana, cuando bajó para ir a trabajar y se sentó en su coche, que
estaba aparcado enfrente de su casa junto a la piscina municipal, dos
individuos cubiertos con pasamontañas le dispararon tres tiros que lo dejaron
muerto al momento. Mari Carmen oyó los disparos y se asomó al balcón para
comprobar que la víctima había sido su marido. Bajó y ya lo vio inclinado y sin
respuesta.
Los
terroristas huyeron en un coche que les esperaba con una tercera persona hacia
Santurtzi.
Por la tarde
el Partido Comunista de Portugalete, ya legalizado, convocó una manifestación en
General Castaños contra el atentado. Probablemente fue la primera manifestación
en Euskadi contra ETA. (Foto superior).
Al funeral,
celebrado en Baracaldo, asistió mucha gente con representantes del Gobierno,
del Consejo General Vasco y de todos los partidos con representación
parlamentaria. Días después el Partido Nacionalista Vasco organizó otra
manifestación en Bilbao. (Foto inferior)
ETA MILITAR
justificó el crimen “porque existen pruebas suficientes para demostrar el papel
que como agente del Gobierno español jugaba y su misión a cumplir estaba bien
definida: dedicar por entero su prestigiosa carrera, así como sus privilegiados
resortes, a desprestigiar, calumniar y en definitiva a atacar a ETA”. “Portell
daba una imagen infantil y distorsionada de ETA”. El comunicada no daba ninguna
prueba de lo afirmado.
Por su parte,
ETA POLITICO-MILITAR, en vías de dejar las armas y convertirse en el partido
EIA, condenó el atentado, aunque otro
comunicado posterior lo desmentía.
Se desconoce
quiénes fueron los autores del crimen y la investigación es “casi imposible”,
según el historiador portugalujo José Antonio Pérez, porque toda la
documentación fue eliminada el 23 de octubre de 2008 por la Junta de Expurgo de
Expedientes Judiciales de Euskadi. Con Pérez más de veinte historiadores
profesores de Historia de la UPV han denunciado públicamente esta desaparición,
junto con otras decenas que impiden aclarar crímenes de ETA y los GAL. Josefar
F. Calderón en su libro “Aguieros del sistema. 300 casos sin resolver” afirma
que seis meses después del asesinato de Portell el expediente no llegó a la
Audiencia de Bilbao.
El 2 de julio
Juan José Etxabe sufrió un atentado en San Juan de Luz, del que salió con vida,
no así su mujer Agurtzane Arregui. Fue reivindicado por el GAL.
El atentado contra Arregi fue reivindicado por la triple A.
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