jueves, 21 de septiembre de 2017

MEMORIA HISTORICA, ARCHIVO HISTORICO MUNICIPAL Y LA CALLE GENERAL CASTAÑOS




 Ahora que tenemos frente al ayuntamiento, del 21 al 28 de este mes, la Exposición organizada por el Instituto Gogora, con el título Plaza de la Memoria, en la que tendrán lugar además una charla sobre la huella franquista en la Villa y una mesa redonda con tres víctimas, vamos a presentar al ayuntamiento una idea que surgió con ocasión de la última reunión mantenida acerca de la Memoria Histórica de Portugalete el pasado día 14 de septiembre.

En ella en la que intervinimos diversos miembros del equipo asesor ciudadano junto a los representantes de los partidos políticos, el archivero municipal Roberto Hernández Gallejones, manifestó en voz alta y en el apartado de “tormenta de ideas” o “brainstorming”, que no se podría nunca llegar a tener una clara idea de la Memoria Histórica del villazgo, y en consecuencia llegar a conseguir los objetivos de verdad, justicia y reparación, si no se finalizaba con éxito la catalogación de los fondos documentales del Archivo Histórico Municipal correspondientes al segmento cronológico 1938-50, ya que en la actualidad está detenida en 1937, anualidad que se ha acabado entera y ya está disponible para su consulta por parte de los investigadores; el año 1938, se debe colocar en los ficheros y en sus carpetas, 1939, ya está clasificado y organizado para su tratamiento archivístico.

Consideraba que era de especial importancia para el tema que se trataba que se proceda a catalogar el conjunto documental de los denominados antecedentes políticos sociales, especie de partes de investigación de carácter individual, fundamentalmente redactados por los franquistas, consignando las actividades político-ideológicas de toda la ciudadanía portugaluja entre 1937 y 1942, más o menos. Además está también toda la documentación referente al esfuerzo de reconstrucción tras los destrozos bélicos, como la reedificación del Hotel, de la Plaza de Abastos, y de muchas viviendas afectadas por los bombardeos. Aparecen igualmente otros papeles relativos a este asunto, cuya enumeración pormenorizada resultaría muy prolija.

Nosotros que esperamos para poder publicar el último libro de la Colección el mareómetro, Portugalete años treinta, a que se acabara de catalogar esa década, apoyamos la propuesta de nuestro compañero considerando imprescindible que la Corporación se implique aún más si cabe en la contratación de personal de Lanbide en número suficiente y en su capacitación profesional, o se acuda al trabajo de becarios, por ejemplo por parte de la Fundación Troconiz, u otras instancias, y de los contratos en prácticas, para rematar con éxito los años ya mencionado, redundando todo ello en beneficio de la comunidad investigadora, y de la ciudadanía en su conjunto.



Y aprovechamos esta entrada para ofrecer un acta municipal de 1861 en la que nos enteramos que fue una Real Orden de 1860 la que indicaba que los nombres de las nuevas calles debía recordar a los hijos de la Villa que más se hubieran distinguido, y como se había empezado a hacer una nueva calle partiendo de la Plaza del Cristo en dirección a Santurce, la Corporación decidió que de llamara del General Castaños.

Según el texto, “el Exmo. Señor General Castaños, Duque de Baylen, procede de esta villa y que su solo nombre recuerda una de las figuras históricas más sobresalientes de la época de nuestra independencia, habiendo alcanzado por sus brillantes servicios y virtudes cívicas, a los primeros puestos de la nación española”.

También nos salta a la vista que el alcalde era Juan de Uzquiano, cuyo hijo, que luego emigraría a las Américas, fue Gregorio Uzquiano el indiano benefactor al que le dieron como reconocimiento el nombre de la vieja calle de El Ojillo. 




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