martes, 4 de febrero de 2014

EL RELOJ DE LA TORRE DE LA IGLESIA DE SANTA MARIA


 Ese reloj tuvo mucha importancia para la vida económica, doméstica y religiosa de la villa durante siglos, cuando no había relojes de bolsillo ni de muñeca y solo algunos de péndulo. Los vecinos del casco histórico que no veían su única esfera se guiaban por el sonido de sus campanas.
Para empezar planteo al usuario de este blog tres incógnitas: ¿Quién es el propietario de este reloj? ¿Cuántas esferas ha tenido y tiene ahora? ¿El sonido de los cuartos, medias y hora es natural o se amplía con altavoces?
Desde que se construyó la primitiva iglesia de Santa María con su torre ya existía en ésta un reloj para informar de las horas al vecindario y a los marineros que usaban el puerto y la ría. En el archivo histórico municipal hay documentos que se refieren a ello en 1.506, 1.507, 1.508, 1.566 y 1.649.
Construida la nueva iglesia a finales del s. XVI, se remató la torre actual en 1.741. En ésta se instaló un nuevo reloj con un funcionamiento mecánico. La propiedad de este reloj siempre ha sido municipal y su mantenimiento ha corrido a cargo del ayuntamiento, de tal manera que en 1938 pagó a Lucio Delgado (Relojería Delgado, en la calle Salcedo) 300 pesetas al año para darle cuerda y ponerlo en la hora exacta una vez a la semana.
¿Cómo le daba cuerda? Con una manivela y un juego de poleas subía unas pesas de cerca de una tonelada a través del tronco cuadrado de la torre. Al descender las pesas, funcionaba la máquina que movía el péndulo, hacía girar las agujas de la esfera exterior y tiraba de un cable en cuyo extremo un martillo golpeaba las campanas para tocar los cuartos, las medias y las horas. En el museo parroquial se conserva esa maquinaria. Era lo más parecido a los relojes de péndulo que sobreviven en algunas casas, pero a lo grande.
El asedio y ocupación de la villa liberal por el ejército carlista en 1873-1874 desmochó la torre y destrozó el reloj y las campanas. En 1890 el ayuntamiento decidió instalar un nuevo reloj, esta vez con dos esferas luminosas, aunque todavía no había llegado la corriente eléctrica a la villa. Las dos esferas estarían situadas en las fachadas Norte y Oeste. Al final no se realizó el proyecto.
En 1937 de nuevo el pobre reloj quedó deshecho por los tiros que lanzó contra la torre la batería italiana apostada en La Boronita (Lamiako). En el campanario de la torre un batallón del ejército de Euskadi había instalado una ametralladora. .
En 1960 el ayuntamiento decidió reparar el reloj e instalar una esfera nueva de 2 m. de diámetro por el importe de 17.000 pesetas. Con el tiempo volvió a estropearse y pasaron muchos años sin arreglo.
Por fin, en los años 1991-92 la Sociedad Urbanística de Rehabilitación de Portugalete (SURPOSA) restauró la torre y sustituyó el reloj mecánico por otro electrónico con dos esferas luminosas cubiertas por cristales que dan al N. (a la ría) y al OE (a la puerta principal). Pero surgió un problema: al fundirse las lámparas, era muy complicado descolgarse desde el campanario para sustituirlas. Por eso, se decidió en 2006 eliminar la luz y los cristales. Las esferas y las agujas son de metacrilato y soportan al descubierto la climatología. Juan de Pagoeta tuvo la suerte de que le sacaran la fotografía de la torre con las dos esferas iluminadas para ilustrar la portada de su libro “Portugalete y su basílica de Santa María” antes del último arreglo.
El sonido del reloj es el natural. Está programado para que por medio de unos cables dos martillos golpeen sendas campanas pequeñas que están en la fachada N para marcar los cuartos y las medias y otro golpee la campana que está al OE para marcar las horas.
¡Cuántos portugalujos habrán llegado a tiempo al tren, al trabajo o a la cita gracias al reloj municipal … cuando ha funcionado!

Tasio Munarriz

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