miércoles, 11 de marzo de 2020

LAS OBRAS EN LA BASÍLICA HACE SIGLO Y MEDIO



La foto coloreada por Andoni Maseda del siglo XIX con la torre de la iglesia desmochada nos sirve para esta entrada que quiere
recordar que faltan 28 meses para que la Villa cumpla sus siete siglos de existencia.
En el próximo libro de la colección El Mareómetro, dedicado al siglo XIX,  tanto Roberto Hernández Gallejones como José Luis Garaizabal nos dan noticias al respecto.
La torre de la iglesia sufrió serios desperfectos en la linterna y cúpula de la misma como consecuencia de una gran tormenta que tuvo lugar el 11 de noviembre de 1872 como se aprecia en la foto superior.
Con posterioridad para estudiar el alcance de los daños se montó un andamio desde el campanario con el que el arquitecto municipal Severino Achucarro pudo redactar las condiciones facultativas para su restauración. Pero llegó la guerra carlista y los cañonazos que sufrió la Villa del 5 y 16 de Enero de 1874, no hicieron más que aprovechar los daños del rayo, que no habían sido reparados y allí quedaron parte de los andamios colgando y el resto, junto a la linterna y parte de la media naranja, cayó sobre el tejado, afectando seriamente al coro, que quizás fuera de madera.
La restauración de la torre se hizo entre 1886 y 1888, como vemos en la foto inferior, y fue financiada por el indiano Manuel Calvo. Tras ella se ejecutó también un coro alto en la nave central que sobrecargaba sobremanera los últimos pilares de la nave, que enseguida empezaron a mostrar riesgo de derrumbe.
Con la necesidad de  reforzar el espesor de los pilares que solo estaban calculados para soportar la cubierta del templo, se aprovechó para completar los coros laterales y dignificar el frontis del coro central.
Si en la obra anterior se contó con la colaboración de Manuel Calvo, ahora fue Sotera de la Mier quien tomó las riendas de esta reconstrucción del coro y presentó al Ayuntamiento un proyecto de Julio Saracibar fechado en Madrid el 20 de Mayo de 1894, junto a la solicitud para ejecutar por su cuenta la parte principal de las obras.
No sabemos si el Ayuntamiento y el Obispado de Vitoria colaborarían económicamente en la restauración pero el escudo nobiliario del obispo Fernández dePiérola y el de la Villa figuran en lo alto de las dos reforzadas columnas.
Aurelio Gutiérrez en su blog  LA VIDA PASA nos ha ofrecido recientemente los planos de esta última restauración.






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