Este nuevo dibujo de Mikel Torka, nos ofrece su recreación
de la Villa en sus primeros siglos. Al margen de la fecha que data estos
dibujos, aquí nos recoge la iglesia parroquial dedicada a Santa María, al
principio una pequeña ermita, que se comenzó a levantar en los últimos años del
siglo XV construyendo alrededor de la primitiva que quedaba dentro de la nueva.
Frente a ella, en el campo de la
Iglesia, la encina en torno a la cual se reunía el Concejo abierto, en el que
junto al alcalde, fieles y regidores, participaban todos los vecinos. No
existía todavía Casa Consistorial y para las reuniones del Concejo propiamente
dicho utilizaban la casa del alcalde.
Junto a la torre de Salazar nos
dibuja el camino por el que bordeando las murallas y pasando frente a la
entrada de la citada torre, llegaban los carros con la vena mineral de los
montes de Triano. Nosotros pensamos que este camino que iba inicialmente por la actual carretera, bajaría al campo
de la iglesia por la parte del abside y girando para tomar el camino que
actualmente ocupan las escaleras que bajan al Muelle Viejo ya que por pendiente
es el camino más racional y justificaría el nombre de Ribera de las venas. En el siglo XIX hay
documentado un apartadero de mineral junto a la bajada del Cuervo, por el que
bajaban los carros de bueyes.
Como nos señalaba José Luis Garaizabal por este “camino del carro” llegaba la vena al
puerto para ser cargado y concretamente a esta parte del muelle viejo que
llamaban “la Rivera de las Venas”.
Las verdaderas montañas de mineral que se amontonaban en el muelle impedían el acceso
a los barcos atracados y a los astilleros existentes también en esa zona.
En el detalle de la lámina de F. Hierro (bajo estas líneas), que
recoge el final del camino junto al muelle con un carro tirado de bueyes, los
montones de vena aparecen bien organizados.
El ayuntamiento para solucionar
el problema decidió que los carros descargaran la vena al otro lado de la plaza
del Solar, en los arenales de la ribera de la Sardina, bajo multa de 1000 maravedís para quien la
depositase en el puerto.
Así que en el momento de cargar
un barco había que trasladar la vena atravesando la Plaza. Fue en 1561 cuando
decidieron hacer las obras necesarias para que los carros cargasen en la ribera
de arena (frente a la calle Coscojales) y pasaran “por debaxo del Solar de la dicha villa” al
puerto. Desconocemos por donde discurría este trayecto.
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