viernes, 10 de abril de 2020

EL CRIMEN DE LA CHICA DE PORTUGALETE EN 1954, EN EL CASO.


Durante este periodo de confinamiento es habitual que removamos viejos cajones o carpetas con recuerdos olvidados. Josu Basagoiti desempolvando “cositas” guardadas ha encontrado el ejemplar de EL CASO de octubre de 1954 con el titular LA CHICA DE PORTUGALETE.
En las páginas tercera y siguientes anuncia un extenso reportaje, cuyo resumen en portada es el siguiente:
EXTRAÑA MUERTE DE UNA CRIADA. En la ría de Portugalete apareció el cadáver de una muchacha de servicio, de 17 años llamada Inés Pérez López. El cuerpo de la infeliz estaba totalmente desprovisto de ropas y las circunstancias que rodean el hecho son lo suficientemente extrañas para que se haya abierto un sumario. La analogía de algunos detalles de este suceso con la muerte de (ilegible) hará pensar en la posibilidad de un homicidio, o al menos, de criminal negligencia. En el grabado, a la derecha, la última foto de la desdichada Inés el pasado verano en la misma playa donde encontró la muerte.
En una entrada de este blog dedicada a MATÍAS PÉREZ, el portugalujo de Guyma, fotógrafo de EL CASO, que realizó el reportaje del suceso, recordábamos como este semanario especializado en noticias de sucesos, que se caracterizó por relatar en sus páginas los crímenes y episodios trágicos más desagradables y escandalosos de la sociedad española de posguerra apareció por primera vez en 1952, al precio de 2 ptas, con una difusión de poco más de 10.000 ejemplares para progresivamente ir aumentando de manera continua su tirada hasta llegar a más de 100.000 ejemplares. También conocido como el diario de las porteras, los sucesos de la década de 1950 como el Caso de la mano cortada o el Crimen de Jarabo hicieron aumentar la difusión hasta casi medio millón de ejemplares.
La información que ofreció ABC del 15 de octubre de 1954 decía: En la playa de Portugalete ha aparecido, flotando sobre las aguas, el cadáver de Inés Pérez López, de 17 años, que prestaba sus servicios como doméstica en una casa de la calle Víctor Chávarri, núm 2, en Portugalete. El cadáver, al que esta tarde le será practicada la autopsia, presenta una pequeña mancha en un pómulo y otra en un brazo, y por la forma en que se hallaba en el agua, da motivo para que la Policía se movilice a fin de esclarecer el hecho.
La expectación que levantó en Portugalete el suceso fue enorme y como decía Alfre Palacios, constituyó uno de los tres grandes misterios de la Villa, junto con el de Jáuregui y el de Allende.

Tras publicar esta entrada se nos recomienda que consultemos las hemerotecas de la prensa local de la época y estos recortes son los que encontramos:






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