Finalizamos hoy el tercer artículo que nos envió Tasio Munárriz antes de su ingreso
hospitalario. Deseamos de corazón su pronta recuperación, junto con sus muchos
amigos que se preocupan por él, y esperamos que pronto podamos seguir contando
con sus colaboraciones.
Dice así:
El protocolo
de incautación de bienes era el siguiente:
1.-Ante la
sospecha o delación contra una persona presunta responsable de actividades
antipatrióticas, la Comisión provincial (Ibáñez de Bilbao 22) o de zona (Avda.
de Neguri 5) nombraba un instructor que podía ser un oficial del Ejército o el
comandante de la Guardia civil de la Villa o el juez municipal.
2.- El
instructor pedía al Ayuntamiento la relación de bienes de los que era
propietario el encausado. En muchos casos el Ayuntamiento respondía con una
fórmula tópica que “no tiene bienes
amilariados a su nombre en este municipio, ni ejerce industria lucrativa, por
cuya razón no satisface contribución ninguna en las arcas municipales”. La
mayoría de la población vivía de alquiler y era salariada. El instructor
convocaba al expedientado para que alegara personalmente o por escrito en el
término de ocho días los hechos y pruebas de descargo que estimase procedentes.
No había presunción de inocencia sino que el acusado tenía que defenderse.
3.- La
Comisión provincial decretaba el embargo o no de los bienes. En Portugalete
fueron embargados 132 vecinos.
4.- Si el
expedientado había sido condenado por la Jurisdicción militar, se eliminaba
todo este protocolo y se le embargaban los bienes sin más.
A los que no
tenían bienes inmuebles se les incautaba los enseres domésticos como en el caso
del exalcalde Cándido Busteros.
La Junta
local colaboradora de la Comisión Provincial de Incautación de Bienes de
Vizcaya, con sede en la “Casa de España”, se dedicó a inventariar, recoger
todos los muebles, enseres y objetos de los domicilios y establecimientos
abandonados por los evacuados y trasladarlos al almacén de Santo Tomás
(probablemente las casas anexas a la capilla de los PP. agustinos Santo Tomás
de Villanueva) y al Instituto (actual Colegio Santa María). Cada objeto tenía
una etiqueta con el nombre del propietario. En el almacén de Santo Tomás había
50 lotes y en el Instituto 35. Muchos de estos objetos luego se trasladaron en
depósito a los hospitales militares del Hospital-Asilo y de San Juan de Dios, a
Intendencia militar, a Auxilio Social, al colegio del Carmen y a casas
particulares de personas adictas al Régimen o de familiares de los ausentes.
Los evacuados
que no volvieron se quedaron sin nada. A algunos de los que volvieron y
reclamaron lo suyo les devolvieron sus objetos y a otros no, dependiendo de sus
antecedentes. Las personas que retiraron parte de sus objetos en los almacenes
de recuperación fueron 66. Retiraron lo que quedaba porque el jefe de la
Comisión de Recuperación Civil pidió al alcalde más vigilancia ya que los
rateros habían robado en el almacén del Instituto.
Tasio un fuerte abrazo y una pronta recuperacion.
ResponderEliminarAurelio.
Gracias de parte de Tasio. Pronto nos veremos.
EliminarAprovecho la ocasion para agradecer a todos los colaboradores del mareometro sus aportaciones. Para los que estamos enfermos es un buen medio de entretenimienti y de comunicacion. Un saludo de Tasio
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar