Esta manifestación se realizó fuera de la Villa, pero
bastantes portugalujos se concentraron la semana anterior para animarse a
participar en ella y se distribuyeron el tipo de pegatinas, que algunos
recordarán.
El tema estaba caldeado porque los obreros de las
contratas de la Central se reunieron unos días antes en la Basílica de Santa María para tratar
de sus problemas laborales. Había tanta gente que algunos tuvieron que subir al
coro. La Guardia Civil rodeó el edificio y el cura Román Landera llamó al
Gobernador para que los agentes no entrasen ni disparasen contra los
trabajadores, como había sucedido en Vitoria-Gasteiz cinco meses antes. El
Gobernador mandó a sus fuerzas alejarse de la Basílica.
Aunque el Gobernador permitió la marcha desde Plentzia
hasta Gorliz para reivindicar el cese de la construcción de esta central,
exigió que durase solo una hora, que no continuase hasta Lemoiz y que no se
exhibieran otras pancartas o símbolos. La mayoría de la gente, unas 50.000
personas, le hizo caso y se concentraron en la campa de Artaza el 29 de agosto
de 1976 y celebraron el acto con el comunicado correspondiente. Sin embargo,
hubo dos grupos que portaban sendas ikurriñas, todavía prohibidas, y bastantes
llegaron hasta Lemoiz dando la vuelta en coches, entre ellos el autor de este
artículo.
Tasio Munarriz
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