Ahora que el Hotel ha emprendido una nueva etapa con gran
pujanza, vamos a pasar revista a su siglo y medio de existencia, utilizando las
fotos que nos facilita Andoni Maseda.
Todo empezó cuando en enero de 1869 se puso en marcha la primera
piedra del ensanche con el proyecto de construir cinco manzanas de casas.
El indiano Manuel Calvo desde La Habana fue el primero que se
interesó, asegurándose la primera parcela con objeto de levantar para residencia suya una
gran mansión que fuera también Fonda u Hotel.
El arquitecto debió ser Francisco de Orueta, al igual que las tres
manzanas restantes, y la empezaría a construir en 1870, de manera que al
finalizar el año, el 29 de diciembre, José Mª de Ibarra, apoderado de Calvo “vecino
de la Villa de Madrid” solicita permiso al Ayuntamiento para “formar una
escalinata que de acceso la entrada del primer piso por la parte del E.
colindante con la plaza de la Villa” del edificio que estaba construyendo. Este remate del proyecto recibiría el visto bueno del pleno
municipal al mes siguiente, el 28 de enero.
En 1873 con la guerra carlista los veraneantes hospedados en
el Hotel huyen, el edificio es artillado con un cañón en la esquina sur trasera
y el 21 de enero de 1874 es uno de los lugares en que los sitiados levantan la
bandera blanca de rendición. En agosto es expropiado por el ejército liberal.
Recuperado, en 1880 Manuel Calvo lo alquila nuevamente como Fonda.
En 1898 vuelve el indiano de Cuba y tras realizar reformas
de modernización lo reinaugura
solemnemente el 1 de junio de 1902.
En 1904 fallece y por su testamento pasa a ser
propiedad del pueblo con el nombre de “Casa de los pobres”.
En 1936 con la guerra civil se convierte en Sede de la
Delegación del Gobierno Vasco, utilizándose también como refugio antiaéreo y acabando
destruido por los bombardeos de 1937.
Reconstruido con prisioneros de guerra se inaugura en 1940, funcionando
como Hotel hasta 1971.
Tras la muerte del último gerente del Hotel, Antonio Saloña,
funciona solamente como bar hasta 1991.
El 29 de julio 1993 se produce un incendio con su posterior derribo.
En 2002 se produce la inauguración
del nuevo HOTEL PUENTE COLGANTE, y en la actualidad, tras una moderna
remodelación que recuerda su historia, el Hotel se reafirma como heredero de la
historia y la cultura de Portugalete, manteniendo la tradición jarrillera de
ejercer la hospitalidad y el compromiso con la vida social de la Villa,
celebrando y compartiendo los momentos más especiales de sus gentes.
Así próximamente la gente del mareómetro nos reunimos en
los ENCUENTROS PORTUGALUJOS DEL HOTEL, cuya fecha será el miércoles 27 de esta última semana de noviembre.
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