viernes, 19 de mayo de 2023

LA DESAPARECIDA CASA Nº 16 DEL OJILLO



Para los Amigos del Ojillo, que ya peinan canas, la casa nº 16 era la última de los números pares de dicha calle. Desapareció hacia 1969 para posteriormente construir el bloque actual.  Hoy entresacamos los recuerdos sobre ella de Juan Fermín López Markaida: 

Con este portal nº 16 se acababan los edificios del Ojillo por la acera de la derecha. El nº 14 lo ocupaba el convento de las Siervas de María, que en el detalle del plano municipal de 1950 lo señala como Colegio, separado por un callejón metido que daba acceso al huerto de Gorostiza con un muro, a la izquierda de la entrada al convento. Cuando este propietario se deshizo de la huerta, que el citado plano recoge perfectamente, ese tramo anejo lo adecentó, le cementó, lo cubrió y preparó un garaje donde metía un Seat 600 blanco.

Al otro lado de la casa y a continuación, haciendo esquina, nos encontrábamos con la pared o albarrada de la huerta de Goros por la que nos encantaba trepar, encaramarnos y meternos por aquel lateral discreto de miradas, dejándonos perder por dentro con investigaciones y descubrimientos que nuestras mentes de niños elevaban a la enésima potencia pues en realidad no encontrábamos nada digno de mención, nada relevante.

Este portal nº 16 presentaba la peculiaridad en la calle de carecer de lonjas de negocio que en su lugar eran bajos que estaban habitados. Disponía de un amplio patio delantero, ancho relativamente y todo a lo largo que abarcaba el solar de la casa. El portal, en medio, daba acceso a los dos bajos y a los tres pisos altos.

En el bajo izquierda, vivía Martina la colchonera que deshacía colchones de lana, pues ésta se había apelmazado, encima de una manta en el suelo. Echaba la lana después de haber descosido la funda y por medio de unas varas largas de avellano de unos 2,2 m. de largo y un grueso de 2 cms. varearla continuamente, dejándola suelta, deshaciendo las bolas que se habían formado, dando vueltas ella alrededor de la manta para abarcar mejor la superficie del vareo.

Una vez ahuecada la lana la introducía de nuevo en la funda, cosía ese lateral corto de la descosedura y ya estaba el colchón de lana de oveja.

La costumbre de los críos de chutar el balón contra el muro de la clínica del Dr. Savín enfrente de la calle, cayendo muchas veces en su patio y llegando a romperle alguna vez los cristales, conseguiría sacarla de quicio.

Enfrente en el bajo de la derecha, vivía una seria y resignada mujer que creemos que se ganaba la vida fregando las escaleras de las casas.

En los pisos superiores vivían Maximiliano Galiana, enterrador en el cementerio de Pando y bombero, así como Martintxu, colaborador de este blog, nieto por línea materna de Martina, las familias Gorostiza (dueños de la huerta colindante), Landaburu, Pastor (con sus hijos Iñaki y Juanjo) y las hermanas Carcedo.

 



4 comentarios:

  1. En la buhardilla vivían una sobrina de mi abuela y su marido. Ella se llamaba Agustina y el Andrés. No tenían hijos.

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  2. Debe haber un error en el texto, cuando al principio se dice que el actual bloque se construyó en 1969. Quizá se quiso decir que el antiguo nº 16 se derribó en 1969. Porque yo nací en 1973 y conocí el solar vacío, donde sólo brotaba exuberante vegetación y estaba rodeado por una tapia de hormigón que escalábamos los chavales para adentrarnos en tan misterioso lugar. El actual edificio, esquina con la calle Áraba, creo que data de hacia 1989 o 1990 (es una fecha aproximada, alguno con mejor memoria sabrá corregirme).

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