jueves, 20 de agosto de 2020

EL ENCUENTRO DEL SALTILLO CON D. JUAN DE BORBON Y EL AZOR DE FRANCO

 

Una cita histórica tuvo lugar en este velero, actualmente fondeado frente a la Punta, tal día como hoy 25 de agosto de 1948.

Era miércoles y sobre las 12 del mediodía, el “Saltillo”, llevando a bordo a D. Juan de Borbón, se encuentra previa cita, con el yate «Azor» del General Franco, en un encuentro que tiene lugar a 5 millas al Norte de San Sebastián.

Fue una entrevista que se hizo en el “Azor”, duró cerca de tres horas, y en la que solamente participaron Francisco Franco y el heredero de la Corona Española D. Juan de Borbón, acordando que el entonces Príncipe Juan Carlos de Borbón, de apenas 9 años de edad, pasase a estudiar y a residir en España, en vez de Portugal o en Inglaterra. La noticia se difundió así de escueta muy posteriormente, a finales de noviembre de 1948.

Esta entrevista se hizo a petición de Franco, quien llevó toda la operación muy secretamente a través de una personalidad monárquica, muy allegada a la casa del General, como era D. Julio Dánvila. Previamente al 15 de agosto, la señora de Galíndez (Mercedes Maíz y Velarde) había comunicado a D. Juan, que J. Dánvila había arreglado la entrevista, por lo que debería dirigirse desde Estoril hasta aguas de La Coruña donde recibiría, en pocos días un “aviso del mayor interés”. El 20 de agosto, Pedro Martínez de Irujo (Duque de Sotomayor) le comunica a D. Juan que la entrevista estaba preparada en el “Azor”, debiendo dirigirse a Arcachon (Francia) con el “Saltillo”, donde le esperarían a él junto con Julio Dánvila y Ramón Padilla, éste último en calidad de secretario diplomático de D. Juan. Y finalmente el día 21 en Arcachon les confirman que la cita será el miércoles día 25 a las doce del mediodía, y a cinco millas al norte del Monte Igueldo de San Sebastián.

Recordemos que un capitán y cuatro marineros vascos, era la tripulación oficial del “Saltillo”, cuyos gastos de dotación estaban totalmente sufragados por cuenta del portugalujo Peru Galíndez y Vallejo, tal como se había cedido el barco a D. Juan, y siempre mientras durase el tiempo que este disfrutase del mismo. El período real fue desde 1946 hasta 1963, año en que estrenó un nuevo barco llamado “Giralda".

El miércoles día 25, saliendo de Arcachon se acercó a ellos, como escolta de honor el dragaminas “Tambre”, que era la eterna sombra que escoltaba al “Azor” siempre que Franco navegaba con este barco. Debido a una fuerte marejada, Sotomayor se mareó, si bien llegó bien hasta las 5 millas, donde el “Azor” arrió un bote de fondeo para recoger a sus acompañantes: solamente a D. Juan y al Sr. Sotomayor. Los demás acompañantes del barco, es decir Padilla, Dánvila, y el hermano de D. Juan (D. Jaime de Borbón), permanecieron en el “Saltillo”, sin subir a bordo del “Azor”.

Allí les esperaba para su recibirles Franco y el General Martínez Alonso, a los que se unió el Capitán Comandante del Azor (Sr. Nieto), para protocolizar el saludo oficial de bienvenidos a bordo. Raul Villa Caro dice en un artículo de agosto de 2014 del Museo Naval Exponav: “Ambas personalidades se entrevistan durante largo tiempo, tratando diversos temas decisivos para nuestro país, y en especial, el concerniente a la educación del que algún día sería el futuro Rey de España. Don Juan nunca reinaría y para que pudiera hacerlo su hijo, el entonces Infante Juan Carlos, y al amparo de la ley franquista de sucesión, debía trasladarse a España para ser educado allí. Franco y Don Juan acuerdan que esto sea así, pero todo lo relativo a su formación y tutores será decidido por Don Juan”. 

Y relata el Conde de Zubiría en una publicación al respecto, que: “Llegado al Saltillo, Don Juan saludó, se puso al timón y dio las órdenes oportunas a la tripulación, mientras Franco, sentado en una silla, aguantaba como podía, los bandazos del Azor, sacudido por la marejada. En tres minutos y medio estaban izadas todas las velas del Saltillo que se alejó a toda marcha. En el palo del Azor apareció la señal internacional de “Buen Viaje”, contestada, en el acto, por la de “Muchas gracias” desde el barco del Rey. Minutos después, ambos interlocutores se habían perdido de vista. Don Juan se volvió a la tripulación del Saltillo y les felicitó: “Buena maniobra”.


Javier García-Borreguero

 

 

 

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