Si su murallón sirvió en algún momento a los vecinos para sentirse protegidos ante las invasiones por mar, en general fue siempre una agradable atalaya desde donde contemplar la entrada de la Ría y su temible barra. Con la construcción del Puente Colgante y la llegada del turismo en el siglo XIX se convirtió en una visita obligada para los que llegaban a la Noble Villa, y no hace falta mas que fijarse en la cantidad de postales que en el siglo pasado se tomaron desde dicho punto.
Las dos fotografía superiores que recogemos abriendo esta entrada corresponden a dos de dichas postales, una en dirección al Puente y la otra hacia Bilbao. Las dos inferiores son más recientes. A la izquierda la sacada hace medio siglo por José Luis Martínez, (corresponde al archivo de la familia Martínez Bilbao) y la de la derecha en la actualidad sacada por José Luis Garaizabal.
Aunque una imagen vale mas que mil palabras seguimos escribiendo.
Nos contaba Alfredo Cobos, como Nisio del Campo que vivía en la casa donde está la Cofradía de Mareantes, subía diariamente hasta aquí a través de una puerta que unía el "jardin-huerta" de Castet con los caminillos que comunican el campo de la iglesia y el dique, para otear "la esquina" (la Galea) y ver como estaba la mar antes de salir al palangre. En los últimos años de la dictadura la destrucción del patrimonio urbanístico portugalujo se aceleró, desapareciendo verdaderos referentes de nuestra historia como serían el palacio de Chavarri, la capilla de Santo Tomás en el Muelle Nuevo, la Casa de Chapa, … sustituyéndoles por monstruos de cemento y en este caso incluiríamos también la edificación en 1978 de la actual Biblioteca Municipal, adosada al murallón del Campo de la Iglesia. Seguramente que la construcción de este autentico despropósito cegaría el pasadizo que unía la torre con el muelle Viejo (su entrada todavía existe, aunque cegada por los desprendimientos de piedras interiores, tras el edificio del Siglo XX) de los que dimos ya noticias y que el ayuntamiento va a poner en marcha su verificación empezando el mes que viene con la petición de ofertas para la realización de los iniciales trabajos de geolocalización.
Hay cosas que no tienen remedio, pero ante la foto anterior que no deja de ser una “bofetada visual” en el paisaje del Campo de la Iglesia nos preguntamos si nos hay arquitectos actualmente con la sensibilidad suficiente para buscar una solución a esa antiestética caseta de salida de emergencia del edificio.
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ResponderEliminarComenta Tasio. El mirador o "pertil", como lo llamaban muchos portugalujos, ha tenido muchas utilidades: Según el archivo municipal, la autoridad portuaria controlaba desde ahí la limpieza de la Ría de forma que el barco que tiraba basura al agua era sancionado; según Angel Alday servía como parapeto en la guerra para el batallón "Saseta" a fin de defenderse y tirotear a la batería italiana que atacaba desde "La Boronita" encima de Lamiaco, etc. El templo se construyó sobre la roca en cuesta y el Campo de la Iglesia es un relleno de piedras y tierra soportado por el muro rematado por el pretil. Los caminos que bajan hasta el Muelle Viejo son los desagües superficiales del agua de la lluvia.
ResponderEliminarAúpa Tasio. Más que pertil, la forma castiza portugaluja de llamar al pretil es PETRIL. Lo mismo sucede con rampa y RAMPLA. Un abrazo.
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