Leemos en la prensa que el Puente
de Portugalete, se convertirá en un atractivo trampolín a partir del domingo
día 28, con su nueva oferta de “goming”. Parece ser que es un deporte similar
al “puenting” pero realizando el salto en vertical.
Aunque ya lo presentamos hace casi
exactamente un año en este blog, hoy recurrimos al borrador del próximo libro
de la Colección El mareómetro, sobre las dos primeras décadas de Portugalete en
el siglo pasado, para recordar que ya hace un siglo el lanzarse desde lo alto
del puente era un espectáculo festivo:
Aprovechando la época festiva con
gran afluencia de veraneantes fueron varios los personajes que pasaron por la
Villa ofreciendo sus correspondientes espectáculos.
Así, según nos lo recuerda una
postal editada en 1912 por Antonio Tebar, que se ofreció al Ayuntamiento,
comprometiéndose a “descender desde el Puente Vizcaya a la ría, colgado
de un cable que irá colocado de forma oblicua desde dicho puente a una boya
situada en la ría”.
Su actuación los días 21 y 25 de
julio tuvo tanto éxito que se repitió en el mes siguiente. El ferrocarril de
Bilbao-Portugalete tuvo que reforzar su servicio ante la afluencia de gente que
venía a presenciar el espectáculo.
El Liberal con el dibujo que
recogemos escribió lo siguiente:“…Eran pocos más de las cinco de la tarde.
Estaba en traje de baño, se situó entre dos banderas en el centro del
transbordador y saludó al público. A continuación, comprobó el artilugio que
había dispuesto para realizar el espectáculo, se trataba de un pequeño carrete
unido a un alambre con forma plana, muy inclinado, que llevaba una
anilla de caucho, a la cual se sujetó con los dientes, este alambre iba desde
el puente a una boya colocada en la ría. Sujetó el alambre del carrete entre
los dientes, salvó su cuerpo sobre la barandilla del puente, y poniendo los
brazos en cruz se dejó deslizar por el cable. La primera parte del cable la
recorrió vertiginosamente, soltó el asidero de los dientes al llegar a ocho
metros del agua, zambulléndose en la ría. El experimento duro tan solo diez
segundos. Los de la lancha le recogieron envolviéndole en una manta. Desde
donde le trasladaron al Hotel de Portugalete, a una habitación en la que le
esperaba la comisión de festejos…”
Al año siguiente se volvió a
repetir el festejo, según un acuerdo firmado entre el alcalde interino Joaquin
Inza con las Hermanas Navarrete, que igualmente se comprometían a descender por
un cable que irá colocado en forma oblicua hasta “una gabarra aboyada en la
ría”. Su actuación tendría lugar los días 14 y 21 de setiembre de 1913.
Los espectáculos eran realmente espectáculos para las gentes de aquella época. Gente valiente que se jugaban la vida. En vivo y en directo. Hoy me acercaré hasta el Hotel, tengo mucho interés en la conferencia. Espero recibir nuevas opiniones sobre la reconstrucción del Puente Colgante, el más elegante....Buen artículo
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