sábado, 29 de marzo de 2025

LOS SALTOS DESDE EL PUENTE COLGANTE




Leemos en la prensa que el Puente de Portugalete, se convertirá en un atractivo trampolín a partir del domingo día 28, con su nueva oferta de “goming”. Parece ser que es un deporte similar al “puenting” pero realizando el salto en vertical.

Aunque ya lo presentamos hace casi exactamente un año en este blog, hoy recurrimos al borrador del próximo libro de la Colección El mareómetro, sobre las dos primeras décadas de Portugalete en el siglo pasado, para recordar que ya hace un siglo el lanzarse desde lo alto del puente era un espectáculo festivo:

Aprovechando la época festiva con gran afluencia de veraneantes fueron varios los personajes que pasaron por la Villa ofreciendo sus correspondientes espectáculos.

Así, según nos lo recuerda una postal editada en 1912 por Antonio Tebar, que se ofreció al Ayuntamiento, comprometiéndose a “descender desde el Puente Vizcaya a la ría, colgado de un cable que irá colocado de forma oblicua desde dicho puente a una boya situada en la ría”.

Su actuación los días 21 y 25 de julio tuvo tanto éxito que se repitió en el mes siguiente. El ferrocarril de Bilbao-Portugalete tuvo que reforzar su servicio ante la afluencia de gente que venía a presenciar el espectáculo.

El Liberal con el dibujo que recogemos escribió lo siguiente:“…Eran pocos más de las cinco de la tarde. Estaba en traje de baño, se situó entre dos banderas en el centro del transbordador y saludó al público. A continuación, comprobó el artilugio que había dispuesto para realizar el espectáculo, se trataba de un pequeño carrete unido a un alambre con forma plana, muy inclinado, que llevaba una anilla de caucho, a la cual se sujetó con los dientes, este alambre iba desde el puente a una boya colocada en la ría. Sujetó el alambre del carrete entre los dientes, salvó su cuerpo sobre la barandilla del puente, y poniendo los brazos en cruz se dejó deslizar por el cable. La primera parte del cable la recorrió vertiginosamente, soltó el asidero de los dientes al llegar a ocho metros del agua, zambulléndose en la ría. El experimento duro tan solo diez segundos. Los de la lancha le recogieron envolviéndole en una manta. Desde donde le trasladaron al Hotel de Portugalete, a una habitación en la que le esperaba la comisión de festejos…”

Al año siguiente se volvió a repetir el festejo, según un acuerdo firmado entre el alcalde interino Joaquin Inza con las Hermanas Navarrete, que igualmente se comprometían a descender por un cable que irá colocado en forma oblicua hasta “una gabarra aboyada en la ría”. Su actuación tendría lugar los días 14 y 21 de setiembre de 1913.

 


Publicado el 24 de julio 2013

1 comentario:

  1. Carlos Ruiz Villota( Plencia)28 de julio de 2013, 8:13

    Los espectáculos eran realmente espectáculos para las gentes de aquella época. Gente valiente que se jugaban la vida. En vivo y en directo. Hoy me acercaré hasta el Hotel, tengo mucho interés en la conferencia. Espero recibir nuevas opiniones sobre la reconstrucción del Puente Colgante, el más elegante....Buen artículo

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