viernes, 21 de marzo de 2025

EL VAPOR REMOLCADOR BILBAO Y EL ESCOCÉS ROBERTSON FUNDADOR DE LA SAGA PORTUGALUJA

  


En su blog de LA VIDA PASA, Aurelio Gutiérrez nos descubrió recientemente la historia del vapor remolcador Bilbao que se hundió en los acantilados de Peñota en 1859.

Todo había empezado unos años antes cuando unos comerciantes de Bilbao solicitaron permiso para realizar el servicio de entrada y salida por la barra con un buque a vapor, lo que ahorraría los costes que se originaban al tener que hacerlo con lanchas a remo.

Tras iniciar una suscripción para constituir una Empresa del remolcador Bilbao, y conseguir el dinero suficiente, en 1855 encontramos ya en la ría dicho vapor que había sido construido en Glasgow, y que cuando se encontraba en nuestra Villa, sus tripulantes eran objeto de todo tipo de insultos por parte de la gente portugaluja, que veía peligrar su trabajo tradicional de atoaje a remo.

El vapor Bilbao había llegado desde tierras escocesas y tras él un joven John Roberston Campbell, para ser su maquinista, que tenía la idea de hacer la carrera de ingeniero mecánico.

Como nos contó Pedro Heredia en su libro de la Colección el Mareómetro, sobre apellidos extranjeros en la Villa, fue aquí donde se afincó al conocer a una jarrillera, Pia Lucía Saez de Samaniego, que le hizo pasar por la iglesia para, primero bautizarse como católico con el nombre de Juan Robertson Camble, el 19 de enero de 1856, y después dejar su descendencia, de la que recordamos, por la foto superior que nos facilitó su nieta Cristina Cano, a su hijo Enrique Robertson, capitán de la marina mercante, casado con María Guantes Babío.

Ahora es otro biznieto del John Robertson, el citado maquinista del remolcador Bilbao, que por cierto el día del naufragio no estaba en el barco ya que ocupaba su puesto el hijo del capitán Andrés Cortina, quien nos va a continuar la interesante historia del fundador de la saga portugaluja, presentando su libro SUCEDIÓ EN LA RIA DE BILBAO, desgranando numerosas y curiosas noticias sobre sus trabajos en las labores de atoaje y limpieza de la barra, en aquellos años anteriores a la construcción del Muelle de Hierro.

Volveremos sobre esta presentación de dicho libro por parte de J. Robertson, su biznieto, que tendrá lugar en el Centro Cultural Santa Clara el próximo día 3 de abril a las 6 de la tarde.

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