jueves, 8 de octubre de 2020

TENDERAS DE ANTAÑO: ELISA LAVILLA

 


Tras la entrada de esta semana dedicada a Ultramarinos Elisa Lavilla, José Luis Garaizabal ha hablado con esta mujer de 90 años que estuvo media vida al frente de su negocio, de la que hemos recuperado la foto con Ángeles, la lechera, y otras conocidas portugalujas, dejándonos algunas breves pinceladas sobre sus años de tendera: 

Cuando contaba con 16 ó 17 años, hacia 1946, cogió en traspaso la lonjita del número 2 de la calle Salcedo en la que antes había montado una confitería la madre de Rodol Rovira para una de sus hijas. Como ésta no atendía bien el negocio, dejando de lado el dicho: “El que tenga tienda que la atienda”, la cerraron y Elisita se animó a montar en el local una pequeña tienda de ultramarinos.
Tuvo como vecinas a las dos señoras mayores, la hermanas Otaduy, que regentaban en el portal la mercería GUIPUZCOANA. Suponemos que fuesen las hijas de Cleto Otaduy que ya figuraba en 1894 como propietario de una tienda de tejidos en Salcedo.
Habían pasado treinta años, cuando en 1976-77, el Ayuntamiento declaró en ruinas la casa que luego utilizaría para ampliar el ayuntamiento, obligando a Elisa a trasladarse en 1978 al antiguo Palacio de las Medias, sito en Salcedo nº 4 haciendo la competencia, al otro lado del portal, a los Ultramarinos BASAÑEZ.
Transcurrieron otros doce años, más o menos, y llegó por fin la jubilación bien merecida en 1991, después de 44 años al pie del cañón. Aún recuerda con orgullo la buena fruta que vendía y cómo solo disfrutó de 45 días de vacaciones en toda su vida. Quince por matrimonio y otros quince por cada nacimiento de su hija e hijo. Y, además, trabajando hasta los domingos.
Esta es la pequeña historia de una de aquellas mujeres emprendedoras que pasaron la vida detrás del mostrador haciéndonos la compra más cómoda a los portugalujos. Como bien refleja este trabajo de recopilación de comercios del Casco Viejo portugalujo, dedicado con cariño a todas ellas, pocos de aquellos negocios han resistido a los nuevos tiempos, dejando tras de sí lonjas cerradas y unas calles muertas cuando antaño todo era movimiento y prosperidad. 

***

Pilar Fernández, que nos sigue desde México,
donde vive actualmente también con casi 90 años,
al ver la fotografía de Elisa nos dice que le encantó,
que le hizo recordar tiempos pasados preciosos,
ya que ella era también una de las que tuvo ahí
durante muchos años Ultramarinos Pili. 

(Por nuestra parte, si guarda alguna foto de aquellos años,
nos agradaría compartirla con los seguidores de este blog)

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