lunes, 22 de febrero de 2021

RECORDANDO A LA GENTE DE LA CAJA DE AHORROS MUNICIPAL EN EL CENTENARIO DE SU LLEGADA A LA VILLA.

 


Al revisar los dos fascículos sobre Portugalete que en 1973 se publicaron bajo el patrocinio de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, encontramos un pequeño recuerdo que se hacía a la implantación de dicha entidad de crédito en la Villa, hace este año un siglo.

Empieza recordando la fecha del 20 de agosto de 1921, que en los anales de dicha institución figuraba oficialmente como la del primer contacto con Portugalete.

Se instaló en el comercio que Miguel Jáuregui tenía en el nº 5 de la calle del Medio (actualmente el bar Nordeste), con la sastrería de Tomás Lafuente en el primer piso, constituyendo la primera “oficina” de la que Don Miguel era el “director” y único empleado, atendiendo al mismo tiempo a los clientes de la Caja y a los de su establecimiento.

Bastantes años después se abrió la sucursal en los bajos del Hotel, siendo su primer director Antonio Balparda. Don Antonio, una gran persona y de gran prestigio en la Villa, fue el padre de Conchita “famosa cantante lírica que cortó su brillante carrera para estar a su lado” en sus últimos años.

En 1950 se trasladó a General Castaños, siendo su director León Laiz Hernández, a quien en 1966 sustituyó Julián Muniozguren Ararte.

El 11 de diciembre de 1969, se inauguró la sucursal B, en el Ojillo, “en un lugar ciertamente estratégico cerca del Polígono de La Florida”, donde Enrique Etxeandía que trabajó con él nos recuerda de director a Rufino Tejada, cuñado de León Laiz.

El articulo termina señalando que en 1973, la sucursal de General Castaños era atendida por seis empleados y la de Gregorio Uzquiano por tres, dirigidos por el popular y recordado "Rufi".

Al escribir estos nombres no podemos dejar de sentir cierta nostalgia, cuando estas personas, al igual que los de la otra Caja de Ahorros Vizcaína, con la que se fusionó en 1990 para crear la BBK, nos eran mucho más cercanas y accesibles, nos conocían por nuestro nombre y no éramos sólo un número, como nos sentimos ahora.

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