viernes, 27 de enero de 2023

RECUERDOS DEL HOTEL DE SALOÑA (1)

 


José Antonio Otxoa San Sebastián, nacido en 1943, nos ha facilitado algunos recuerdos de su relación con el Hotel y Antonio Saloña que lo explotó hasta 1971 en que murió.

Mi madre tras quedarse viuda, como era amiga de la infancia de la costura de Iluminada Sagredo, casada con Antonio Saloña que en 1951 se había hecho con la gestión absoluta del Hotel por 50 años, consiguió que este la contratara como ama de llaves o encargada de las 12 camareras que limpiaban cada día todas las habitaciones del Hotel, entonces muy lleno.

Yo que estudiaba en el colegio Santa María iba a veces a cenar con mi madre, Saloña, Ilu, su hija Marian, de mi edad, u otros hijos mayores ya casados. Bastantes veces en época baja me quedaba a dormir.

Saloña era un hombre muy grande de unos dos metros y muy grueso. Era muy buen cocinero, primero por todo el mundo y luego en su propio hotel. Escribía artículos y recetas sobre cocina, semanalmente en EL CORREO y también escribió un gran libro de cocina, Arte Nuevo de la Cocina Española 1965, que dedicaba en las bodas.

Su afición al boxeo le llevó a participar en la Federación Vizcaina de Boxeo, como presidente o directivo, y su despacho estaba lleno de revistas en inglés (que dominaba perfectamente) con fotografías de boxeo internacional (Joe Louis, etc.)

Viéndolas yo creía que podía ser boxeador y el me ponía su enorme manaza para que la golpease con el puño al estilo boxeador. El me aficionó al boxeo y me llevó a una velada en el frontón Kai Alde de Santurce que también regentaba. Recuerdo que allí vi, y era mi ídolo, un menudo boxeador: Pescadito Pérez. Desde entonces, 1955, hasta hoy he sido muy aficionado al boxeo.

En un tema virgen para mi entonces con unos 18 años, era la política. Por lo que me dijo, creo que no era franquista, por lo menos entonces. Creo que era monárquico de D. Juan de Borbón y demócrata. Leía la revista “Cuadernos para el dialogo” que entonces empezaba, buscando un cambio democrático del régimen de Franco, algo que yo también empecé a comprar y coleccionar.

Yo en el Hotel era el hijo de “Doña María” (así llamaban a mi madre) y aparte de Antonio y su familia, Ilu y su hija Mª Angeles, estaba Bárbara muy cariñosa conmigo, que cocinaba algo y limpiaba la cocina de “arriba” (había otra cocina principal abajo donde Antonio cocinaba), la cajera y su hija Amparo, que luego la sustituyó y que estaba en la esquina de la cafetería y nos guardaba las “borras” de café para luego en casa hacer “café con leche con sopas”.

Un camarero “especial” muy “ilustrado” era Celestino Saavedra, que atendía a todos en la cafetería y especialmente al farmacéutico y otros del “Muelle” que iban después de comer, todos los días, a jugar la partida al dominó.

Y como no, me acuerdo de una persona especial con la que conviví bastante: Mariano Fuentes, que era la mano derecha de Saloña, llevaba la contabilidad y estaba siempre en la oficina. Creo que era un buen tipo, con un carácter “especial”, también con las mujeres (mutilzarra) que al fin se casó ya algo mayor y pusieron una pastelería en el Callejón del Muerto, dejando de trabajar en el Hotel.

Entonces para ejercer una labor similar a la de Mariano, Saloña contrató a mi tío Antonio San Sebastián, que tenía ya hacía muchos años un buen puesto como encargado o jefe de unos 20 oficiales en La Naval de Sestao, y que al salir de allí iba al Hotel, haciendo pluriempleo, pues tenía 5 hijos.

Mi tío Antonio era carlista, por lo que fue teniente alcalde de Portugalete y era un buen hombre y cariñoso. No tenía complejos y no se le “caían los anillos” de que con su nivel se pusiera a cortar entradas en la puerta de entrada del salón de baile dentro del Hotel, donde se celebraba el baile todos los domingos. Yo fui muchas veces “a ligar” a ese baile que era muy decoroso.

1 comentario:

  1. Antes de Saloña he oído que el hotel era regentado por Mendiguren, Aitite del exjugador del Athletic

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