jueves, 20 de febrero de 2014

ANGEL CHOPITEA MUGICA (1893-1991)


Hoy recogemos la ficha del último personaje aparecido en el periódico enportugalete.com correspondiente al que fuera párroco de Portugalete Monseñor Chopitea.
Hemos aprovechado el librito que escribió con motivo de sus bodas de plata sacerdotales titulado “Mis veinticinco primeros años de sacerdote”, y que subtituló “Sugerencias íntimas del alma, en los diversos ministerios espirituales”, que Tasio Munárriz, tras mucho tiempo tras él, localizó en una librería de viejo en Oviedo. (Biblioteca Digital pinchar aquí)
Parece ser que no lo puso a la venta sino que encargó en una imprenta de Donostia unos pocos ejemplares y los repartió entre sus familiares y amistades.
Al margen de lo que se dice en la ficha, debemos recoger algunas reflexiones que nos ha preparado al respecto:
Como muestra del anticlericalismo que reinaba en la zona de su arciprestazgo que comprendía catorce parroquias de la margen izquierda de la ría y de las Encartaciones, están las prohibiciones del alcalde, la quema de templos, o su visita a Somorrostro con fieles del arciprestazgo para un acto de desagravio en que fueron recibidos a pedradas. ¿Cómo se comportaron los sacerdotes de la zona minera y fabril?
“Ni uno solo claudicó; ninguno desertó de sus puestos. Uno fue muerto a tiros; varios heridos de gravedad; pero todos cumplieron como buenos con su deber de sacrificio heroico y abnegado”
Cita también el suceso del 6 de mayo de 1934 en el que, con motivo de la bendición de la bandera del centro juvenil con cientos de jóvenes de toda la provincia en Portugalete, hubo un enfrentamiento entre la guardia civil y un grupo que supuestamente quería boicotear el acto religioso. Menciona que hubo tiros y heridos graves, pero no dice que uno de éstos murió días después ni de quiénes procedían los disparos.
Como contrapunto a tanto odio y desorden destaca la labor de los sacerdotes del arciprestazgo que organizaron misiones en la cuaresma de 1934, certámenes catequísticos y fundaron centros de juventudes parroquiales.
Entrando en el terreno social ataca con una terminología ambigua a “los amos”, “los señores feudales” a “la indiferencia, la tibieza, la inmoralidad y la incomprensión de los que pudiendo redimir a estos obreros de las minas y de los talleres, no han querido durante tantos años remediar estos males del espíritu y del corazón”.
Y reduce el conflicto social a un problema religioso-moral:
“No, no afecta solamente al pobre, al obrero, esta horrible tragedia del pensamiento y del corazón. Quizá en los de arriba sean más profundas las huellas, el vacío de la fe. El poderoso oculta muchas veces sus vicios con la capa que le prestan su dinero y su misma reputación social, y, al abrigo de estas aparentes “virtudes”, viven una vida de miseria moral, atropellando todos los Mandamientos de Dios. Y la palabra encendida del sacerdote católico ha de fustigar, con flagelo de hierro, a los culpables, metiendo el bisturí de la moral sana y fuerte en lo más podrido de la sociedad”.

De sus reflexiones sobre la época de guerra y posguerra, seguiremos mañana, a uno de cuyos eventos más recordados, el Congreso Eucarístico de 1943, corresponde esta foto del grupo de maestros y maestras del Arciprestazgo, en la Asamblea preparatoria del Congreso.




7 comentarios:

  1. José Manuel López Díez20 de febrero de 2014, 17:42

    No entiendo cómo puede considerarse una "joven promesa para el naciente movimiento obrero vasco" a quien definía el socialismo como algo "feroz, con odio a la iglesia", a menos que solo se entienda como "movimiento obrero vasco" el seudosindicalismo amarillo-abertzale de la época. Por otra parte, "lo que conllevaba su tratamiento de Monseñor" no era la consecución del título de basilica, sino el de prelado doméstico que obtuvo Chopitea para sí. Aclaro además que el 31 de agosto de 1970 el Ayuntamiento Pleno acordó dedicarle una calle al ex párroco, pero el nombre no se asignó a ninguna vía concreta -la actual- hasta algo más tarde.

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  2. la realidad es que lo que para alguno era un supuesto sindicato ( seudosindicalismo amarillo-abertzale), para mí sin ningún genero de dudas era un Sindicato con mayúscula , que en el año 1933 en su II Congreso celebrado en Gasteiz el 29,30 de abril y 1 de mayo contó con la participación de 274 delegados que representaban a 40.342 afiliados, trabajadores vascos de nacimiento o por el hecho de vender su fuerza del trabajo en E.H. y cuyo delito que ha perdurado en la mente de muchos, fue afiliarse a la CISC ( Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos) y que en 1936 año del golpe franquista, STV contaba con 52.000 afiliados y UGT con 43.000.
    Por lo demás y ya lo mencioné en otra ocasión del SR. Chopitea, de negros recuerdos para mi familia solo puedo decir que su vida y ejemplo no sea merecedor de ningún homenaje.
    Aurelio Gutiérrez.

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  3. El señor Chopitea, como buen cura con poder real en una población bajo la presidencia de una corporación fascista, se encargó de cosas tan importantes como llenar su barriga, llenar su ego y hacer cumplir los mandatos de esa secta que bendecía cañones.

    Amigo de algunos pecados capitales relativos a la carne y alejado de los débiles.

    Si queremos una recuperación y reparación de la memoria histórica, se debería quitar su nombre de la calle que se le dio en su momento.

    Chopitea, así como otros curas que vinieron después, solo se preocupó de estar a bien con los de su cuadrilla.

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  4. José Manuel López Díez21 de febrero de 2014, 10:56

    No voy a entrar en guerras de cifras sobre afiliados ni a discutir el hecho objetivo de que durante el franquismo se persiguió a todos los obreros sindicados, excepto para remarcar que la peor parte se la llevaron, como siempre, los que estaban encuadrados en organizaciones de clase, cosa que Solidaridad no era entonces ni por asomo. Me limito a repetir lo que todos los historiadores serios del movimiento obrero en Euskal Herria ya han escrito: que, en su origen, STV era un organismo auspiciado por la patronal abertzale (como los Sota) y parte de la iglesia católica, para contrarrestar la influencia de socialistas y anarquistas entre los obreros vascos.

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  5. José Manuel, lo de historiadores serios iría mejor acompañado de nombres y apellidos, yo te voy a dar un par de ellos y después si quieres me comentas tus afirmaciones: Francisco Letamendía y Emlio Majuelo.
    Mi sindicato ELA del que estoy orgulloso de formar parte y militar, no nace en el año 1911 de una manera espontanea , sino que responde a una demanda social, principalmente obrera que no encontraba acomodo en las centrales ya existentes, como la socialista UGT o la anarquista CNT. Pero de verdad en aquel tiempo, hace más de cien años el ser católico o ateo no debiera de ser un plus de mayor o mejor conciencia de clase.
    Fue perseguido por la Dictadura de Primo de Rivera desde 1923 hasta 1930, mientras que UGT participó desde el año 1925 con la Dictadura colaborando con los Comités Paritarios creados por el dictador, y a mi jamás se me ocurriría en denominarles de otra manera que no sea una Organización Sindical de Clase.
    Solo te pido un poco de rigor, lee a tus historiadores y no confundas a los Sindicatos Libres con ELA -STV.
    Aurelio Gutiérrez

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  6. ELA de forma tradicional se ha preocupado mas de hacer política que de sindicalismo. Siempre se ha considerado a ELA como el sindicato del empresariado nacionalista vasco y muy alejado de demandas obreras.

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  7. Recorte de prensa:"Una delegación del sindicato ELA se reunió con el Gobierno vasco el día 21 de enero y con la patronal vizcaína Cebek el pasado viernes día 14 de febrero, sin que se alcanzara ningún acercamiento, porque, según ha dicho hoy ELA, el objetivo común del gobierno y patronal es la rebaja salarial."
    Esta es la realidad actual y lo demás es hablar por no estar callado.
    De todas las maneras el artículo trataba de Angel Chopitea, y en lo que a mi me corresponde lo siento en lo que han derivado mis y otras opiniones.
    Aurelio Gutiérrez

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