jueves, 15 de diciembre de 2022

LA CALLE DEL MEDIO Y LAS LONJAS DEL ASILO, EN UNA PÁGINA DE EL CORREO

 


El pasado viernes día 9, EL CORREO, con la firma de Laura González, dedicó una página entera a un reportaje, EL FULGOR APAGADO DE LA PORTUGALUJA CALLE DEL MEDIO, “ vía que suma 20 locales cerrados en sus empinados y estrechos 150 metros, tras ser antaño el epicentro comercial de la zona”.

Al margen del contenido del artículo, con cuyo contenido podemos estar de acuerdo, y que reproducimos en esta entrada, hay una frase que en la Junta de Caridad del Hospital San Juan Bautista, ha dolido por falsa: Una arteria en la que, como en otros puntos de la villa, muchas de las lonjas son propiedad del asilo. Hay quien critica el excesivo precio del alquiler…

En estos momentos en que dicha Junta ha encargado un plan de viabilidad de la entidad, tras la situación de los últimos años, con la pandemia de coronavirus, la marcha de las monjas que durante un siglo atendían a los residentes y su sustitución por nuevo personal, se encuentran con una enorme sangría de pérdidas cada ejercicio por el déficit que se produce entre los ingresos y los costes de la Residencia.

Dicha Institución, tiene un problema en sus cuentas con un gasto en personal (medio centenar de personas) para la adecuada atención que una moderna Residencia tiene que ofrecer a sus usuarios, pero con un desorbitado índice de absentismo laboral superior al 30 % habitual y unos ingresos, donde se mantienen unas cuotas a los residentes claramente inferiores a otras residencias y un rendimiento de su patrimonio tanto financiero como mobiliario muy bajo, dada la situación actual de estos sectores.

 Concretamente en la citada Calle del Medio, de que se habla en dicho artículo, tiene algunas viviendas en los números 16 y 19 con tres lonjas. Estas tres que recogemos en la foto superior, están alquiladas ajustando su precio de alquiler a la situación actual del mercado y hasta una de ellas, ante la falta de demanda comercial está alquilada como almacén de material a un local de hostelería.

Por lo tanto la afirmación que sugiere responsabilidad del Asilo “propietario de muchas de sus lonjas vacías” (cuando solo tiene 3) al parecer por su “excesivo precio de alquiler” (el estar alquiladas las tres lo desmienten), ha resultado dolorosa no solamente por su falsedad sino por ser algo tendencioso que algunos propagan, quizás inconscientemente o por ignorancia, añadiendo que esta institución tan portugaluja está “forrada”. 

El citado artículo periodístico es el siguiente: 

Pocos vecinos ya veteranos habrá en Portugalete que no tengan algo en sus casas comprado en la populosa calle Víctor Chávarri, una de las cuatro arterias originales de la localidad vizcaína, con siete siglos de historia y conocida como la 'Del Medio', debido a su ubicación, entre Santa María y Coscojales, en pleno casco histórico, nombre con el que se la denominó de manera oficial desde 1481 hasta 1900, pero con el que hoy en día muchos se siguen refiriendo a ella.

Fue rebautizada para ensalzar a su vecino más ilustre, Víctor Francisco Chávarri Salazar, nacido en el número 21 de esta misma vía, uno de los políticos y empresarios más influyentes en la revolución industrial vizcaína y en el desarrollo económico de Euskadi a finales del siglo XIX. Una denominación que cambió desde 1931 al 37 por Galán y García Hernández, capitanes republicanos, antes de volver a su rótulo actual. A principios de los años 50 estuvo a punto de ser renombrada como Tendería, ya que en ella se concentraban las principales tiendas jarrilleras. Y es que esta arteria, que ahora languidece, con una veintena de persianas bajadas en sus apenas 150 empinados y estrechos metros, fue durante décadas el epicentro del comercio tanto en la villa como en la zona, situada en un punto estratégico, en la bajada hacia la ría, hacia el Puente Colgante.

Con un gran trasiego de gente a todas horas, se concentraban los establecimientos más destacados, como la Bota de Oro, una de las 14 zapaterías que llegó a tener abiertas a la vez, a la que acudían de toda Bizkaia. También estuvo la de Ugarte, Lángara, Suárez, Pisa, Jur, Gildo, Rumbo -aún con género abandonado en su interior-, Isidrín...; la cacharrería de Feliciana, la ferretería de Aretxabaleta, y la de Montejo, la carnicería Gárate, la relojería de Aurelio, la de Álamo y la de Lucio Delgado, Tejidos Barroso, la librería de Julián Bayo, la sastrería de Germán, la confitería de Mendizabal, el primer local de Óptica Elías, la mercería El Dedal y la de Candi, la barbería de Lozano... Una interminable lista que los más veteranos del lugar recitan casi de carrerilla.

Una actividad incesante que vivió María Victoria Gutiérrez, nacida encima de una lonja en la que su padre se estableció en 1919 como zapatero remendón. Años después ella y sus hermanas cogieron las riendas, pasando de arreglar a solo vender calzado. Desde hace 31 años lo regenta su exnuera, Lourdes Sacristán, quien optó por volver a los orígenes del local. «Es una pena ver cómo está esto. Cuando vine aquí todo estaba abierto, ahora está medio abandonado», declara. Un poco más abajo, en el número 14, se encuentra la farmacia Arnáez, uno de los locales más antiguos de esta vía, abierta hace más de un siglo, y que en 1961 pasó a manos de Manuel Arnáez. Ahora está al frente su hijo Borja, quien también lamenta el cambio radical que ha sufrido. «Han intentado revitalizarla pero no lo han logrado».

«Había de todo»

En Portugalete se recuerda a la calle 'Del Medio' como «lo más». «Había de todo y se vendía de todo», señala Julia Robles Llamazares y su marido Ángel Pablos, mientras toman un café en la pastelería Kimetz Gárate, a un paso del Ayuntamiento, uno de esos numerosos locales donde antiguamente se vendía calzado. Una arteria en la que, como en otros puntos de la villa, muchas de las lonjas son propiedad del asilo. Hay quien critica el excesivo precio del alquiler, pero para Santi Benítez esto no fue impedimento para abrir su negocio de tatuajes hace cinco años, pese a que tuvo que llevar a cabo una reforma integral.

Nadie se atreve a señalar cuál ha sido el causante del declive del casco histórico jarrillero en general, y en particular de esta vía, en la que se encuentra uno de los edificios de viviendas más antiguos de la localidad, la casa-palacio Sota, que se intuye que fue levantada a finales del siglo XVII. El cambio de hábitos, la irrupción del metro, la apertura de los centros comerciales y la instalación de rampas mecánicas en la cercana Casilda Iturrizar, ha restado paso y ha llevado la vida comercial hacia arriba, cruzando General Castaños.

«Aquí se encontraba el motor comercial de toda la zona, y a todos nos da pena el estado en el que se encuentra, pero desgraciadamente no tenemos la varita mágica», declara a este periódico Javier Aranburuzabala, presidente de la Asociación Profesional Comercial de Portugalete, quien en su día, como portavoz del PNV en el Ayuntamiento, participó en la elaboración de un plan estratégico para revitalizar la zona. «Los tiempos han cambiado e igual nos ha cogido a contrapié y no hemos sabido adaptarnos. En cualquier sitio de vacaciones o en una ciudad está el plan de ir al casco antiguo, a dar un paseo o comprar, pero aquí en Portugalete no sucede eso».

Empuje del Ayuntamiento

Desde el Consistorio destacan las «características especiales» que tienen los locales que permanecen vacíos en la calle Víctor Chávarri, «por su accesibilidad y tamaño». Por ello señalan que en 2014 se puso en marcha un programa de ayudas para la instalación de negocios en esta zona del conjunto monumental, con subvenciones de hasta el 50% en el alquiler o hipoteca durante el primer año de apertura. Hasta 2021 se acogieron a ello 41 negocios, siete en la calle 'Del Medio'. Además, se financian, como en el resto de la localidad, las obras necesarias para la puesta en marcha de un comercio con un máximo de 5.000 euros, a lo que se añaden ayudas para la rotulación bilingüe y para la página web. «Dadas las características del casco sabemos que esto no es suficiente y estamos trabajando en otras ayudas y nuevos programas especialmente para los locales que llevan mucho tiempo cerrados, que hacen que sea más difícil su salida al mercado», adelanta el concejal de Promoción Económica y Empleo Txema Ezkerra. «Recuperar el casco histórico, si su declive y degradación fue a lo largo de diez años puede costar el doble. Es un trabajo que hay que hacer y habrá que buscar la manera de que tenga el esplendor de antes ya que forma parte de la idiosincrasia de Portugalete».



 

1 comentario:

  1. La palabra de uno(s) contra la de otro(s). No se especifican los precios de los alquileres. Y, por supuesto, la gestión del asilo no tiene nada que ver en su situación. Ya.

    ResponderEliminar