viernes, 21 de agosto de 2015

RECORDANDO A NUESTRA GENTE: MISIONEROS EN CHINA


 En la historia de los portugalujos que se han dedicado a la religión hay dos casos que son curiosos por su parecido. El de Narciso Irala, “el mensajero de la felicidad” y el de José Ellacuría, que todavía vive y que nos visitó hace unos meses con motivo de un recuerdo ante el monumento a su hermano Ignacio, asesinado en El Salvador.
El padre Irala ingresó en los jesuitas junto con su hermano gemelo en 1913 y tras la guerra civil en los años cuarenta, ingresaron José Ellacuría y su hermano Ignacio, pasando todos ellos por el colegio de Tudela.
Tanto Narciso Irala como José Ellacuría, eligieron ir a las misiones que los jesuitas tenían en China, y si el primero estuvo allí 22 años el segundo ha pasado 38 años.
El padre Irala tuvo que abandonar su diócesis de Shangai a la llegada de los comunistas, dedicándose desde entonces a recorrer el mundo dando conferencias sobre el tema que trató en sus exitosos libros: Vivir el presente con plenitud, paz y alegría.
Aquí volvió en 1973 y en 1975  visitó Portugalete e impartió una de sus conferencias en Algorta.
José que trabajó en la ciudad de Hsinchu tardó 14 años en regresar por primera vez. Lo hizo por la muerte de su madre, hasta que el gobierno de Taiwán lo expulsó en marzo de 1989.
Si sobre NarcisoIrala encontramos su ficha en el Diccionario Biográfico Portugalujo, sobre José Ellacuría y su familia hay una interesante entrevista periodística que se recogió en la Biblioteca Digital Portugaluja.


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