viernes, 4 de enero de 2019

PAGINAS DE NUESTRA HISTORIA: PRIMER LLAMAMIENTO A QUINTAS DE 1877




Una de las consecuencias, tras la guerra carlista, de la pérdida foral fue la abolición de la exención que los mozos vascos tenían de servir en el ejército español. Un acta notarial facilitada por Roberto Hernández Gallejones, firmada por Juan Braulio de Butrón, vecino y notario de Portugalete el 30 de enero de 1877, conservada en el AHMP (C113 N3) nos cuenta como se hizo en la Villa el primer llamamiento a quintas.

El día 22 el Teniente Coronel del Batallón 2º del Regimiento de la Reina y Gobernador Militar de la Plaza, envió a un abanderado a casa del alcalde y de los concejales, así como del cura párroco, con el recado de que se presentasen en la Casa Consistorial para proceder al alistamiento de mozos para el servicio de armas.

El alcalde Bernardino de Ycaza, en presencia del notario se negó a cumplir con la orden verbal por lo que poco después se presentó una fuerza armada invadiendo su casa y apresado en nombre del rey Alfonso XII y del Teniente Coronel, fue conducido ante la presencia de este en los soportales del edificio consistorial desde donde se le subió al salón de sesiones en el piso alto quedando allí  arrestado.

Mas tarde fueron llegando bajo la presión de la fuerza armada Javier Benenciano, teniente de alcalde, Pedro Lecue, tercer alcalde, y los regidores Luis Vélez, y Antonio de Echaniz. No asistieron por estar ausentes León Azpeitia y Gregorio Vitorica.

La silla presidencial la ocupó el Gobernador militar de la plaza quien dispuso que se sentara a su derecha el cura párroco Manuel Remigio de Urizar y después los señores del ayuntamiento. Empezó manifestando que el “objeto de la reunión no tenía otro pensamiento que el alistamiento de los mozos de la localidad para el servicio de las armas con arreglo a la circular del gobernador civil de Vizcaya”, para lo que sirviéndose de los libros parroquiales de nacimientos y defunciones procedió a realizar el enunciado alistamiento.

El notario hizo constar la protesta del alcalde por dicho acto y en su turno preguntó a los concejales si habían acudido bajo la presión de la fuerza armada. El teniente coronel manifestó que antes de bajarles por la fuerza les había mandado un recado que desobedecieron.

El cura párroco dejó también constancia de que antes de facilitar los libros "se resistió por primera, segunda y tercera vez fundándose en que la orden no se le comunicaba por el conducto ordinario de su Diocesano y si los ha exhibido ha sido al habérselos arrancado a la fuerza y bajado igual que los concejales entre bayonetas”.

Firmaron de testigos Máximo Castet y Cleto de Otaduy y al leer el acta el notario, el comandante militar rechazó la palabra arresto ya que no se había valido de la fuerza armada sino que les había obligado a presenciar el acto.

Dio fe en Portugalete a 30 de enero de 1877, el citado notario Juan Braulio de Butrón.

Ya los años siguientes, en los primeros meses, el alcalde mediante edicto anunciaría la obligación de los quintos de pasarse por el ayuntamiento a tallarse como se ve en los documentos siguientes de 1881.


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