lunes, 9 de mayo de 2022

DESCRIPCION DE LA VILLA Y SU IGLESIA EN 1660

 


Aitor González Gato nos envía una descripción de la Villa en 1660, realizada por el canónigo Pellegrino Zuller, en un Memorial “sobre la erección de nuevo obispado en la villa de Santander”, tras su viaje desde Burgos entre octubre y diciembre de dicho año. Lo ha encontrado en el libro de José Luis Casado Soto, "Cantabria vista por viajeros de los siglos XVI y XVII", (2000) (Pág. 309-311).

PORTUGALETE

Llaman villa a este puerto de mar, porque está completamente amurallado; es de 200 fuegos y en el pasado debió haber tenido muchos más. Hay algunos caballeros de hábito y cinco mayorazgos; en lo restante el lugar está conceptuado de pobre y mezquino, no encontrándose apenas para comer.

La iglesia parroquial está situada sobre una colina y es casi nueva y muy bella, de tres naves, con la sacristía muy capaz y luminosa, con ricos ornamentos y el Santísimo custodiado con mucho decoro; muchos altares bien adornados y algunas pinturas que dicen ser de San Lucas y en particular he visto una sobre tabla, que está situada sobre el altar colateral, con la efigie de la Santísima Trinidad, con las tres personas tan iguales y parecidas una a otra, que no se distinguen en absoluto.

Tiene la iglesia una pila de bautismo muy grande y hermosa, toda de una pieza, y con la invención de poder derramarse (el agua) hasta la mar desde la pila.

El campanario es muy alto y con escalera de caracol, cada escalón de una sola pieza de bellísima factura.

La iglesia tiene buena cantidad de platería, en particular una custodia de bellísima factura, hecha en Sevilla, que pesa dos mil ducados de plata.

En dicha parroquial asisten siete beneficiados, entre los que está el vicario que ejerce la jurisdicción en todo aquel valle, que pasa de cinco leguas de aquí.

Los beneficios son muy cómodos y ascienden a 250 ducados cada uno. También la fábrica tiene su entrada separada, que alcanza anualmente sobre 120 ducados, por lo que mantienen la iglesia con mucho esplender.

Se suele hacer la visita general cada cinco años por el vicario general y con comisión particular, por el vicario local cada año.

Los dichos beneficiados no están en muy buen concepto, especialmente los que son más jóvenes, habiendo oído contar algunos sucesos de poca continencia, aunque no parece que hayan sido tales como para dar escándalo manifiesto a los habitantes.

La doctrina cristiana no se enseña en la iglesia, pero si en la escuela.

Hay también dos conventos de San Francisco cercanos, a dos leguas de la villa, que suelen predicar la Cuaresma y fiestas principales; y un convento de monjas de la misma religión en el mismo lugar.

 

 

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